Hundo mi dedo en la sangre aguada de vuestro Impotente loco redentor, y escribo en su frente Desgarrada por la espinas: «el verdadero Príncipe del mal; ¡el rey de los esclavos!»
Observo este pequeño fragmento de papel que ni siquiera logro comprender por qué esta en mi pantalón no recuerdo visto y menos ignorarlo para luego leer, mientras recorro a paso apresurado las calle de la ciudad. Sé que debería estar en mi departamento tal vez viendo alguna serie o simplemente en los brazos de Morfeo, la segunda opción es tentadora los últimos días eso es lo que menos he logrado a causa de esos sueños me abruman. -¿Quién es él? ¿Qué nos une? ¿Cuáles son sus motivos para atormentarme? Debí haber cogido un taxi y no caminar, bueno mi subconsciente decía caminar y no flojear. Solo a mí se me ocurre la grandiosa idea de caminar con esta noche tan fría a estas horas froto mis manos mientras me abrazo más a mi sudadera hace un frió tremendo. Mientras doblo la calle veo mi edificio estoy cerca pero es la parte más oscura y rápida para llegar, veo un parque a unos metros mientras el viento mueve las hojas oscuras de esos bellos árboles por ese viento tan frió que se siente hasta los poros y el dolor al respirar, sé que tengo que apresurarme pero la vista es increíble con esa luna llena mientras resplandece esos lugares tan cautivadores bajo la capa de oscuridad en caso de ser espectador dela oscuridad. Alguien levanta la niña que ha caído mientras era perseguida por su hermana mayor con unos cabellos negros en un fino moño, con un vestido blanco que le llega a las rodillas y sucio ambas visten igual, creo que es por jugar con su hermana, le susurra cosas a esa niña para que deje de llorar y estalle en unas risas acompañada de su hermana, me pregunto que hace a estas horas en este parque son casi las 2 para jugar solas, me acerco a ellas a preguntar y ofrecerme a acompañarlas su casa pienso mientras voy al inicio del parque.
-Hola soy Maebell. Murmuro y agito la mano. Mientras la mayor de ellas levanta la cara y sonríe y le dice algo tan bajo a su hermana que parece solo mueve los labios. –Ella es de confianza recuerda “Copain”. –Hola un gusto soy Emily, responde con una sonrisa. -¿Qué haces a esta horas en el parque es muy peligro más para ustedes solas? -Kendall quería jugar. Respondiendo a mí pregunta mientras juega el cabello de su hermana. –chicas es demasiado tarde para estar aquí las acompaño a su casa. –claro es tarde. Dice mientras camina hacia la salida con su hermana en brazos. -¿Dónde viven? -muy cerca de tu abuela. Contesta mientras camina. -¿en el edifico de enfrente? Pregunto confundida. –no mucho más.– no recuerdo si alguna vez la he visto antes. ¨claro soy muy despistada¨ pienso. –No era tiempo de vernos, y ha llegado la hora hoy comienza a revelarte tus dones y él te espera, dice mientras sus ojos cambian a negros totalmente y baja a su hermana. –tiempo de que. –solo te avisamos que es hora y no tengas miedo este es tu mundo siempre lo ha sido. –cual mundo si pertenecemos a la tierra. Respondo confundida. –has cambiado dejaste de ser la que creía en nosotros los considerados imaginarios. –de que hablas no te he visto nunca. Digo firmemente.–te comprendo no sabes nada desconoces ese mundo que solo dicen que es maligno, nuestro mundo, lo vas a lograr eres nuestra próxima líder. –de que jodidos hablas. Pregunto ella solo me confundes.–de los nuevos tiempos en tu vida.–cual vida si ya la tengo seré Psicóloga. Confirmo mis sueños. Mientras caminar para llegar a ellas y empiezan a desaparecer y solo escucho una frase que marca mi destino, aquel jamás imaginado. -“Facilis descensus Averni”.
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