A veces pienso en todo lo que me gustaría hacer.
Estudiar para ser acompañante de maternidad, retomar organización de eventos, trabajar en un local de vestidos de novia y ayudar a elegir el vestido soñado.
Curiosamente, no quiero ser madre.
Y el casamiento que sueño… tampoco va a suceder.
Pero bueno, siempre fui mejor en los finales felices… ajenos. 🙂
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