¿QUIEN SOY YO?
Cuando despertó, abrió un ojo y luego el otro, se encontró tirado al borde de una carretera junto a un matorral que expelía cierto olor entre jungla maltrecha y cultivo de hortalizas, luego con gran dificultad y algo atontado logro divisar a no menos de 50 metros un automóvil volcado sin ninguno de sus ocupantes, sólo veía ropa tirada, una jaula abierta y maletas por doquier.
Luego de componerse un poco se da cuenta de que no recuerda nada ni tampoco quien es, lo que lo motiva a buscar un espejo dentro de todas las cosas allí dispersas y abandonadas para mirar su aspecto y de pronto así recordar quién es y quizás algo de lo que le había pasado.
Minutos después de ubicarse en el tiempo y en el espacio decide comenzar a recorrer esa carretera olvidada, donde no lograba reconocer el olor de jungla maltrecha ni de cultivo de hortalizas y mucho menos a sí mismo. Así pues bajo el sol incandescente y batallando contra la humedad que lo agobiaba continuó su camino tratando de hallar un no sé qué, en no sé dónde, para poder recordar que había pasado y quien era.
Por esas cosas del destino, o de no recordar nada ni de enterarse de lo sucedido no se le quitaba la idea de buscar un espejo, pensando que esa sería la única manera de poder identificar su genética y así saber qué hacer.
Luego de muchas horas de recorrido y cuando la noche comenzaba a caer, logro vislumbrar a lo lejos dos o tres luces encendidas, aunque no sabía si era un pueblo o simplemente el efecto del cansancio, decidió continuar hasta aquellas señales posibles de vida que se encontraban delante de aquella carretera.
Acercándose mucho más a aquellas luces y con gran entusiasmo descubrió que no eran más que dos o tres luciérnagas perdidas entre los árboles, las cuales al sentir la presencia de algo desaparecieron entre la penumbra dejando aun más oscuro el camino y haciendo más difícil su tránsito debido a la dificultad para ver lo que había más adelante.
Luego de andar y caminar aquella carretera y en esos momentos cuando se comienza a dudar de la esperanza, se topó en el camino con algunas casas oscuras al lado y lado de la carretera, lo que daba indicios de que allí comenzaba un pueblo, por lo que acelero el paso y comenzó a encontrarse casas y mas casas, pero no había nadie que le pudiera prestar un espejo para poderse reconocer ya que al parecer era muy tarde, ya nadie estaba en las calles.
Se recostó sobre una pared de una casa de algunas de las calles de aquel pueblo que encontró esperando si al otro día lograba recordar o encontrar un espejo para poder saber quién era y que le había pasado.
Al siguiente día con los primeros rayos de la luz del sol se despertó para reiniciar la búsqueda de su identidad, luego de comenzar el camino se encontró con los habitantes de aquel pueblo, quienes al parecer lo miraban con cierta extrañeza y recelo, tal vez por ser un forastero o quizás por su aspecto, pero al final de cuentas nadie le hablaba o se le acercaba con alguna intención de reconocerlo.
Más adelante y con dificultad subió un andén para descansar ya que sus pasos eran cortos, nuevamente se recostó sobre la pared de otra casa y de esta manera escoger nuevamente el rumbo que tendría que iniciar para encontrar a alguien que lo ayudara.
En medio del camino encontró un hospital, donde ingreso sin mayor problema, ya que al parecer nadie se percató de su presencia, sin saber, comenzó a sentir nuevamente ese olor de jungla maltrecha y cultivo de hortalizas lo que lo incitó a perseguir aquel olor, ya que presentía que lo podía llevar a algo que lo pudiera identificar sin problema.
Luego de dar muchas vueltas en los pasillos de aquel pequeño hospital, persiguiendo el olor de jungla maltrecha y cultivo de hortalizas llego hasta una habitación donde ingreso en mucho silencio encontrando a una pequeña niña de 5 años sollozando y murmurando entre sus labios el nombre de algo que había perdido al parecer en un accidente o por lo menos eso era lo que se veía por los vendajes que tenía aquella niña en sus brazos y piernas.
Al mirar al lado de la cama se encontraba una maleta con todo tipo de ramas, matas, flores y hortalizas lo que explicaba el olor a jungla y cultivo, luego sin querer o de pronto queriendo hizo un ruido con algo que se encontraba en el suelo, lo cual llamo la atención de la niña, quien al voltear lo reconoció y con una gran sonrisa se comenzó a acercar para abrazarlo.
Sin saber qué hacer, si correr o esconderse, decidió esperar a que la niña se acercase para poder saber quién era y recordar lo que había pasado.
De esta manera la niña recogió aquel armadillo perdido, que luego del accidente del auto se saliera del auto y de su jaula y que con el olor de jungla maltrecha y cultivo de hortalizas logro encontrar a su dueña y así recordar quién era y que había pasado.
Era un armadillo perdido en busca de su protectora, aquella niña sollozando en aquel cuarto del pequeño hospital a la espera de ser encontrada por su amigo, el armadillo.
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