La vida da muchas vueltas y es posible que en épocas concretas, con menos años, en otras circunstancias, hayamos vivido momentos muy gratificantes, ilusiones que se cumplieron a medias, planteamientos que siendo buenos no terminaron bien porque no todo depende de nosotros en esta vida.

Hay personas, que por circunstancias concretas en su vida, hace que, aun teniendo claro lo que uno quieren, no terminen bien, abandonen el camino andado o simplemente se compliquen por otros actores que en lugar de interpretar el papel encomendado, decidieron ir por su cuenta.

Es bueno tener ilusiones, planes de futuro, pero sobre todo hay que vivir el presente, el aquí y ahora, al menos es la experiencia que voy adquiriendo con el paso de los años y ya os digo que me ha pasado de todo, al final llegas a la conclusión de que lo importante es lo que hagas cada día, por que cuando pase, habrá pasado la ocasión de hacer algo bueno, noble, de haber aportado algo a tu vida y a la de los demás.

Con el paso de los años se supone que vamos madurando, aunque hay personas que ya desde muy jovencitas manifiestan una madurez que ya quisieran tener algunos adultos. 

Tengo la sensación por lo que observo a mi alrededor que no es así, veo comportamientos en personas mayores, adultas que no se sabe por qué motivo, (me imagino que tendrán alguno), adoptan comportamientos y actitudes de adolescentes grandes (dicen que la adolescencia cada vez se está alargando más), por la forma de hablar, por las actividades que realizan, por los planteamientos que tienen de la vida, incluso copian o se dejan llevar por el egoísmo propio de personas de más corta edad, hábitos y comportamientos, etc.

Reencontrarse, volver a a retomar aquello que nos hizo madurar en su momento, aquellas decisiones que siendo buenas, por culpa de otras personas no llegaron a buen puerto. 

Reencontrarse con uno mismo, reflexionar, dedicar un tiempo a pensar en el rumbo que está tomando nuestra vida y, si es necesario rectificarlo para llegar a puerto seguro. Se está poniendo de moda la meditación porque cada vez hay más personas que no saben por donde tirar, todo se vive deprisa y corriendo no hay tiempo parar pararse unos minutos a pensar.

La aventura es buena, siempre me han gustado desde muy pequeño los retos, ya de mayor los retos son otros y aunque parezcan más serios o aburridos son los que nos permitirán forjar una vida de presente y de futuro fundamentada en unos pilares fuertes, hondos, que mantengan firme nuestro «edificio» nuestra vida que a veces se puede tambalear.

Retomar todo lo bueno que hemos tenido a lo largo de nuestra vida, el ejemplo de los nuestros o  de otras personas, todo aquello que nos ayudó a ser mejores personas. 

No dejarnos llevar por la corriente, no ser uno más del montón, mantenernos firmes en nuestros principios y valores, siendo tolerantes, comprensivos y sobre todo asertivos, tratando de entender a los demás pero sin ceder.

Reencontrarse, reinventarse, renovarse, ese es el reto.

Dice el refrán que «RECTIFICAR ES DE SABIOS».

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