Retrato de lucidez

Retrato de Lucidez

Estaba sentada en la mitad de la calle, en realidad sabia que a esa hora no pasaría ningún coche, ¿o tal vez no estaba tan segura? No importaba en realidad hacía mucho tiempo había perdido esas sensaciones que te hacen valorar la vida. La noche me la tragaba con whisky, era un trago amargo y liberador, llevaba años tomando de forma impulsiva sin parar hasta que casi no pudiera regresar a casa, pero llegaba al punto medio donde podía ir a gatas por los tejados vecinos y reunirme con mis gatos en mí jardín.
La noche con su ostilidad reinante se sumergía en mi cuerpo,
yo la de mejillas pálidas, la de ojos rotos y cuerpo destrozado…
Era todo un espectáculo de cielos grises,
era la de lágrimas rojas,
sangre en las uñas,
ilusiones perdidas,
vacíos en el alma,
depresiones desde niña-

¿Y ahora qué ?
Tengo 30 años y poco; sigo sin rumbo, frustrada por el tiempo, apuñalada por la lucidez, el despertar amargo de la realidad, inyectando ironía en cada palabra, desertora de una sociedad normalizada por escándalos. Le dije un día al buen hombre que me vendía el licor.

Cada día para el ser lastimado por la vida, vivir es una lucha, la esperanza es una puta que cobra con sacrificios poseer, todo está tan lleno de odio que el amor se suicida.

Y el respondió:
El día a día es un suicidio premeditado por dios.

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