18 de abril, 1815
Lo que un día fue ya no seré jamás, he llegado arrepentirme de muchas cosas en mi vida, pero sin dudarlo el haberte conocido son de las pocas cosas que siento que aunque fuese un error lo volvería a cometer, seguro te reirás de la curisilería que acabo de escribir, pero es la verdad, haberme cruzado con tu mirada esa tarde, en ese café, mientras la lluvia se hacia presente, esos ojos miel y esa sonrisa coqueta que tuvieron un hechizo llegando hasta el fondo de mi ser, quedando impregnada en mi memoria, pero al parecer no en la tuya. Lo nuestro fue más que amor es algo que no podría explicar en palabras, o al menos eso era lo que creía.
Probablemente no recuerdes cuando bailamos en la lluvia, a pesar de que en ese entonces éramos solo amigos, pero no cualquier tipo de amigos, éramos los que se miraban con ojos de amor, llenos de miedo por mostrar nuestros sentimientos, como olvidar (vaya ironía) el día en el que nos quedamos hablando hasta que amaneció, te confieso algo, nunca lo había hecho con nadie, lo he intentado muchas veces, nunca sentí la misma conexión, con el tiempo comprendí que son pequeños detalles que solo puedes hacer con una personas con la que realmente te sientas a gusto, pero el verdadero brillo en mis ojos se generaban cuando estaba contigo, hablamos de tantas cosas hasta quedar dormidos, también está el día en el que me escribiste la primera carta en la que confesabas tu amor, que vieras la saga completa de mi película favorita, porque querías pasar más tiempo conmigo.
Mi recuerdo favortio es cuando decías que me brillaban los ojos cuando hablaba de las cosas que me gustaban, ese fue acto más hermoso que han hecho por mí, sé que pocas personas se fijan en esos pequeños detalles, antes de eso yo ya sentía que estaba enamorada de ti pero tenía miedo de que no sea correspondido y arruinar nuestra amistad, con todos esos pensamientos contradictorios, lo hice, me atreví a besarte en el techo de la biblioteca, descubriendo ahí y lo que en el fondo quería que paso, fue un amor correspondido, joder ese día me sentía la reina del universo.
Me encantaba la forma en la que me mirabas sentía que todas las mariposas se habían adueñado de mi cuerpo y me elevaban hacia lo más alto, o es simple detalle de llevar las manos entrelazadas, me hacía sentir protegida, inolvidables las mañanas que venían acompañadas de una flor por las mañanas junto a un refresco.
Eres la única persona que se ha ganado mi corazón y también la que creo una grieta profunda, sin fecha de sanación, fuiste la primera y probablemente unica persona de la que me he enamorado de verdad, he entregado a flor de piel mis sentimientos y no arrepiento de todo lo que pasamos.
Confieso que aún guardo tus cartas en la que me jurabas amor eterno, a pesar de haberlas rechazando culpando a tu amnesia post-traumática, tantas promesas que no llegaste a cumplir, como cuando prometiste despertarme cada día con un beso y brindarme un caluroso abrazo cuando las cosas no vayan bien, que ingenuos fuimos, creíamos que podíamos vencer todo, y en la primera caída nos rendimos, sabes al inicio culpaba a la guerra por separarnos, pero con el pasar del tiempo comprendí que si hubiese sido amor de verdad nunca me habrías olvidado, tu mente me bloqueo, hice de todo por seguir en tu vida, pero perdí la batalla.
Si algún día lograrás recordar todo, eres testigo de todo lo que hice, trate de revivir todos los momentos vividos, no lo logré, intente que te enamores de mi, de nuevo, como si fuera la primera vez, casí dos años lo he intentado, hasta que llego ella, y vi el brillo en tus ojos, vi tu sonrisa al verla. Nuestro tiempo había acabado.
Ahora tengo el valor para poder decirte adiós, fue lindo compartir ese pedacito de mi vida y corazón contigo, espero realmente que ella sea la persona indicada, te haga sentir mariposas y que la ames tanto como yo te amé. Espero que la vida no nos haga volver a coincidir no lo soportaría.
Fuiste mi serendipia que tenia fecha de caducidad.
Adiós.
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