Lejos de ti, el sol me alumbraba pero de pronto sentí que ya no podía decir nada, como podría creer que ese era el fin, tu voz a lo lejos sonaba con un grito de adiós, tu mirada era lo único que temía volver a mirar, sabía muy bien que por ella caería, así que lejos me fui, con una pena que no parecía tener calma, sentí el dolor más grande y creí que a su manera este me absorbió, quise fingir que no fue importante, al final del día regresarías y fuerte me abrazarías, pero para que engañarse más, era una mentira que me diría para no despertar en la realidad, había fingido que me querías demasiado tiempo, me pregunto ¿Cuánto tiempo tenía que mirar por encima del hombro? ¿Cuánto tiempo más me engañaría? Hay experiencias que te cambian la vida y muchas de estas dejan heridas; el tiempo es una herramienta de doble filo que aunque a veces enseña que con él se olvida a veces la herida parece no sanar.
Sacude el polvo y vuelve a empezar, despierta que esto no tendrá un final feliz, las cosas no son como uno las planea, pero lo mejor que podemos hacer es decirnos la verdad, hay personas que llegan a enseñarnos, irrumpen en nuestro camino para corregirnos, hacernos fuertes y valientes porque quizás en el futuro habrá cosas peores, hoy puedo beber una copa recordar aquella fecha y aunque sería mentir decir que ya no duele, por fin puedo admitir que no me amaste nunca y como tonta quise creerte, aquella persona ya no existe más, pero hay una nueva esta que acepta que pensar en ti, será mi estrategia, prefiero dejar lo malo afuera y decir que siempre conmigo estas para ayudarme a entender que no necesito creer en historias de un final feliz.
OPINIONES Y COMENTARIOS