«Recuerdo el primer día que la besé.
Eso fue un beso simple, sin fuerza, pero con muchísimo amor.
Era de esperarse, aún era un niño, uno que disfrutaba leer lo comics y que obvio, aun no buscaba porno en su ordenador. era inmaduro y no lo digo por el tema de poner las tres X en la barra de búsqueda, sino más bien porque no entendía nada de la situación. me era difícil dejar de pensar en ella, dejar de verla y aunque muchos lo duden yo estoy seguro de que enserio era amor, uno humilde, sincero, de esos que escasean en este mundo.
Y lo confirmo la primera muestra de amor. Nuestro primer encuentro fue en mi habitación, un domingo en la tarde, ella estaba ahí para celebrar el cumpleaños de Duvan, mi mejor amigo. Ya que al parecer los dos frecuentaban mucho porque él cortejaba una de sus amigas. y agradecí al cielo cuando Duvan me lo conto, porque durante muchos días sufrí al pensar que él había descubierto su belleza, y aunque así había sido, él me confeso que ella le había rechazado pero no de forma cruel sino con razones validas, misma que él no me quiso contar, y por eso habían quedado como buenos amigo. Y lo creí porque era obvio, un pinché mujeriego como ese, no podría con algo tan divino, tan perfecto.
Ese día no estábamos solos, en la casa rondaban muchos compañeros, parte de ellos, chicas que regaban la baba por mi mejor amigo y no lo entendía. Se supone que los chicos, esos culicagados de 14 solo deberían pensar en estudiar, formar un futuro… pero claro ahí estaba yo, mirando a la niña que me traía loco desde los 12. una niña simple y perfecta, y para rabia de muchas, linda e inteligente. Ese día tenia encima un vestido azul que resaltaba su figura, pero no me fijaba en eso si no en esa linda cara, que se adornaba de unos ojos marrones, y con un moño negro de esos que vienen en las cajas de regalo y que lucia hermoso junto a los rulos cafés que le caían en el pecho.
Buscábamos películas para ver. pero nadie se ponía de acuerdo, éramos tantos en la cama que era difícil arreglarse. No entendía porque mi mamá aun lo toleraba, ella no era de recibir visita pero ese día había aceptado sin problema y en ese momento atendía a mi amigo y otros de mis compañeros en la cocina. Pues esos locos comían sin piedad y disfrutaban mucho de la compañía de mi madre y yo, bueno también lo hacia, pero no pensaba perder la oportunidad de estar con Arríen, mi dulce amor.
Entre tanto bolate ella sugirió una de terror, una que yo conocía que miraba mucho y accedí, y no porque ella me gustara sino porque las de los demás eran terribles. Hubieron quejas pero yo las ignore y la puse de todas formas, y por ese hecho muchos se salieron por aburrimiento y el resto nos quedamos a oscuras. en las sombras pensaba en tocarla, agarrarla de la mano, pues de forma extraña habíamos quedado muy juntos por la huida de los demás.
No me concentraba por verla a ella, solo imaginaba en posarme sobre ella, abrasarla estar mas cerca física y metafóricamente, y en mi mente no cesaban las porras para que me juntara a su hombro pero cuando lio hice el grito de mis otras compañeras me sacaron de ese mundo y grite tan fino que todos rieron.
ella me vio fijamente y me pareció curioso que en sus ojos se mostraban burla algo que no pasaba con las demás. Ellas solo tenían miedo y lo entendí, la película ya había llegado a la parte donde los sustos eran a cada segundo y por eso la cama se desalojo, quedábamos muy pocos y todos nos acomodamos de nuevo esta vez todos en la cabecera recostado como para dormir y por juan y julio Arrien y yo nos separamos. Pero no fue por mucho. al cabo de una media hora todos salieron con la excusa de que tenían hambre y ella y yo nos quedamos solos. o bueno sara también estaba ahí, pero dormía profundamente y Arrien y yo reímos por lo bajo. ¿Cómo era posible dormirse con una película de terror?
—¿Te da miedo esta película?— le pregunte cuando vi que miraba a la pantalla sin mucho interés
—No— dijo viéndome y arreglando la almohada para acomodarse boca arriba —La he visto mucho, me la se de memoria—Yo estaba recostado al espaldar de la cama pero después de verla hacer eso. yo hice lo mismo.
—¿entonces por que la sugeriste?— indague, queriendo entender
—Como no se ponían de acuerdo para poner una, la sugerí, pensé que era buena opción, pero parece que no— respondió señalando toda la cama vacía y a Sara que descansaba e una de las esquinas. y volvimos a reír.
—Y… ¿a ti te da miedo?— dijo poniéndose de lado para verme e ignorando la película — No, —dije negando y copiando su acción—también me la sé de memoria.
—Arrien ¿Puedo pedirte algo y dices que si?
— Mmm que cosa.
— Arrien, ¿Puedo besarte?— esto ultimo lo dije sin pensar, era lo que quería a pesar de no saber, de no entender de ni siquiera confirmar si ella me quería
— No— dijo poniéndose roja y viendo al televisor.
— Arrien — dije tomándola del mentón y acercándome más. Ella volvió su mirada a mí, ahora confusa, y aunque no se si era mi idea pero cuando lo hizo, atisbe un poco de ilusión en su mirada. Y haciéndome el valiente ignore cada parte de mi ser que se negaba, la besé. nuestros labios se unieron y no una sino varias veces, de una forma lenta, no sabia hacerlo, nunca lo había hecho pero me salía natural.
El amor se me desbordaba, las manos me sudaban y mi pecho ardía, y sentía que el corazón se me iba a salir. Nos separamos muy lentamente y abrí los ojos solo después de sentir que ella soltó mi agarre, pues en medio de beso, mi mano se había posado en un costado de su cintura.
Ella iba a decir algo cuando Sara se despertó ambos volvimos la mirada al televisor alejadnos mucho.
—¡Ah!, ¿Y los demás?— pregunto Sara casi espantada.
Quería responder, hacer como si nada hubiese pasado, pero mi corazón parecía estar al borde del colapso y me imagine que pasaría si en ese momento me diera un paro cardiaco. ¿Qué le diría al diablo? Señor, me morí por amor. Porque sí, estaba seguro de que iría al infierno, por dañar un ser tan puro, por haberme lanzado a pesar de que Arrien claramente me había dicho que no. Pero lo haría sin ningún problema y con mucho gusto quien no esta dispuesto a morir por am…
—Se fueron— La voz de Arrien me saco de mis pensamientos — Salieron a comer, creo que…ya van a partir el pastel — Con esto ultimo Sara chillo y de un salto salió de mi habitación..
Arrien se quedo viendo hacia la puerta por donde Sara había salido y yo me pregunte si ella también se quería ir, si quería comer pastel. Pero recode que mi mamá había dicho que no comeríamos pastel sino hasta después de la cena y aun faltaba mucho para eso. Querida preguntarle porque le había dicho eso, pero guarde silesio y después de un rato en el que ninguno de los dos dijo nada yo la mire y le dije.
—Perdóname Arríen, por lo que hice, tu no querías y yo…— no pude seguir por que ella me beso esta vez con más contacto pero igual de lento, suave cariñoso, unas de las cosas más lindas que he tenido porque ese beso no tenia nada de morbo. y fue perfecto. Una de sus manos se coló en mi cuello y las mías rodearon su cintura luego de terminar ella sonrió aun sin abrir los ojos, y para mi fue fácil decir —¿Por qué te ríes?— ella negó con la cabeza se alejo un poco y dijo,
—Gracias, por hacerlo— Me miro de un forma muy linda y nos abrazamos. Estaba feliz.
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