Corazón mío, no te alejes, no te vayas, no te marches. Déjame decirte algunas palabras sobre tus besos, tus miradas, sobre tu forma de quererme y amarme. Corazón, amo amarte. Por favor, no me dejes con solo tu aroma que el viento se lleva, que arrastra mareas de mis latidos por ti. Es tan difícil encontrar un amor que te ame para siempre. Corazón, eres mi flor colorida que sabe darle color a mi vida, al jardín de mi adoración.

Quiéreme como a mí me gusta. Amo tu luz, pero me gustaría amar tu oscuridad. Déjame coser tus heridas con poesía. Te escogí porque valía la pena correr los riesgos del amor, porque tengo fe de que las almas más bonitas florecen en el caos. Por favor, no me dejes acostumbrarme a tu ausencia, que tus lunares son mis estrellas. Me enredé en tu cuerpo. Te di tanto de mí que tienes tanto de mí en ti. Corazón, me abrazaste cuando estaba muerto apestando a sueños marchitados. Me quedo con heridas muy profundas, pero siempre te amaré, para siempre amarnos.

Para siempre pertenecerte. Corazón, para siempre ser testigo de tu caos. Eres un caos, eres mi caos, mío.

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