Otro mundo. Capítulo 2

Otro mundo. Capítulo 2

Vivian G.R

26/12/2017

Capítulo 2. Cadillac

Eran aproximadamente las siete de la mañana, cuando los rayos del sol tocaban mi cara mientras caminaba por la avenida Venk, estaba dirigiéndome donde todo había empezado cuatro meses atrás.

Abril, 1982

-Venga Lian, siempre tan tardona como siempre.-dijo Mike esperándome recostado en el marco de la puerta principal de mi casa.

-Ya voy, no me metas más prisa. -mientras cogía todos mis libros y los metía bruscamente en mi maleta.

Mike y yo íbamos al mismo Campus, aunque cursando dos licenciaturas diferentes. Él se decantó por derecho, siempre queriendo repartir justicia y aportar su granito de arena en el mundo, intentando hacer lo correcto para todos.

¿Y yo? Yo siempre girando como un torbellino en mi vida, sin saber con qué o quién chocaría, era incapaz de decidir algo tan sencillo para todos pero tan complicado para mi. Así que, basándome en mis ideales me decanté por ayudar a los demás y si, quizás también aportar mi otro granito de arena.

Escogí medicina, lo sé, muy arriesgado, pero allí estaba desde hacía dos años, caminando hacia el Campus con Mike, charlando de nuestras vidas como hacíamos desde siempre.

– ¿Sabes? Hoy he tenido un sueño muy extraño. Aparecias tu.-Mike captó mi atención.

-¿Ah sí? ¿Y de que se trata ese sueño tan misterioso?-dije mientras mostraba una mueca de burla.

-No, en serio Lian, no te rías ha sido muy extraño. Algo te seguía por la noche y tú corrías. Yo delante de ti, te esperaba a que llegaras hasta mi, pero algo te atrapaba. -dijo con la mirada fría.

-¿Algo? Vamos Mike, deja de ver películas antes de dormir que sabes que luego tienes pesadillas. -dije siguiendo todavía la broma.

-No estoy de broma. Tengo un mal presentimiento y deberías tomártelo más en serio. Creo que va a pasarte algo malo.-se paró de repente y pusó su mano en mi hombro.- Nunca dejaré que te pase nada.

Su seriedad me impactó, clavó sus ojos en los míos y entendí que era importante.

Mike y yo siempre habíamos vivido todo juntos, tanto las peores como las mejores situaciones de nuestra vida, compartimos travesuras, logros y penas.

Entrando por la puerta principal del Campus nos despedimos, quedando en que nos volveríamos a encontrar a la hora del almuerzo en el comedor central. Nos despedimos y sentí algo diferente, una mala sensación.

Estúpido Mike.-pensé- metiendome sus tonterías paranormales en la cabeza.

Empecé a caminar deprisa hacia clase de biología, la clase ya había comenzado y en los pasillos no se encontraba nadie.

Escuche los pasos de alguien detrás mió, algún alumno que llegaría tarde como yo. Por lo visto no era la única impuntual, eso me reconfortaba.

Pero pronto esa sensación desapareció, sintiendo a esa persona demasiado cerca de mí, tan cerca que tuve la necesidad de ver quien era. En un intento de girar mi cuello, una mano me tapó la boca y me apretó hacia su torso. Lo siguiente, un pinchazo en mi cuello. Me estaban inyectando algo y no podía hacer nada, solo pude pensar algo, fue en Mike, en su mano en mi hombro y sus ojos clavados en los mios.

Mis ojos se entelaron y después, se hizo la oscuridad.

Eran las doce y media de la mañana y Mike sentado en el comedor central, maldecía a Lian porque ya llevaba más de quince minutos esperándola. Siempre tan impuntual, empezó a comer, pensando que de un momento a otro aparecería por la puerta pidiendo disculpas, como solía hacer habitualmente. Dando el último mordisco a su sándwich, le pareció impropio de Lian que aún no hubiera llegado, había pasado una hora desde la hora que habían quedado.

Vió a dos mesas a la derecha tres chicas que iban a clase con Lian, iría a preguntarles si sabían algo de ella.

-¿Perdonar habéis visto a Lian?- dije interrumpiendo su conversación.

-¿Y tú quién eres?-me dijo una de ellas mirándome con rechazo.

-Soy Mike, soy amigo de Lian, siempre vamos juntos. ¿La habéis visto hoy?- dije con esperanza de no recibir otra repulsiva respuesta.

-Ah es verdad, Mike… el perrito faldero de Lian- dijo mientras las tres se rieron a coro.- Y no, no ha venido esta mañana a clase, por lo visto ha hecho campana sin ti.

-Eso no es posible, hemos llegado juntos al Campus. Te estás equivocando.-dije con un tono más elevado que el anterior.

Ella, me miró fijamente, desafiante, invitandome a desaparecer.

Mike recorrió todo el campus, preguntando a profesores y alumnos de sí la habían visto durante ese día, pero su intento por encontrarla fue fallido. Empezó a desesperarse y se encaminó a casa de Lian.

Caminando por la avenida Venk, vió por el filo de su ojo derecho que un cadillac negro le estaba siguiendo. No quería girarse, a lo mejor eran paranoias suyas, aunque ya llevaba tres calles a una velocidad muy sospechosa detrás de él.

No podía ir a casa de Lian, esas personas estaban siguiendole, ¿Pero con qué propósito? Alomejor ya tenían a Lian también. Mike estaba hecho un lió, así que no lo pensó, hecho a correr y seguidamente el coche aceleró. Tenía razón, iban a por él, se coló en el jardín del señor Beneth, un hombre viudo y jubilado, coronel del ejército años atrás, que se dedicaba su mayor tiempo a cuidar de su jardín.

Nunca antes Mike se habría atrevido a pisar ese jardín, pero era un caso de vida o muerte. Cruzando el jardín, corrió hacia la casa de Thom, que se encontraba a dos manzanas. Thom era amigo de Mike, se podría decir que la segunda opción por detrás de Lian. Allí podría esconderse, mientras pensaba qué hacer y trazar un plan.

Los había despistado o eso creía, llegó a la puerta de Thom tocando el timbre constantemente, hasta que la puerta se abrió.

-¿Se puede saber qué es lo que te pasa?- era Thom abriendo la puerta con los ojos entre abiertos, adormilado.

-Thom te necesito. Algo muy malo está pasando. -dije empujándole hacia dentro de la casa y cerrando la puerta.

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