Pintado sea

Pintado sea nuestro amor, cuyas hermosas líneas desobedecen la pureza blanquecina del lienzo.

Pintado sea tu resplandor, a mis ojos llegando superando toda relatividad.

Pintados nunca podríamos, vago sería limitar el alcance de este ardor en pliegos pasajeros.

Pintado fue mi corazón, radiantes trazos dorados olvidaron la pasión rojiza que lo teñía.

Pintado quisiera, a fin de adorar, el etéreo hilo que nos tensa como una dulce sonata bajo la luna.

Pinceladas haremos, surcando el cielo, trazando fogosos mares de estrellas de nombres meteoros.

Pintar quiero, el sentir tan pronto como encantadores ojos tuyos me envuelven en sedosas telas.

Pinceladas recordarán, esencia jazmín que vestías cuando al abrazarte ahuyentabas mis temores.

¿Pincelar podré? Cada singular hebra de tu cabello y terminar sin haber clamado tu presencia.

¿Pincelar querré? Distantes mundos en los que vivimos, distancia vivaz como lamentos donde solo tu nombre en sus sollozos posa.

¿Te dejarás trazar en el alma mía o dejarás que calcine vivos colores? Una u otra, en cualquier tiempo, pintaré, trazaré y pincelaré lo único que apreciar puedo al final del día, tu.