Ella atendió al llamado, días después de una breve charla vía inbox. Lugar de la cita, una tienda de conveniencia. El recordó inmediatamente a la madre de la chica. Tiempo atrás se había entrevistado con ella en ese mismo sitio.

La peque le recibió de manera espontanea con un abrazo y un beso en la mejilla, casi rozando sus labios, él no se extrañó desde que la conoció. Cuando aun tenia quince, ella se había comportado de manera cariñosa con él.

La charla fue corta, esta juventud actual que va al grano, sin tanta vuelta. Ella requería de los contactos de el tipo, para hacer carrera en la música. Concretamente en el rock, sabía tocar la batería de manera fenomenal

En compañía de unos amigos habían realizado algunas presentaciones con regular éxito en uno que otro festival en la escuela. Había vivido ya de alguna manera el éxito y estaba empeñada en lograrlo a mayor escala y estaba dispuesta a lo que fuese con tal de lograrlo. Lagarto era un tipo maduro, viejo para la idiosincrasia de los jóvenes. Sin embargo a Jessica se le había hecho atractivo desde que lo conoció.

Lagarto igualmente fue al grano, le expuso la realidad, que no contaba con instrumento, ni ella ni sus compañeros. Que aún que los recomendara con sus contactos ¿con que instrumentos podrían incluso ensayar?

Jessica no lo dudó, a bocajarro le soltó la idea que venía guardando meses atrás: Lo que vende en estos tiempos es el sexo amigo, estarás de acuerdo. Quiero que tú seas mi mánager y haremos lo que sea necesario para alcanzar la meta juntos.

Lagarto movió la cabeza negando de inicio al escuchar el plan de la chica, se trataba de vender ilusiones a tipos solitarios, ansiosos de amor vía internet. Se trataba de que él le tomase fotos en poca ropa, abrir una página e intentar vender ese tipo de material. Con el dinero obtenido, estarían en posibilidad de financiar el proyecto musical.

Solo es cuestión de invertir en la renta de un cuarto de hotel lagarto, no es tan difícil hombre, mira de hecho cruzando la avenida hay uno, traigo lo suficiente para pagar la habitación. Tú traes tu celular. ¿Intentemoslo si? No perdemos nada.

No perderás tú – pensó para sus adentros lagarto- Eres muy hermosa y en verdad no se que pasará ahí dentro…

Jessica, como toda chiquilla caprichosa, le insistió hasta el hartazgo, hasta lograr su cometido.

La improvisada sesión de fotos se llevó a cabo de manera atropellada, la chica no tenía la mas mínima idea de las poses que les encantan a los hombres deseosos de sexo. él pidió autorización para guiarla, en primer instancia de manera verbal, y momentos después sin darse cuenta ambos de manera física, con ligeros roces ya en los brazos, en la cabeza o en las rodillas de la chica. A fin de colocar dichas extremidades en lugares correctos para lograr una pose mas sensual.

Lagarto pudo observar como la piel de la chica se erizaba al contacto, no se percataba de los ligeros gemidos y jadeos que dejaba salir al sentirse tocada. En algún momento el sostén desapareció de su cuerpo, mientras se retorcía en silente petición. Igualmente en la cima de la excitación ella deslizó su mano por debajo de su panty y comenzó a frotar, con movimientos lentos, circulares.

Arqueando la cadera hacia arriba, hacia abajo. Lagarto no pudo aguantar mas ese delicioso espectáculo y comenzó a acariciar los muslos, a besar los labios, hombros y brazos . A acariciar esas pequeños senos, provocando un orgasmo en la chica, que en forma compensatoria. Comenzó a frotar el sexo erecto de lagarto.

Él bajó la panty, la colocó de frente, ambos acostados de lado en el lecho. Ella lo abrazó con una pierna por la cintura y sin palabras, solo con la mirada extraviada le pidió la hiciese suya.

Él entró despacio, con cuidado, mientras besaba con ternura sus labios. Un orgasmo mas cimbró el cuerpo de la chiquilla, situación que excitó al máximo los sentidos de lagarto. La colocó en posición de misionero y esta vez fue el quien disfrutó de ese cuerpo juvenil, delicioso.

Las embestidas fueron subiendo en su frecuencia. Los gemidos de ambos no eran ahogados ya. No importaba la gran diferencia de edades, se trataba de un hombre y una mujer prodigándose placer mutuamente. Alcanzando el infierno y el cielo alternadamente.

El celular quedó botado a un costado de la cama, conteniendo las imágenes que en algún momento les darían el capital necesario para que una nueva estrella de rock naciera a la luz…

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