Zack es un chico de veintidós años al que le fascina la tecnología, sobre todo todo lo que tenga que ver con la realidad virtual. Ama esos mágicos mundos llenos de posibilidades y lugares asombrosos. Es por eso que empezó a asistir a un cibercafé tecnológico en el que hay unas pantallas medianas con dispositivos de realidad virtual para poder jugar al mejor videojuego hasta la fecha: “VR Amazing World”. Se trata de un videojuego en el que te sumerges por completo en un mundo artificial con todo tipo de gente vía online.

Para el chico era una oportunidad de oro poder experimentar el videojuego, en su primera visita se conectó al juego colocándose las gafas de realidad virtual y activó el juego. Tras un rato ya estaba dentro del mundo. Para su sorpresa era mejor de lo que imaginaba, era un mundo totalmente lleno de vida. Era colorido, había animales, casas, ríos, campos y demás personas. Él no dudó y empezó a entablar amistad con todos y cada uno de los presentes. Hizo amigos rápido y con todos jugaban a explorar el mundo y sus secretos.

Pasaron las semanas y Zack disfrutaba como si fuera el primer día. No se aburría de visitar cada rincón del mundo virtual pues era inmenso y lleno siempre de algo que hacer. Sus amigos online fueron poco a poco dejando el juego, no por aburrimiento sino por cansancio mental. Al final fue quedándose con pocos amigos y eso le entristecía. En uno de sus conexiones al mundo Zack fue notificado de una nueva compañía en el juego. Él miró a su alrededor y halló la presencia de una chica en la zona.

Se presentó ante ella y ambos se hicieron amigos al poco tiempo. Zack le llevó a pasear por el maravilloso mundo artificial, pasearon por los campos y ríos juntos jugando con los animales y salpicando el agua cristalina. Observaban las casas y a los npcs y se reían gastándoles bromas. Esta buena relación siguió adelante cada día, hasta completar semanas. El chico siguió conectándose a la misma hora cada día y ella un poco más tarde pero igualmente no fallaba a la quedada.

Llegó la situación en que el chico empezó a enamorarse de ella por todo el tiempo que pasaban juntos y compartiendo anécdotas y risas juntos. Zack decidió confesarse pero lo haría un día clave. Lo haría el día en que se conocieron virtualmente. Así fue que hasta que llegara ese día, él y ella fueron conociéndose más. El enorme mundo aún tenía cosas que ofrecer y ellos aceptaron el reto y se dispusieron a desentrañar cada secreto.

Los días pasan y el gran momento llegó, era el día en que Zack iba a declarar su amor a la chica que tantos paseos y viajes le había acompañado. La llevó a unas cataratas de color azul celeste, bajaron por estas y él la dejó encima de unas rocas para que no se mojara. Se armó de valor y ante ella se confesó. Le dijo lo mucho que le ha gustado estar con ella y que disfrutaba cada momento juntos. Y que por eso, él la amaba y quería ser su pareja en este mundo. Se hizo un silencio que terminó por romperse cuando la chica abruptamente salió del juego sin decir nada. Ese gesto dejó a Zack muy triste pensando en lo mucho que la había fastidiado. Se puso a llorar y salió del juego.

Al día siguiente no tardó en volver al cibercafé a jugar pero ahora sin las mismas ganas ni entusiasmo de antes, se conectó al juego y empezó a jugar. Esperó a la chica a la misma hora pero ella no venía. Pasaron más de dos horas y ella no aparecía. Eso le dolía y le hizo creer que jamás la volvería a ver. Rompió a llorar y lamentar el día en que hizo esa confesión. De repente, algo toca su mano. Deja de llorar para ver pero no ve nada que este tocando su mano, eso le extraña. Ahora el tacto misterioso escala hasta su cuello y llega a su mejilla derecha. Zack se altera porque no sabe qué pasa.

Acto seguido, sucede que el mundo virtual empieza a desvanecerse y deformarse. Todas las casas, campos y ríos se aplanan y se desfiguran quedando en nada. El cielo se oscurece al punto de no verse nada. El chico cierra los ojos y una luz tenue ilumina sus ojos.

Los abre y ve una pantalla mediana enfrente de él con el juego desconectado, mira a su alrededor y para su sorpresa ve a la chica del videojuego. Ella le sonríe y suelta su mejilla, este está a punto de llorar de nuevo pero ella se lo impide tomando su cara y dándole un beso en los labios. Zack se queda impactado. Luego ella le deja de besar y toma su mano. Le conduce a la salida del cibercafé para dar un paseo en el mundo real.

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