No se me dieron mal las mates pero tampoco era una experta y aun así pienso que ojalá todo en la vida se resolviese como un problema matemático. Solo hay un camino correcto. Pero en la vida hay mil caminos y todos pueden ser correctos depende el fin que queramos. A mi me pasa que veo esos mil caminos y me quedo quieta mirándolos, pensando cuál de ellos me llevara a conseguir lo que quiero. ¿Será mejor que acepte este trabajo o este otro? ¿Será mejor que me arriesgue, coja aire y deje esta relación o continue luchando por ello por el cariño que nos tenemos? Podría profundizar en estas preguntas y en otras y llenar continuamente el espacio en blanco con palabras, pero no lo voy hacer aquí, no hoy.
Volviendo a el punto en el que me veo mucha veces como Alicia mirando los carteles de mil direcciones, me entra la ansiedad. Quisiera ser mas corazón, dejarme llevar por lo que me apetece en ese momento y no por mi bienestar en un futuro. Siempre creo que puedo adivinarlo, pero no es así. Ojalá el corazón tuviese la capacidad para utilizar un tipo de inteligencia, pero no. Esta se la dieron de lleno al cerebro y el mio va a mil por hora queriendo ser adivino.
Tengo 27 años, y desde que tengo 16 no he parado de pensar entre decisiones que tomar cual me llevaría a la buena vida. Como por ejemplo, un respetable puesto laboral, reconocido y exitoso. Y desde hace unos años el que sea reconocido me ha influido mucho. Cuando no eres mas que una niña y el chico al que conoces te deja por no tener el suficiente dinero, hace daño. Desde entonces busco respeto y posición económica, pero sobre todo respeto.
Volvamos al tema inicial, esto último será para escribir en otra ocasión.
Qué difícil es controlar la incertidumbre, sobre todo cuando todo lo que deseas en ese momento se basa en una decisión. Un filosofo ya dijo que no hay nada tan carcelario como tener voluntad para decidir, ser libres es nuestra cárcel. Todo seria mas facil si alguien decidiese por nosotros, no hay opción a pensar que te has equivocado. Aunque soy participe de la idea de que uno no se equivoca, que solo esta aprendiendo, es cierto que en el mundo real muchas veces, y depende que, no nos podemos permitir esas enseñanzas.
Aunque no se te den bien las matemáticas la vida seguiría siendo mas fácil si se resolviese con un problema matemático. Despeja la X y ahí lo tienes. Tendrás que aprender cómo se hace, pero ya esta. Nada de noches en vela, nada de ansiedad, nada de arrepentimientos…
Y según escribo esto pienso que seriamos como un robot, consiguiendo objetivos pero robots. Sin gracia ni pena.
Nos complicamos, queremos encontrar la felicidad en cosas vanales, cuando muchas veces el que menos tiene es el mas feliz. Nada por que preocuparse mas que por lo necesario. A alguien mas le pasa que quisiera coger un vuelo y desaparecer en alguna isla bananera en la que todo dependiera de ver el sol salir y ponerse. Sin tener nada. Una cabañita y ropa ligera.
Conocí a un hombre, reconocido en su labor como abogado, aunque si lo vieses nunca acertarías en ello. De buena familia y siendo abogado decidió dejar de lado todo el dinero y reconocimiento social por la paz. Su imagen de migrante, de campo no contrastaba nada con lo que fue. Dejo los libros atrás por la madera. Le recuerdo fuera de la caravana con su caballo pastando, junto con las gallinas y a el fuera tallando.
El camino acertado quizás sea tan simple como ver el sol salir un día tras otro.
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