Con gran regocijo admiraba tu manera de ser

tan dura, regia y especial de tratar a las personas

con esa cara de una bestia, con ese tacto de un ser sinigual

Amo la estadía en tus brazos, en tus palabras, en esa mendiga

idea de que algún día regresaras, te guardo tan dentro de mi

que odio la idea de compartir el porvenir.

si no estas me rompo, si no te veo me quiebro como un diamante

si no existieras sería una ruleta, sin poder andar en los caminos que ahora

los he dejado de palpar.

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