Tal vez nunca les he hablado de él y se que a pocos les interesará…
Pero él tiene una suavidad en los pies como si tocaras el algodón, unos pequeñitos ojos cafés que son mi delirio, cuando está cerca de mi no puedo dejar de mirarlos… Un cabello sedoso al tacto de mis dedos, una mira que esconde miles de secretos y enigmas, una nariz pequeña que me encanta morder cuando tengo la oportunidad. Sus dedos son raros pero me encanta sentirlos delineando con delicadeza cada curva de mi cuerpo.
Sinceramente no podría decirte que es lo que más me encanta de él. Aunque diría que sus ojos pero también su manera peculiar de sonreir o su manera de ver este mundo de mierda, no lo sé…
Sólo sé que me encanta. Me gusta mirarlo sin que me vea.
Adoro reflejarme en su mirada,
su sonrisa iluminándome toda,
sus dedos entrelazados con los míos,
la calidez de sus abrazos,
la dulzura perversa de sus besos,
esa personalidad arrogante que esconde del mundo un vacío en el que quepo yo,
el toque perfecto de sus manos firmes y mágicas,
esa mente de ideas diferentes que cuando las expones me parecen tan lógicas.
¿Sabes cuán feliz me hace explorarle y descubrir cada uno de sus lunares?
La complicidad de nuestras miradas en medio de la gente,
el juego de palabras en una plática trivial que nadie más entiende,
la inteligencia que le caracteriza,
las increíbles coincidencias y las diferencias que tan bien nos complementan,
su olor,
su piel,
sus cicatrices,
sus miedos,
Él
todo él.
¿Que me pasa? Me pasa que me he enamorado
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