Rutina diaria

Rutina diaria

M.A.R

01/07/2024

Sigo teniendo ese sentimiento cuando estoy en el colegio en el que escucho como hablan todos y lo comparo con el silencio que hay en mi cabeza, me siento vacía y no solo mentalmente si no que siento que no hay nada adentro de todo mi cuerpo aparte de lo que puedo ver. Siento que no tengo ningun órgano salvo mis pulmones que hacen el duro esfuerzo de respirar constantemente. Comienzo a ser consiente de que son lo único que tengo y siento dentro mío, me empieza a pesar el aire, se hace más denso y me cuesta respirar, hago un esfuerzo para parecer normal, de hacer como que no estoy en crisis y que no tengo ganas de llorar, veo a mis amigas más cercanas, como hablan entre ellas con total normalidad sobre temas de los que desconozco y siento como una pared de ignorancia nos separa, de su lado ignoran mi sufrimiento y de mi lado ignoro su conversación no muy agilmente ya que esa pared se rompe y se combierte en ira,  ¿por que no pueden ver lo que siento? ¿por que me ignoran?¿por que no se preocupan por mí? que rapidamente desaparece por el sentimiento de vergüenza enorme que empieza a llenar mi ser, estoy avergonzada por ser tan ageoista y celosa, luego de eso empiezo a sentir un MUY MUY fuerte sentimiento de odio pero no hacia ellas, sino hacia mí, me odio por sentir eso, me odio por que no me puedo comunicar con normalidad, me odio por que me siento estupida por no saber sobre los temas de los que conversan entre ellas y de ese pensamiento sale otro en el que pienso que soy idiota por que tampoco se nada de lo que dan en el colegio y de ese sale uno más en el que pienso que soy tarada por que no se casi nada de nada y de ese pensamiento sale otro y otro y otro y otro, hasta parece que nunca van terminar. Así se forma una gigante red que me atrapa, estoy desesperada y aún así mantengo una cara seria mientras miro la carpeta o hago como que duermo, todo se empieza a derrumbar en mi interior, todo lo que en algún momento fue confianza y alegría se convierte en odio, decepcion, tristeza y unas enormes ganas de morir que se proyectan en mi cabeza como una idea; veo una imagen en mi cabeza en la que hay una montaña formada por las palabras que me estaba diciendo hace unos segundos y encima de ella, como un sol, una luz que me da esperanza y lo que parece mi unica salida de todos estos pensamientos. Iluminadas se presentan las palabras «deberias matarte», empiezo a pensarlo, 3 años de ir a la psicologa despues de ese «accidente» en 2021, todo ese tiempo y todavía me siento igual, tanta terapia y estoy exactamente en mismo lugar en el que empecé, todo esto para nada. Pienso en hacerlo y seriamente lo considero, parece una buena idea y la unica en verdad, luego de ese pensamiento aparece otro, pienso en la reacción de mi familia, de mi hermano más que nada, la persona que más amo en el mundo, aunque de vez en cuando lo odio muchisimo el es el ser más amable que conozco, me entiende, me quiere muchísimo y me siento amada cuando estoy con el, empiezo a pensar en lo que le dolería que me muera y casi al instante dejo de lado mi egoísmo y decido no recurrir a eso, se que hacerlo aliviaría mi dolor pero tambien se que agraviaria el suyo.  A pesar de todo lo que pasó por mi cabeza en esos 15 segundos sigo buscando alguna idea, algo que pueda hacer para dejar se sentirme así y al igual que hace dos años decido recurrir a herirme fisicamente esperando así sanar la herida ya abierta en mi mente, recuerdo la hoja de afeitar que decidi sacar del perfilador ese domingo 12 de mayo que tengo bien escondida en las orejas de un peluche de elefante con el cual alguna vez jugué cuando era bebé, pienso en hacerlo, me digo mentalmente «hoy me corto» y empiezo a necesitar hacerlo en el momento pero obviamente no puedo, busco otras formas de calmar mi mente, me pellizco, me aprieto muy fuerte la pierna, el brazo, me clavo las uñas y nada ayuda, me levanto de mi pupitre y le pregunto a la profesora si puedo ir al baño, me encierro, me levanto el pantalón, veo todas mis cicatrices, algunas más viejas incluso de hace dos años y otras de la noche anterior, aprieto las más recientes y abro mis notas del celular, escribo cuanto me odio e intento llorar con la esperanza de que eso logre calmarme y por alguna razon no puedo, necesito hacerlo y mi cuerpo no me lo permite, incluso él mismo no quiere mi salud, no quiere que mejore y en algún punto ya se que yo tampoco quiero estar bien, no quiero mejorar y ni voy a intentarlo. Rendida despues de tanto intento de acabar con la desesperación acepto mi destino y entiendo que no tengo escapatoria, acepto que esto es lo que voy a sentir el resto de mi vida, a pesar que una parte de mi quiere experimentar lo que es ser feliz y amarme a mi misma hay una parte MUCHISIMO más grande que prefiere quedarse en la comodidad de lo que ya conozco y de lo que se combirtio en mi zona de comfort a lo largo de estos años, acepto que no soy digna de merecer amor y que estoy condenada a que por el resto de mi vida nunca voy a sentirme amada ni por los demas ni por mi misma. Vuelvo al aula, y mis amigas al fin se preocupan y me preguntan si estoy bien, tanto tiempo esperando a que alguien me diga esas palabras, al fin se me daba una oportunidad para escupir todo lo que me ahogaba y respondo con un simple «si».

Ese mismo día antes de dormir, cuando ya estan todos en sus camas preparo todo, saco el peluche de elefante, agarro el agua oxigenada, la linterna, la cinta y el papel, arremango mi pantalón prendo la linterna que sostengo con la boca y lo hago varias veces pasando la hoja rápido haciendo la herida superficial y unas 2 veces más lento y profundo, me tiro agua oxigenada, corto el papel y lo apoyo sobre las heridas, corto la cinta y la apoyo sobre el papel, apago la linterna, me tapo y me voy a dormir solo para que el proximo día y todos los que le sigan vuelva a hacer lo mismo con una mínima esperanza de que algún día algo dentro de mí cambie, mejore, supere o prefiera siquiera intentar salir de esta red de pensamientos que me mantiene atrapada en mi depresión que yo misma creo.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS