Para ti, mi bello amor.

A donde se supone que vamos, saber quién fui, por que sigo aquí, con el corazón quebrado, mi alma hecha pedazos, pero que importaría añadir algo de sal a una herida sin remedio, a un dolor sin palabras, fuiste incapaz de comprender la versión de los demás, nunca viste fuera de ti mismo, y aquí estoy lamentando, porque llore, porque luche tanto, sin sentido en un ciclo interminable de angustia y arrepentimiento, aunque sea lamentable por cruel o tonto que sea sigo esperando a que algún día te des cuenta de que espero a que me veas.

Olvidar no asegura de que la herida sano, cada segundo, latido, respiración se volvió un eterno bucle donde el silencio reino, esperando que todo los sueños y esperanzas recayeran en un recuerdo, lo que un día pudo ser, pero quien cuenta las memorias de las victorias, cuando ambos fuimos vencidos, por nuestro ideal o por orgullo, solo sé que no estaremos juntos.

Jamas se trato de encontrar un cumpable o de hacer todo bien, solo fue un pesar para justificar que, incapaces de seguir la volutad del otro fuimos solo esa flor hermosa que una vez marchita termina su explendor, ahora solo queda el vacio de un adios, sabor amargo que un dia se tiene la esperanza de ser dulce, mientras el castillo de una desolada tristeza estara ahi.