Miedo, miedo a salir a la calle y a los vecinos del frente

Miedo a lo que puedan pensar de mi y a lo que puedan hacerme

Miedo cuando camino por la ciudad y hay mucha gente

Desesperación, impaciencia

Miedo a caminar sola y acompañada

Miedo a no llorar

Miedo a perder lo que construí

Miedo a no salir de este infierno

Miedo a no salir de este miedo

Y llevarme la primavera

Como si nunca hubiera existido

Miedo a amarte y a amarme

A no dejarte ir

O lo que es peor

A que te vayas

No, no a que te vayas

A que huyas de mi

Sin verme

Miedo a que hayas perdido esa pasión

Miedo a que ya no me desees

A que no desees verme

Por última vez

Miedo al miedo

Por aferrarme a él

Por no dejarme vivir

Miedo porque no son mi días

Miedo porque no es mi vida

Miedo a aceptar que estoy sola

Miedo a la afirmación

Miedo que no me suelta.

Odio esta maldita ciudad y sus calles, odio este enero que me tiene en atracón, vamos, lento, lento; no, ya no vamos. Odio llegar a ese colosal, tan grande, tan grande para mí y que no haya nadie, odio llegar a esa casa, odio estar en la calle y ver que una persona me sonríe o me susurra alguna palabra. Asco, repugnancia, ganas de ahorcarlo. Odio que el de al lado me mire, odio que me miren, odio creer que todos están es contra mía. Me odio a mi y odio a ese miedo que me hace odiarme, odio el rivotril y estas ganas de comer y exterminar, odio despilfarrar, coger algo con mis manos y al abrirlas, no tener nada, odio este estado depresivo y esta noche.

Odio odiar todo lo que amaba; la navidad, las luces en cada casa con falta de estética; los parques, las plazas, la gente, todo tan estrambótico, tan ridículo. Odio esta falta de interés, odio el sol, odio este sin-sentido.

En unos meses, odiaré otras calles y otras gentes, me voy, me voy a ser de mi vida un paraíso, me voy a subir a un altar y la gente me aclamara y suplicarán mi amor, amor vacío, amor lleno de pasión o de salvación, redentora de todos. Sufrirán, porque estaré en un presbiterio y se tendrán que humillar. Porque yo soy absoluta de todo, o sea, de nada; No hay nada y no soy nada.

Sigo sola y tengo miedo.

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