Y nada más pido
que el placer sufrido
que el miedo excitante
ante un alma dominante.
Y la verdad nunca ruego
a nadie que me entretenga
pero imploro seguir el juego,
que por favor no se detenga.
Sírvete de mi cuerpo
utilízalo como quieras
y llénate con él
de sensaciones placenteras.
Y mis piernas a tu merced,
muérdelas a tu antojo
húmedas muestran mi sed
que ha sido expuesta y me sonrojo.
Ponme de espaldas y azótame
o de rodillas ponme a suplicar
amenázame con tus manos y ahórcame
y entre gemidos hazme confesar.
Asfíxiame con esas manos
mira que no veo ni escucho,
que placer desvanecerme
en este encuentro que deseaba mucho.
Toca donde nadie más puede
siente toda esta humedad.
Y debajo de tu ropa, qué sucede?
mira que muero de curiosidad.
Escupe lujuria en mi lengua,
humilla mi rostro a palabras,
déjame ser esa víctima
de todas tus ideas macabras.
Y pueden parecer perversos
estos pensamientos dispersos,
el deseo de placer adverso,
el hambre de tus dedos tersos.
Te ruego el dolor que quiero
ese sadismo placentero
que me amarres el cuerpo entero
córtalo y quémalo, eso espero.
Puedo ser tu sumisa,
solamente si eso quieres
y mirarte como una sonrisa
al complacerte con mis deberes.
Y obedecer de la forma precisa
llamarte como prefieres,
o volverme tu poetisa
y escribirte de placeres.
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