«Poema con título al final» by Pio Brown

«Poema con título al final» by Pio Brown

Pio Brown

25/01/2018

Me asombras de una manera

estratosférica y quimera.

Nunca pensé podías amar

tan eufórica y estelar.

Tu último beso nocturno me deja lívido sin energía

y abres tus ojos solo para mí al despertar el día;

tu aliento es mi desayuno en madrugada.

Estas tan enamorada,

que ya mi luz ni se apaga,

te faltan dedos para acariciarme;

dedos para magrearme.

Ya no discurres ni inhalas, te has quedado mesmerizada,

por mi belleza embelesada,

por mi luz arrastrada y mi viveza pasmada.

No hay hombre en esta tierra que te extravíe la mirada,

ni suelte tus dedos pinzados a mis huesos.

En los siete mares existe mujer tan trastocada por mis besos,

que no dejan que me sueltes ni esos momentos

en que la cocina y los quehaceres se vuelven lesos,

mujer enamorada, llena de obcecación,

imposible alejarte me suena a canción.

Suéltame en tus sueños, libérame con el óbito,

ahógame en tus brazos y enmudéceme el grito.

Mujer enamorada ya no existe en el globo,

mujer perdida y en babia, te lo he birlado todo;

te he cercenado la mirada,

mujer enamorada

mi amor te ha aislado de la tierra,

incapaz de olisquear la greda,

ceñir la arboleda

y de catar la comida.

Mujer enamorada estás tan tullida

que ya no distingues una flor,

no te detienes a ojear el sol,

atender el canto de los pájaros

al que oyes sin azoro.

Mujer enloquecida,

mujer transmutada,

cuando me has perdido

se te nublan los sentidos;

se desmorona tu sonrisa

se acelera la prisa,

con la que me buscas,

el corazón se ofusca

cuando se me apaga la mirada

todo te enfada;

que no encuentras alegría ni en los ocho planetas,

ya no miras en el cielo ni a los cometas

ni a las nubes ni a la luna,

ni a toda tu fortuna.

Ya no sabes que eres bella,

ni que existen las estrellas,

los luceros de tus niños

y el trovar de los grillos,

el olor a tostada,

el perfume de tu almohada

y la seda en el agua,

cuando tú te bañas

tan enamorada

con tu lengua tronchada;

tu voz afásica,

cristalizada y tácita,

ya no vives en la tierra,

a causa de la abducción,

de mi halo que te atrampa

y no te deja ver

el ósculo del atardecer,

el fruto del trigal,

el danzar del maizal,

tu vestido en flor de azahar,

tu trenza de canelo,

el perfume de tu pelo

que juega con el viento

hasta el día en que muera,

abrirás los ojos como por vez primera,

despertaras del sueño

y veras quien eres;

sabrás de tus seres,

y que tienes marido,

el que duerme contigo en el nido,

al que ya no vez desde que tienes los ojos fundidos

y a tus niños de amor mendigos

de caricias y cuidados,

ojala no hayas perdido

así como tus sentidos.

“Poema de un celular a su dueña”

By Pio Brown

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