Me encuentro aquí frente al espejo, me miro y me pregunto, ¿cuanto tiempo ha pasado desde que te amaste por última vez?

Resoplo y me siento patético al saber que todo esto solo está en mi mente, que nada puede salir y que el potencial que me dicen que tengo, se hace cada vez más vago, por no llegar a creerlo del todo.

Mírame, fui tan tuya que dejé de amarme, soy tan mía que casi me olvido, y eso no es todo, lo peor es que desperdicié tanto en tan poco tiempo, que ahora ya no hallo manera de recuperarlo… y tú te lo llevas sin mirar atrás, con una sonrisa hipócrita que alardeas sin inmiscuir sentimientos.

Mírate, ¿acaso no te das cuenta del dolor que causas?¡No ves que si sigues igual, la vida no te va a dejar de doler!, por más frases positivas que te sigas gritando… en silencio, cuando nadie te ve ni te escucha, porque te avergüenza, que piensen que estás loco, que descubran tus trastornos mentales y sobre todo, que te encierren por haber creado una segunda persona en tu mente como mecanismo de defensa a cuando te sientes mal, triste.

Si te vas, no vuelvas, porque por más que prometas cambiar, siempre regresas al pasado y vuelves a cometer los mismos errores o incluso nuevos, pero peores.

No me dejes sola, pero tampoco regreses conmigo, porque al fin y al cabo lo único suficiente aparte de ti, es que mis pies al fin tocan la tierra y todo cobra un sentido, ese que contigo jamás logré hallar, porque te encargaste de vendarme los ojos y venderme la mentira de que todo, siempre, iba a estar bien.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS