Recuerda, cuerpo,

Recuerda las miradas que se posaron suaves

como si fueras un secreto.

El roce tibio de una caricia distraída,

el peso de un abrazo que duró más de lo necesario.

Recuerda, piel,

las madrugadas donde no hiciste falta para explicar nada,

cuando un suspiro bastaba,

y el mundo era ese instante quieto entre dos.

Recuerda, espalda,

cuando te apoyaron sin pedirte que sostengas,

y el descanso fue un pacto sin palabras.

Recuerda, cuerpo,

que fuiste elegido, deseado, abrazado.

Recuerda, cuerpo,

porque el amor no se va:

se queda en la memoria de la piel,

esperando que un día,

vuelvas a sentirlo.

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