Kiara. ¡Kiara! ¡Kiara Montgomery!- la voz de la profesora me saca de mi ensimismamiento.- ¿Me estas escuchando?
La realidad es que no. La profesora lleva la ultima hora explicando un tipo de calculo demasiado avanzado para mi cerebro y aun que intento mirar la pantalla y prestar atención, mis manos automáticamente empiezan a garabatear en la hoja en la que debería estar haciendo operaciones y al final él garabato toma mas importancia que lo que realmente me están intentando explicar. Aun así, levantó la cabeza del papel y trato de fingir que tengo una remota idea de lo que esta hablando.
– Eeeh… Si, si.- miro él libro de mi compañera.- si, las parábolas y las rectas en la gráfica o algo así era, ¿no? – Pongo mi mejor cara de estudiante buena, la cual no uso mucho así que me sale bastante mal.
La profesora niega con la cabeza, resoplando.
– Quedate cinco minutos cuando suene él timbre. Los demás, abrid él libro por la pagina 104 y… – su voz se disuelve entre él murmullo de las voces de los alumnos y otra vez empieza la batalla entre mis garabatos y las dichosas parábolas. Por fin, él estridente sonido del timbre me hace reaccionar, recogiendo mas rápido si cabe que normalmente. Me acerco rápidamente a la profesora, esperando que no se enrolle demasiado.
– Kiara… Ya no se que hacer. – empieza la profesora, con su charla habitual de los viernes a ultima.- Eres desordenada, desobediente e indisciplinada. ¿Que piensas hacer en un futuro? Acabaras de barrendera o en un McDonals y…
– Esos barrenderos y trabajadores de McDonals de los que con tanto desprecio hablas, hacen que puedas andar por la acera sin ir pisando mierdas y que a las tres de la mañana te puedas tomar una puta hamburguesa si te apetece.- la corto, con mala cara y peor humor.
– Eres como tu hermana. Una rebelde sin causa, una ignorante, y orgullosa de serlo. Si, igualita que Kate.- aprieto los dientes ante la mención de mi hermana, pero intento fingir una sonrisa.
– ¿Si? Vaya, muchas gracias. No me podrías haber dicho cumplido mejor.
– Hablando de tu hermana, no se donde estará, pero paz se lleve como descanso deja.- si las miradas matasen, esa profesora tendria pocas posibilidades de seguir viva.- a todo esto, ¿que opinan tus padres de tu… Estilo de vida? Eso de las mechas y aspirar a trabajar en un McDonals y… Todo, en general.
Por primera vez en mucho tiempo, pienso en lo que mis misóginos y homofóbicos padres pensarían de mi. Probablemente tan solo que soy una decepción para toda la familia, no se preocuparían en profundizar mas. Me mirarían, y se meterían en sus despachos de presidentes de las grandes compañías Montgomery & co, y me ignorarían, como llevan haciendo toda su vida.
– No lo se – le respondo a la profesora, un poco harta ya- pero, ¿sabes lo que se? Que Kate estaría orgullosa. Y con eso me vale.
– ¿Y como lo sabes?- responde mordaz- llevas sin verla… ¿2 años? Desde que desapareció, ¿no?
Salgo por la puerta, dejándola con la palabra en la boca. Me pongo los cascos y pienso en lo que me ha dicho mientras camino hacía casa. No es que no me preocupe por mi futuro, es que realmente no se que hacer con él. Mi hermana siempre ha sido mi gran apoyo, la que me ayudaba a mirar hacia delante, pero desapareció hace dos años. Fue eso lo que me dio la fuerza para salir de casa de mis padres e irme a vivir al sitio que ella había creado, Teen’s. Un gran cartel de colores con ese nombre, me recibe desde la fachada de un edificio. Sonrió al entrar en él vestíbulo y verme rodeada de la habitual marea de gente. Teen’s es una especie de residencia para adolescentes sin hogar, o que buscan uno nuevo. Hay de todo, desde personas racializadas que no se encontraban agusto en su entorno, personas LGBT a las que han echado de su casa, víctimas de abusos, o gente que simplemente necesitaba su espacio. A parte de una zona residencial hay un vestíbulo que hace las veces de salón, una cafetería con comedor, una zona con algunas tiendas, un polideportivo y algunas cosas mas. Me dirijo al comedor por instinto, sabiendo que mis mejores amigos estarán ahí. Por él camino, me quito los cascos, y me dejó llevar por toda la gente que a esta hora, va hacia él mismo sitio.
Al llegar al comedor veo a mis amigos en su sitio de siempre. Uxue, mi mejor amiga, vasca y con la mala ostia estereotípica de esas tierras, se fue de casa por que desde la muerte d su madre, no soportaba a la novia de su padre. Llegó aquí hace un año. Nando, alto, musculoso, y con un sentido de la moda increíble. Quiere ser diseñador de moda pero sus padres no le iban a pagar una carrera de «gays». Acaba de terminar él primer semestre de su carrera de «gays» con tres matriculas y varios sobresalientes y esta a punto de conseguir una beca para él siguiente curso. Y Tony. Nadie sabe como ni cuando llego a España, él no quiere hablar de ello y nosotros no preguntamos. Hace un año Nando y Uxue lo encontraron a un par de paradas de bus de aquí, con heridas y un «puto negro» pintado en él brazo. No hablaba nada de español, era muy tímido y nervioso y, un año mas tarde es él mas hablador de los cuatro, aun que a veces, cuando empieza a hablar muchísimo, te salta con un spanglish fluido difícil de seguir.
Cojo una ensalada y un yogur, y me acerco a la mesa en la que están.
– Pero niña- salto Uxue, interrumpiendo a Tony, nada mas verme- ¿Y esa cara que me llevas?
Sonrió. Solo Uxue es capaz de notarme hasta él mas mínimo cambio de humor.
– Nada tía, una profesora capulla me ha empezado a hablar de mis padres y… Ya sabes como esta él tema entre ellos y yo.- ruedo los ojos- pero bueno, da igual. Ya en un par de semanas nos dan las vacaciones de navidad y no tengo que aguantarla.
Todos asienten comprensivos y la conversación rápidamente pasa a cualquier otro tema. De repente, una chica me llama la atención. Esta un poco pérdida, en él centro del comedor y no me suena de haberla visto nunca, por lo que supongo que es nueva. Es bastante guapa, lleva una camisa de cuadros roja, unos vaqueros largos, negros y unas converse negras también, pero lo mas bonito es sin duda su pelo, largo hasta la cintura, liso y color castaño. Tiene algo que hace que quiera hablarle.
– Oye, ¿han entrado nuevos? – le pregunto a Nando, que es él que suele enterarse de estas cosas.
– Si, un chaval marroquí que estaba presionado lo sus padres para ser musulmán cuando él es ateo..
– Y que esta buenisimo- interrumpe Uxue, ganándose una mirada triste de parte de Nando, que esta un poco pillado por ella.
– bueno, si, como digas- prosigue Nando- y un chico que nadie sabe por que se ha ido de casa, pero esta aquí.
– Y una chica, ¿no?- pregunto, aun mirando a la chica.
Él niega con la cabeza.
– Que va, nada de chicas.
– ¿Y esa?- le digo, señalando a la chica de cuadros- la de la camisa roja y él pelo por la cintura.
– ¿cual?- los tres se giran en la dirección que señaló, pero parecen no ver nada. De repente me doy cuenta de él resplandor blanco-azulado que recorre a la chica y de que esta medio levitando y entiendo mi error. La chica es un fantasma.
– Nada, nada, da igual- digo rápidamente – tonterías mías.- me miran extrañados y yo solo me encojo de hombros.
Luego trato de distraer mi atención de ella. Llevo viendo fantasmas toda mi vida y, a pesar de lo loco que suena, estoy un 90% segura de que estoy completamente sana. Los fantasmas son inofensivos, pero teniendo en cuenta que nadie mas parece verlos, prefiero no hablar con ellos. La última vez que lo hice, con 7 años, un fantasma me estuvo atormentando durante semanas hasta que le ayude con su «asunto pendiente», que no era otro que enterrar su bicicleta al lado de su tumba. La gente es mas rara muerta que viva.
A los pocos minutos, dejó de ver a la chica fantasma lo cual es un verdadero alivio. Cuanto menos los vea, mejor. – Oye, ¿te has peleado con la novia de Lukas últimamente?- pregunta de repente Tony. Me paro a pensarlo.
– Mmmm, no, la verdad. Es raro…- Lukas es el ex de mi hermana. Fue uno de los que le ayudo a crear Teen’s cuando, hace cuatro años ambos se escaparon de casa. Kate era el cerebro de la operación y Lukas era quien ponía los contactos y las formas de conseguir algo de dinero. Estaban muy enamorados y, cuando hace dos años Kate desapareció, estaba casi tan mal como yo. Fue él quien me insistió para que me mudara a Teen’s y ocupara el puesto de codirectora de mi hermana, aun que después de la desaparición de Kate, tampoco hizo falta mucha insistencia. Su actual novia, Miriam, no encaja con el carácter de Teen’s, pero Lukas dice que la quiere así que, ¿quién soy yo para juzgar? El problema está en el asco especial que Miriam parece tenerme.- ¿por?
– Por que viene hacia aquí- dice Tony. Pongo cara de “matarme, por favor” y me preparo mentalmente para una pelea. A los pocos segundos escucho la irritante voz de Miriam detrás de mí.
– ¡Perra!- aprieto los dientes. «No saltes, Kiara, no saltes» me repito mentalmente. Estoy acostumbrada a su bordería gratuita, pero me sigue poniendo nerviosa.- ¿sabes donde esta mi novio?
– No, pero ¿sabes lo que se?- pregunto, girándome con una sonrisa falsa- Se que Lukas tiene una cosa llamada móvil, a la que puedes llamar para preguntarle donde está en vez de venir a molestarme a mi.- me vuelvo hacia mis amigos, esperando que se por satisfecha, pero no parece ser asi.
– Bueno, vale, no hace falta que seas tan borde, bollera.- Me giro y me levanto en apenas un segundo. Me acerco a ella lentamente. La sonrisa de satisfacción que se extiende por su cara, me pone aun más nerviosa.
– Kia… dejala anda, no merece la pena- me dice Uxue desde la mesa. Al ver que no la hago caso se levanta y se acerca a mí, no sé si para ayudarme o para evitar que mate a Miriam. Miriam sigue sonriendo al ver que me ha provocado, que es lo único que se interpone entre su cara y un puñetazo.
– ¿Qué? ¿Te has levantado solo para mirarme?- la capulla se está divirtiendo y todo. Decido dejar el puñetazo para otro momento y tratar de molestarla de otra forma.
– No, me he levantado para decirte que es una verdadera pena que seas heterosexual- pone una cara de sorpresa al escucharme- si, es que ahora que te veo, me he dado cuenta de que eres realmente preciosa. Si alguna vez te interesa intentarlo con una chica, aquí estoy- le giño un ojo. A mi lado, Uxue lucha por no reírse. La chica fantasma de antes se ha aparecido al lado de Miriam y aplaude a modo aprobación. Trato de no fijar la vista en ella, que no note que la veo.
– ¿Cómo? ¿Te has vuelto loca?- la cara de Miriam esta pálida y ahora es mi turno de sonreir.
– No, es que, joder chica, realmente mataría por besarte. O por ir más lejos, como prefieras- esto último lo susurro, insinuante. A pesar de que me estoy divirtiendo, odio estar diciéndole esto a un ser tan repugnante. Ella se lo toma mal, muy mal. Sin darme tiempo a reaccionar, levanta la mano y la lanza hacia mí, en un intento de golpearme. Por suerte, la chica fantasma sí que tiene tiempo de reaccionar y se pone delante de mi, deteniendo el golpe de una manera inexplicable para el resto de gente, incluida ella. Nunca he visto a un fantasma involucrarse tan directamente en algo humano, la mayoría de ellos no son capaces siquiera de coger un objeto. Miriam, algo asustada, se gira y se va, no sin antes recordarme el asco que doy. Me siento a seguir comiendo sin decir ni una palabra sobre lo que acaba de pasar y el resto hace lo propio.
Una vez acabo de comer, me levanto con la excusa de que tengo que hacer deberes. Nadie me cree, obviamente, pero tampoco hacen ningún comentario. Voy rápidamente a mi habitación, que se encuentra en una de las dos zonas residenciales de Teen’s. La dos, para ser precisos. Una vez en mi habitación, me cambio la ropa a un top gris deportivo y unos pantalones cortos negros, también deportivos. Agarro mi bolsa de deporte y salgo de la habitación. Nada más salir, me encuentro con la chica fantasma. Con la práctica de toda una vida ignorando fantasmas, paso al lado de ella sin inmutarme, pero ella no se da por vencida. Con su curioso levitar de fantasma, se coloca por detrás de mí, un poco a la izquierda.
– Oye, hola- dice, con un evidente mal humor por mi ignoración.- puedes saltarte el teatro, se perfectamente que me ves.
Yo sigo ignorándola. Me ha costado años lograr esta indiferencia hacia los fantasmas, pero ahora es imposible que nadie note que estoy intentando contener las ganas de hablar con ella.
– Bueno, tu veras. Estoy muerta, así que tengo el suficiente tiempo libre como para darte el coñazo hasta que me hables.- ese comentario me habría hecho sonreír si eso no significara dar muestras de que la veo y la escucho. Acelero el paso hasta llegar al gimnasio. Es una de mis zonas favoritas de Teen’s, no solo porque en su momento ayude a Kate a diseñarla, sino porque después de media hora ahí dentro, ya no tengo la cabeza como para pensar en nada y eso de vez en cuando, viene bastante bien. Suelto la bolsa por ahí y paso de una maquina a otra.
La chica fantasma me sigue, mirándome y sin parar de hablar. – Me parece una falta de respeto que no me hables, y mas teniendo en cuenta que te he ayudado, que lo sepas.- me paso a la maquina de pesas- por cierto, me llamo Keyla. Te preguntaría tu nombre pero a parte de que no me ibas a responder, ya lo se. – pongo un par de kilos mas a las pesas – ¿Te puedo llamar Kia? Si, creo que te voy a llamar Kia.
Harta, me levanto y cojo los cascos y él móvil. Rebuscó entre las playlist de mi móvil hasta elegir una bastante variada. Subo la musica hasta él máximo y al ritmo de Power, de Bastille, me pongo otra vez con las pesas.
Una hora mas tarde me quito los cascos, cojo la bolsa y me voy hacia él vestuario. Keyla me sigue, pero se queda en la puerta. Me cambio a ropa de calle y reviso los mensajes. Tengo varios de Lukas.
“Kia donde andas?”, “Seguro que en el gym”, “va, cuando acabes vente a la oficina”, “tenemos que hablar”.
Mierda, seguro que Miriam ha hablado con el. Respondo con un “vvale, voy” y me encamino a nuestra oficina.
La oficina esta tan solo a un par de pasillos, pero con Keyla detras hablando todo el rato, se me hacen eternos. Cuando por fin llego a la oficina, Lukas me esta esperando con unas coca colas y aperitivos varios. Nuestra oficina es… poco convencional. En vez de un escritorio profesional, estanterias de archivos y lo que sea que tengan las oficinas normalmente, tiene una mesa baja rodeada de pufs, un minibar siempre lleno de bebidas y cosas para comer y un monton de pizarras y corchos llenos de posits de colores. Los archivos se guardan en una habitacion al lado de esta, dedicasda tan solo a eso. Me siento en mi puf rojo favorito y antes de que Lukas pueda decir nada empiezo a hablar.
– A ver, no se lo que te habra contado Miriam pero, creeme, no tengo ninguna intencion de tirarme a tu novia, ni de besarla. Ni siquiera de volver a compartir espacio con ella, si es posible.
Lukas empieza a reirse fuertemente.
– Ay Kia… ¿Que has hecho esta vez?
Me sonrojo.
– Ah, ¿no ibamos a hablar de eso?
– No. Al menos que yo sepa. Yo queria hablarte de tu cumpleaños- Lukas sigue riendose y yo me relajo.
– Bueno, ¿que pasa con mi cumpleaños?
– Pues que es en 10 dias y queria organizar un par de cosas.
– No quiero una fiesta grande ni nada de eso, que te conozco.- suspiro al recordar la del año pasado, y la del anterior y la del de antes- me vale con que los del grupo hagamos algo y ya.
– Sabes que todos los años tenemos la misma conversación y todos los años hago lo que quiero, ¿no?
– Lukas, en serio, no.- el se encoge de hombros.- ¿Seguro de que vas a hacer lo que quieras?
El asiente sonriendo y yo hago algo que nunca falla con el, las cosquillas. Me lanzo hacia el y en dos segundos estamos los dos rodando por el suelo entre risas.
– ¡Kiaa!¡No hare nada, no hare nada! Para, por favor.
Sonrio, triunfal.
– Mejor, mejor.
Nos levantamos del suelo y volvemos a los pufs.
– Antes de que te vayas, ¿tienes planes para mañana por la noche?
– Mmmm… no. Bueno, luego hablare con estos para confirmar, pero en principio, no.
– Valw, pues ahora tienes.- le miro, confundida, mientras él rebusca en los cajones de la mesa. Al ver dos fajos de flyers entiendo lo que dice.- Botellón, en el parque rojo, a las nueve mas o menos.
Suspiro. No es ni de lejos la primera vez que me dice de irme de botellón. Un botellon es un monton de gente junta, una ocasion perfecta para hacer de relacciones publicas de alguna de las discotecas con las que trabajamos. En este caso, dos de las mas habituales: The Other Side y DJ’s home. Lo unico que tengo que hacer es repartir flyers entre la gente de alli por un rato. A pesar de que a la mitad de la gente de Teen’s estaria encantada de hacer ese trabajo, Lukas siempre me lo encarga a mi, por la simple razon de que parezco ser completamente inmune al alcohol. No me emborracho, ni siquiera me pone “contenta”. No me hace vomitar y no me levanto con resaca.
Cojo los flyers.
– ¿Va alguien que conozca?- pregunto.
– No lo creo. Es por el cumple de un chaval de un instituto de por el pueblo. Ya he puesto tu parte del dinero y un par de amigos mios andaran por alli, por si quieres compañia.
– Vale, perfecto. Bueno, pues hasta luego.- digo, mientras miro mi reloj- Voy a cenar algo, que estos ya estaran por el comedor.
– Hasta luego. Ah, y si quieres mañana te llevo en moto.
– Eres el mejor- la moto de Lukas es uno de los amores de mi vida.
Salgo de la oficina y me encamino hacia el comedor cuando oigo una voz a mi espalda.
– Mira, estoy harta de que no me hagas caso.- Keyla vuelve a la carga. Ningun fantasma en mis casi 16 años de vida ha sido tan insistente. Normalmente se dan por vencidos a los 15 minutos.- asi que voy a decirte algo que llamara tu atención. Me manda Kate.
Me toma todo mi autocontrol no girarme en ese momento. En su lugar, me dirijo a mi habitacion. Keyla me sigue de cerca. Una vez en la puerta, espero a que pase y luego cierro la puerta. Inspiro hondo.
– A ver- empiezo.- No se quien eres, ni que quieres. Pero te voy a decir una cosa. No me toques las narices con el tema de mi hermana. No se lo paso a alguien vivo, se lo voy a pasar a alguien muerto…
– Wow- finge estar sorprendida- si habla y todo.
– ¿Que quieres?- pregunto
– ¿como que que quiero?- este fantasma me esta estresando mucho.
– Si, ¿cual es tu asunto pendiente?
– Mmmm, podria decirse que tú.
– ¿Como?
– Si, tu eres mi asunto pendiente.
Y como si de una pelicula se tratase, mi telefono empieza a sonar en mi bolsillo. Lo miro por instinto y la sorpresa es máxima al ver que pone “AAPapa”, pero llevo toda la vida esperando su atencion, asi que el podra esperar unos segundos por la mia.
– A ver, Keyla.- levanto la mirada para seguir con la conversación, pero eel fantasma ha desaparecido- mierda.gJ
Decido cojer el telefono.
– ¿Papa?
– Señorita Montgomery- La voz del asistente de mi padre suena a traves del altavoz del movil. Muy raro me parecía y que mi padre hubiera perdido su precioso tiempo en llamarme.- Su padre y su madre se preguntan si le gustaria unirse a ellos en una cena con unos clientes suyos mañana por la noche.
La rabia me sube por el cuerpo. En toda mi vida nunca me han querido en una cena con ellos. Ni cuando cenaban con clientes ni cuando cenaban sin ellos.
– ¿Y a que se deben esas ganas suyas tan repentinas?
– Pues… el señor y la señora Moreno tienen un hijo de ventipocos años que esta buscando pareja sentimental y…
– ¿pero esto que es? ¿La edad media? ¿Me van a buscar marido? Por enesima vez, ¡SOY LESBIANA!
– Entonces, ¿eso es un no?
– Claro que es un no.- replico y cuelgo.
Me siento en la cama y respiro pesadamente. Mis padres me sueltan cada una…
Bajo al comedor y me tomo un filete mientras les cuento a Nando y a Tony lo de mis padres.
– Increible- dice Nando cuando acabo.- Lo de tus padres es de psicologo.
Tony asiente, ocupado con sus patatas fritas.
– Aun no entiendo como tardaste tato en irte de casa.- dice, sin levantar la vista de su plato.
– En fin…- suspiro- oye, ¿y Uxue?- pregunto. Mi amiga no suele saltarse ninguna comida.
– Pues no se si hablando por telefono o preparando una habitación. Por lo viso su hermana va venirse aqui.
– Genial, dos vascas volviendonos locos con su mala ostia.- todos reimos.- En fin, me voy a ir a la cama, que estoy muy cansada- digo, pensando en el dia que llevo.
– ¿Ya?- pregunta Tony- si solo son las doce, girl.
– Lo se, pero no se que me pasa que no puedo con mi vida.
– El gimnasio, seguro.- dice Nando.
– Hasta mañana, anda- cojo mis platos y vasos y los llevo hasta una habitacion con varios lavavajillas, donde se lleva todo para que se limpie. Tras meterlo en uno de los lavavajillas abiertos, subo a mi habitación.
En apenas unos segundos estoy dormida.
OPINIONES Y COMENTARIOS