Separados por el mismo cielo

Siempre serás tu. 

Si, independientemente de que hayas cogido todo y hayas volado hasta el cielo. Siempre serás tu porque mi vida sin ti no era más que vida y contigo era magia. El cielo tenía mejores planes para mi mejor amigo y para mi y nosotros éramos demasiado para la Tierra, parece ser. 

Me duele en el alma porque estoy intentando vivir sobrellevando el hecho de que no voy a volver a verte nunca más esos ojos tan bonitos que tenías, la forma en la que me abrazabas y casi al segundo ya me sentía en ‘casa’, nunca más volveré a escuchar tu risa que tanto me gustaba, ese sentimiento de pasar los viernes a tu lado… Nunca más, nunca más; ¿Es fuerte no? Ojalá se me hubieran pegado tus manías y tu forma de vida antes de tu partida porque así llevaría algo de ti en mi vida.

El día que te fuiste te llevaste contigo una parte de mi y yo me quedé con otra parte tuya. Ahora se que siempre seré parte de ti.

Teníamos tanto que vivir. Tenías tanto que vivir. ¿Cómo la vida puede destinar este final tan rápido a una persona dejando a otra con todo el amor en las manos? Tenía tanto amor que darte que nadie se imagina cuanto he tenido que llorar para soltar esa carga de culpabilidad. 

En un futuro hablaré a mis hijos de ti. Les contaré que tienen un ángel de la guarda que vela por ellos en cada momento y que nunca les dejará solos. Les contaré que en su pasado su mamá tenía un mejor amigo que le dio vida, le salvó de muchas cosas y siempre estuvo con ella, protegiéndola y queriéndola pero su vida fue más corta de lo esperada y por eso mismo, ahora nos ve desde las nubes.

Te prometo que viviré una vida por ambos, por ti y por mi. Por nosotros.

Nadie lo entenderá pero tu si; Te quiero de aquí a California, ida y vuelta, y siempre a paso de tortuga. 

Mi alma gemela, mi mejor amigo desde siempre y para siempre.