“RABIETA DEL NIÑO COSTERO”

“RABIETA DEL NIÑO COSTERO”

Elizabeth M R

13/07/2017

Otra vez el niño costero, asintió la parte norte del Perú. Esta vez la ciudad de Piura afronto lluvias intensas de más de catorce horas y con algunas descargas eléctricas, ocasionalmente hay lluvias en estos meses (febrero, marzo, abril). Sin embargo, estas lluvias sobrepasaron lo normal, provocando el desborde del rio Piura.

Evidentemente las personas que vivieron en carne propia los desastres, volvieron a vivir y/o recordar los daños ocurridos en el año 1997-1998, mostrando su preocupación, desolación e indignación al ver esté reciente fenómeno de “El Niño Costero”. Siendo nuevamente testigos de un azote de desastres, provocando una serie de daños y aislamientos en algunas localidades.

Además, debido a la rotura de uno de los diques de contención del rio Piura, ocasiono que el agua inundara algunas localidades del bajo y centro Piura. Dejando viviendas inhabilitadas, carreteras y caminos rurales dañados, centros comerciales, hospitales, universidades, e inclusive el centro de la ciudad, sufrieron los efectos del fenómeno del Niño Costero.

Asimismo la ciudad de Piura fue la más afectada por el virus del dengue, que es transmitido por el zancudo Aedes Aegypti. Igualmente, la enfermedad ha cobrado la vida de muchas personas. También las actividades quedaron paralizadas y cientos de pobladores de la zona y turistas abandonaron la ciudad.

Esta rabieta del “Niño Costero” fue peor y devastadora a la del año 1997-1998, denominado “Fenómeno del Niño”. Vale resaltar que “El Niño Costero”, es una anomalía climática que se desarrolla exclusivamente en las costas de Perú y Ecuador, a diferencia del Fenómeno del Niño que se desarrolla a lo largo de las costas del Pacífico.

Finalmente es un riesgo que como ciudad afrontamos ante los estragos del “Niño Costero” mostrando las pataletas que deja tras su paso este fenómeno, debido al cambio climático que se ha visto afectado en forma negativa por la contaminación de muchas actividades humanas. Es por ello, que debemos ser más conscientes y responsables con nuestro ecosistema y sumarnos al espíritu de ser todos una sola fuerza.

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