Relato de mi ausencia

Cinco meses que he dejado de ser un poeta; 
Meses anteriores le escribía a una bella musa; 
aún, en invocar su recuerdo me hace latir una lágrima, 
una sonrisa, un deseo, una emoción, un desahogo, una 
verdad, y miles de ensoñaciones. 

Mi inspiración se ha ido ¿Quizás se encuentra a lado de ella? 
Me perdí… era como regresar en mis años contemporáneos de 
bohemia y perdición; deje que la depresión y la soledad embargará
todo mi Ser. 

Mi esencia se había ido; mi alegría, mi empatía, mi carisma, todo de mí 
se había apagado. Me deduje a la simplicidad de morir estando en vida. 
No lo niego… Tú partida cableo mi esencia.   

Busqué desahogos emocionales en otros labios y en otras manos, pero, 
el dicho popular «Clavo saca a otro clave» solamente te clavas con más 
problemas, y hace sentirte más vació que el propio desierto. 

Pero todo perdido encuentra la salida de la perdición, antes eras mi lecho, 
mi escudo y mi fortaleza, eras mi talón de aquiles; ahora, he visto a mi Abba
Jehová de los ejércitos y me ha demostrado su fidelidad y sus propósitos en mi 
vida.

Mi brillo ha iniciado a brillar con pequeños destellos, con pequeñas oraciones, 
con pequeñas sonrisas, con pequeños detalles de parte de Dios con mi persona. 

De estar incompleto ha estar nuevamente completo; ya no solo emocional y 
espiritualmente. Ya más avivado, porque mi alma a encontrado un fiel compañero
y se lo debo al Espíritu Santo de Dios.  

¡He vuelto a Ser yo mismo! 
¡No soy yo… Es Cristo Jesús obrando en mi interior! 
¡Sanando mis heridas profundas!   

¡Dios mío sigue obrando en mi corazón y en tú corazón…Amén! 

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