Sexo con el chico del Wifi

Sexo con el chico del Wifi

La Andaluza

05/08/2019

Sexo con el chico del Wifi

Ya estaba preparada para salir y de repente cuando fui a buscar el bolso sonó la puerta, y… ¿ahora quien es? Con lo tarde que voy, abro la puerta y me encuentro con un chico y por las letras de la chaqueta era… ¡ostras, el del wifi!, no me acordaba, había llamado ayer porque me daba error el router y no podía conectarme a internet, pero… ¿tenía qué ser ahora? Llegaba tarde a una entrevista de trabajo, en fin…

-Adelante, le dije después de las presentaciones.

Después de explicarle el fallo y demás, Humberto se dispuso a buscar el problema mientras yo esperaba aburrida y con prisa a que acabara.

Me pidió que le ayudará

No me quedaba otra que sentarme y mirar, pero… mientras miraba, me descubría a mí misma disfrutando de la visión, ¡mmm, que brazos! Le quedaban las mangas de la camisa del uniforme totalmente pegadas a sus músculos, estaba deseando que tuviese que agacharse a coger algo de la caja de herramientas, quería ver cómo se le marcaba el culo.

-Mónica, ¿Puedes venir?, ¿Mónica estás?

Estaba tan inmersa en mis pensamientos que no le escuché, se me había olvidado hasta la entrevista, ¡este chico estaba como un tren!

– Dime

Humberto estaba subido en la escalera y me estaba pidiendo que yo hiciese lo mismo que él estaba haciendo, o sea, sujetar el cable en la cajetilla del teléfono que estaba » escondido» detrás del cortinero, subida en la escalera, mientras él comprobaba luces en el router.

Me ayudó a subir y pude notar el calor de su piel mientras sujetaba de forma tímida mi muslo para ayudarme a no caer, al notar su calor, le miré disimuladamente y ví como él también me estaba mirando el culo igual que yo lo hice antes con él, se dió cuenta que le miraba cuando nuestras miradas se cruzaron.

Seguí subida en la escalera mientras él reparaba el router y… cómo el router estaba debajo del mueble, ahora era yo la que tenía mejores vistas, pero… lo solucionó rápido y las vistas duraron poco.

-Arreglado, dijo, y se dirigió a la escalera para ayudarme a bajar, nos miramos, nos sonreímos y empecé a bajar mientras me resbalo y… aparezco en el suelo rodeada por sus brazos que intentaban sujetarme y… demasiado cerca, sentíamos el aíre de nuestras respiraciones, nos mirábamos sin saber que decir.

– ¿Estás bien? Me preguntó mientras nuestros labios se iban acercando, sus manos no habían soltado mi cintura, al contrario, me jalaban sutilmente hacía él, cerré los ojos y… me dejé llevar.

Aún recuerdo sus repetidas embestidas

Su lengua abrió mis tímidos labios y yo le dejé entrar, su pelo se enredaba en mis dedos mientras él apretaba mis pechos con los suyos, su lengua salió de mi boca y empezó a besarme el cuello para seguir bajando hasta mis pezones, que ya estaban duros esperándole, me chupaba un pezón y con la otra mano me acariciaba el otro, me incliné y me senté sobre él a horcajada y yo también comencé a besarle el cuello a la vez que me movía sobre él buscando el roce de su polla para satisfacerme, Humberto no aguantó más y de un tirón me terminó de quitar el vestido, y de rodillas delante de él, le quite la correa y de forma rápida le bajé el pantalón, quería comérmela ya, ansiosa me la metí en la boca mientras le apretaba el culo con mis manos, notaba como se encogía cuando le chupába la puntita, cuando recorría su polla de arriba a abajo con mi lengua, ahora le toca a él, de un pequeño empujón reclinó de espaldas y ¡ohhh! ¡qué gusto! Sú lengua se había vuelto loca y me estaba volviendo loca a mi ¡Dios mío! ¡qué rico! De forma improvisada le jalé hacía arriba ¡métemela! ¡no aguanto más! No hubo preámbulos, los dos queríamos lo mismo «un polvo rápido» pude notar que estaba nervioso, pero su polla seguía dura ¡Mmmm! Me la metió sin pensarlo, de una embestida y… detrás de esa vinieron las demás, cogió mis manos y con una de las suyas, las sujetó en el suelo por encima de mi cabeza, estaba inmóvil porque le tenía sobre mi follandome con las manos sujetas, sólo podía contonear mi cintura arriba y abajo, adaptándome a su ritmo ¡ahh, ohhh, siii! Sentía todo el calor del mundo dentro de mi coño, no me soltaba las manos y eso me ponía más caliente, quería subirme encima de él y follarmelo yo, después de casi correrme, para y empieza otra vez a comerme y… yo no aguanto más y me corro en su boca ¡sii, siii, ohhh! No me da tiempo a abrir los ojos cuando me coge como si mi peso fuese el de una pluma y me pone en la misma posición que empezamos, a horcajadas sobre él, sin usar las manos, me meto su polla y él gime de placer, mi culo empieza a botar mientras le doy mordisquitos en la oreja y le beso el cuello a la vez que mis manos acarician su torso haciéndole sin querer pequeños arañazos, me muevo más deprisa y su respiración es más rápida y sus gemidos más constantes, me pone mucho notar la fuerza sus brazos alrededor de mi, su polla dura caliente, su lengua juguetona y de repente… me aprieta las caderas y me empieza a mover de arriba a abajo, ayudándome a botar sobre él, ¡siii! ¡no pares! ¡sigue!

Cuando abrí los ojos…. estábamos empapados, en el suelo, su leche estaba sobre mí, pero…. ¡qué rico!

Nos acomodámos el uno sobre el otro mientras recuperábamos la respiración y… una vez cerrada la puerta nunca más nos volvimos a ver.


URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS