Y me encuentro aquí viéndome reflejado en la pantalla del móvil, leyendo tu nombre pensando si escribirte o no, ¿que podrías decirte?, ¿cuál sería la mejor excusa para empezar una platica? Vaya que es difícil esto..

Nunca ha sido fácil aferrarse a promesas ni mucho menos dejarlas ir, y aunque resulta duro aceptarlo, las cosas son como son y son como las he fabricado. Supongo hay un objetivo, un tema, un punto detrás de todo esto, detrás de tantos… ¿sentimientos encontrados? Es una pena lo que sucedió, pero era necesario.

Compartimos una historia, un trago amargo de amistad y uno aun más amargo después, ¿qué podría decir de todo eso?, ¿Que lo siento?, ¿Que fui injusto? Que de alguna forma reaccioné negativamente basándome en esa desconfianza que he venido cargando durante mucho tiempo y tristemente podría excusarme diciendo estupideces sin sentido, diciendo que no me importó entonces aunque la realidad sea distinta…

Es natural arrepentirse luego de herir a alguien quien se esforzaba por demostrarte que te quería aunque se desgarrara al hacerlo. Quizás el tema más que pedir perdón, sea buscar la paz.

No quisiera involucrarme en asuntos personales ni pretender buscar otra herida, las cosas pasaron y ahora fueron, no quisiera malentendidos solo que no encuentro las palabras para expresar todo lo que acarrea la vaga promesa que te hice ese día entre copas «te hablare eventualmente…»

Siendo sincero hace tiempo tengo esa idea de tratar de hacer las cosas bien, por la paz además de que la idea de un cierre no suena mal, digo… es necesario, ¿no? ese momento de poner las cartas sobre la mesa de dar ese par de últimos golpes de fingir ser maduros y sonreír un poco sincera y un poco hipócrita-mente para dejar de lado todo aquello que nos hizo daño y pasar a un nuevo capitulo, uno donde nos podamos ver en la calle y saludar dulcemente, uno donde podamos recordar con nostalgia esas pequeñas ventas al pasado…

Resulta ridículo cerrar una puerta pero lo es más dejarla cerrada.

Y yo aquí pensando que decirle mientras veo su nombre y recuerdos vienen a mi haciéndome sentir un imbécil por muchas cosas que dije o hice. Definitivamente la distancia hace que vamos las cosas con más claridad, entre más lejos estemos de la época, más fácil es identificar los errores, nuestros errores y no nos queda más que cargar con ellos y aprender para evitarlos en un futuro.

A este punto el tema principal ha cambiado tanto que ya no sé ni porqué ni qué decirle, solo sé que debo hacerlo y me pregunto ¿será muy tarde?, a estas alturas… ¿estará de más un «lo siento»?

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