¡Aaaah, este remanso en el camino, en donde faltan cosas que creí necesarias; personas que creí importantes; afectos que creí eternos; sueños que debieron realizarse y metas aún por su alcance…!
En este oasis benévolo, en donde hay tanto perdido; ojos que esperan flaqueza; de indiferencia teñido el horizonte que sigue, de fuego anunciado el camino, después del levanto a mi asiento de lenguas viperinas y de aliento podrido…
Respiro el mensaje, me abrazan sus letras y confirmo que nada más hace falta, que puede el cuenco y el lek estar por siempre vacíos mientras en remanso y oasis sepas que está caminando contigo…
Son caricia de un Dios que muestra en adelanto, cómo es que puede un alma que a diario con contras de necios, desplantes incrédulos y jueces del diablo, puede descansar tranquila y en paz por todo lo construido, por ser fiel a su mandato.
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