¡Corre! ¡Corre!

Corre, cómo si tu vida dependiera de ello.

(Es lo que repetía en mi mente una y otra vez)

Mientras, sentía como cada vez era más dificultoso respirar, como ardía cada pálpito de mi corazón y como se forzaban cada músculo de mi cuerpo, en cada zancada, con una fuerza, que ni yo sabía que tenía.

No había mas opción…mi vida dependía de ello.

¿Quién me manda a ir de fiesta el día antes de mi último examen?, estaba a tan solo un par de horas y una calificación de ser libre, por 2 exquisitos meses.

Meses que seguro estarían llenos de fiestas, viajes, anécdotas familiares y salidas memorables con mi amado novio.

¡Me regocijaba saber que tendría tiempo a destajo, ¡para todo! ¡todo lo que amo!

Al fin llego (con 10 minutos de atraso). En mi cabeza escucho la voz interna alentándome: “solo necesitas un 4,0.”

Con prisa y ansias comienzo la prueba, que termino en 30 minutos y fracción.

¡Woow! – exclama el académico al ver la rapidez y confianza que entrego las hojas. Por suerte las corregía inmediatamente.

¡Si! ¡Un 5,2!

Ya más calmada y feliz, caminé para dirigirme a casa.

Era hora de desenrollar la maraña de audífonos, poner música, relajarme, textear a mi adorable novio. Y …¿por qué no?.. a Franco.

Por unos segundos, saboreé en mi mente la posibilidad de juntarme con él antes de ir a casa. Después de todo, tendré el verano completo para mi novio, la familia y amigos.

¡Rayos! ¡Salí tan apurada que no noté los mensajes en el teléfono¡.

Al desbloquear, ahí estaba… el incondicional, atento, infaltable y amoroso saludo de mi novio.

Escribo rápidamente en el celular: «Gracias Amor!… me fue súper! ¡también te Amo! nos Vemos Prontiwiii!. Finalizo la frase con mas corazones de los que realmente quiero.

¿Que si lo amo?

Pues siempre me lo pregunto. A veces es tan perfecto, me adora tanto, que es casi detestable. No sé, quizás me asfixia un poco, pero, si, ¡Lo amo!, tiene todo lo que uno sueña de un novio: es guapo, imposiblemente tierno y preocupado, detallista, cariñoso, tenemos sexo satisfactorio.

Solo que… Franco satisface mi lado “oscuro” ese que alguien como mi novio vería como «¿quién demonios eres tú?».

¡Franco!

Salgo de mi análisis mental para escribirle: “paso por tu casa a las 13:00”. No necesitaba escribir más, él siempre estaba disponible. No que se haya enamorado de mí, ni yo de él. Entre ambos no había nada más que aquellos “desahogos” furtivos. Esos que no remplazan ni 3 horas en el gimnasio.

¿Cómo lo conocí? Me sonroja recordarlo…

Dios! mi cabeza! todo se oscu…rece, de pronto me si…ento caer.

…..

Veo su cuerpo tendido… ¿Que hice?!

la pondré en el vehículo antes que alguien nos vea.

¡Su celular!

Lo recojo…

¡Maldita!

¡Maldita! ¡Maldita! ¡Maldita! ¡Podríamos haberlo tenido todo, pero tú! manchaste lo nuestro, hiciste de tres una historia de dos y ahora solo seré yo.

Y tendré que vivir con tu partida.

…Y la de él, francamente no me importa, murió feliz sumergido en toda su mierda. ¡Pero tú! tu debías vivir, ser mía, ser mi esposa, tener nuestros hijos, esperarme en casa cada tarde, recibirme con ternura, llenarme de besos y caricias que ahora solo vivirán en las fantasías de mi mente.

Me cuesta terminar esto, quizás debería intentar darte un último beso antes de despedir tu suave cuerpo para siempre. Quizás, contemplarlo unos minutos y rememorar todas las veces que llegue al éxtasis en ti.

¡Que enfermo estoy¡, No, no puedo amarte si amas a alguien más. Y tú no amarás a nadie. Tampoco a mí.

Enterraré tu recuerdo y a ti en este oscuro agujero, que cubrirá un montón de tierra húmeda. Seguro crecerán bellas flores en este sitio, ¿Serán seductoras rosas? o ¿delicados lirios?

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS