Capitulo l – Inicio

Recuerdo la noticia en la television “EL HOMBRE AVANZA UNA VEZ MÁS EN LA EVOLUCIÓN”, era la teoria de un tal doctor Thomas Adkins, tenia la idea loca de crear hombres y mujeres con algunas habilidades especificas de animales, ponia de ejemplo que existiera un hombre con el olfato de un lobo, eso podria hacer que las investigaciones de asesinatos y crimenes mayores fueran mas faciles… tengo que admitir que no suena tan mal, pero si es dificil de creer…

Hace un mes una periodista saco una nota que decia que los experimentos se estaban haciendo con gente sin su consentimiento, por supuesto ella decia que ya habia un numero considerable de muertos a causa de la mezcla de ADN ajeno al del ser humano. A todo esto el doctor Adkins aseguro que era información completamente falsa, acusando a la periodista de querer detener investigaciones (hasta el momento hipoteticas) por convicciones de grupos rebeldes.

Es dificil creer cada vez mas en las noticias que se ven y se escuchan a diario, pues al fin y al cabo no puedes saber en que porcentaje de lo que te dicen es real y que otro es ficcion, sin embargo, mis dudas se diciparon cuando un martes del mes de Noviembre vimos carteles de donacion de sangre para personas delicadas de salud en todo el pais, no tengo que decir que este movimiento fue apoyado fuertemente por un sector grande de la sociedad, y fui a donar sangre a los dos dias de la convocatoria.

El dia que done solo media unidad de sangre me dieron una pulsera, eran de esas pulseras con un hashtag que decia “#SANGREESVIDA” cuando lo vi una sonrisa se escapo, sabia que habia echo algo correcto y esas cosas son las que hacen que tu vida tenga algun sentido y te hagan sentir bien.

Un mes despues… Mi vida cambio por completo… Llegaron unas personas a mi trabajo, ¡Ah¡, no eh contado nada acerca de mi, de quien soy introcucci a que me dedico, pero lo ire diciendo a lo largo de mi historia… pero por el momento solo deben saber que me llamo.

– ¿Abel? – pregunto un hombre de masomenos 1.90 de altura mientras otro se acerco por el lado opuesto. – Emm, si digame en que puedo ayudar – respondi con seguridad para dar una impresión de que no me sentia intimidado. – Tenemos un mensaje de nuestro contratador, que por el momento prefiere mantenerse anonimo, pero quiere hablar con usted – me dijo mientras metia su mano en la bolsa interna de su saco.

Saco una pequeña tarjeta que decia “Coorporacion OH+”, por un momento mi cerebro empezo a conectar sucesos e ideas y recorde haber donado sangre, y ademas de eso… nada, mi vida no es tan interesante, solo me dedico a trabajar, estar en casa y avaces salir con pocos amigos a algo tranquilo como ir por un café introcucci una cerveza al final de la semana.

– Tome esta tarjeta y cuando usted pueda comuniquese con nosotros por medio del numero de la reversa – termino extendiendo su mano hacia mi para que la tomara. Una vez que tome la tarjeta se dieron la media vuelta y subieron a un auto deportivo color rojo y arrancaron ferozmente dando vuelta en la primera calle perdiendolos yo de vista.

Enseguida salio del negocio mu jefe, un agradable hombre llamado Joe, dueño de la pequeña cafeteria Joe´s Coffee. – Abel, ¿Quienes eran esos hombres?, y ¿Qué querian? – me pregunto con una cara entre sospecha y preocupacion mientras me escudriñaba la cara con sus gestos de un señor de cincuenta años, ya saben, levantando las cejas y parpadeando los ojos desesperadamente, o al menos asi lo veia yo. – No se preocupe Joe, eran mensajeros de un laboratorio o algo asi, por haber donado sangre hace unas semanas – respondi tranquilo para no alterar al Joe, despues de todo imaginense, preocupado creyendo que estoy metido en algun problema mayor, sabiendo que podria afectarle…

En ese momento solo asintio mientras sacaba de su mandil una cajetilla de cigarros rojos y me extendio uno, tengo que decir que no me gusta fumar pero por ser mi jefe no podia negarme asi que tome uno y lo encendi con el encendedor que tambien saco Joe.

Recuerdo ir a casa caminando ese dia, regularmente tomo el metro subterraneo o un camion, pero ese dia solo quise caminar, tengo que admitir que la llegada de esos hombres me abrumo, tiendo a divagar y sacar muchas conlusiones de situaciones que estan fuera de mi conocimiento, aunque aveces me lleguen a perturbar un poco y me quiten el sueño, pero, ¿A quien no le pasa asi de vez en cuando?.

Cuando llegué a casa, o bueno, al departamento tres del quinto piso tuve una extraña sensacion de que alguien habia estado ahí,es dificl de explicar, supongo que puede ser un sexto sentido o solo paranoia mia, despues de todo no note que hiciera falta cosas del departamento, sin embargo, nada perdia con investigar un poco el lugar.

Despues de dar varias vueltas note que un ropero de madera uq tenia exactamente enfrente de mi cama estaba entre abierto (yo siempre cierro todo en casa, hasta el ropero), cuando lo abri salio de el un gato, por instinto di un salto hacia atrás cayendo sobre mi trasero al suelo, y el pequeño felino corrio hacia el otro cuarto, inmediatamente me levante y lo segui, tome una sabana para poder atraparlo y sacarlo de casa sin lastimarme y tampoco lastimarlo. Ya en el otro cuarto lo vi sentado sobre un sofa mirandome fijamente, por un segundo pense en agarrarlo sin las sabanas y sarcarlo a la calle, pero al momento de acercarme el gato subio a la parte mas alta del sillon y salto hacia la ventana, saliendo por un agujero en el vidrio.

-¡Maldición! – grite, por el susto y tambien por la sorpresa del vidrio roto, era solo un pequeño hueco, como si lo hubieran roto lanzandole una piedra o algo. Tengo que admitir que soy distraido y es posible que estuviera roto desde hace tiempo, pero no lo recuerdo, pero, repito, nunca esta demas revisar.

Al mirar por dentro de mi casa no note ningun rastro de vidrios rotos, pero, por fuera… por fuera estaban las piezas exactas de mi vidrio roto. No entraria mas que un gato por ese hoyo pero… tambien podria entrar un brazo para quitar el seguro de la ventana… y poder entrar a mi departamento; por un segundo una sensación de escalofrios e incomodidad se adueñaron de mi cuerpo, no es grato pensar que tu hogar fue allanado por razones tambien desconocidas, me pregunto si tendria algo que ver con los hombres que me abordaron saliendo del trabajo, o ¿Solo una loca coincidencia?.

Sin divagar demasiado me dispuse a recoger los vidrios de afuera de mi departamento; son de esos edificios que tienen unas especies de escaleras a los lados que conectan a los departamentos por las ventanas, de una estructura metalica rigida, supuse que podria volver a pasar el gato (que nunca antes lo habia visto), podria cortarse alguna pata o algo peor, cuando sali por mi ventana empece a recoger los pedazos de vidrio, eran de un tamaño suficientemente grande para levantarlos con la mano con cuidado para no cortarse, creo que mientras los levantaba me perdi viendo la ciudad, nunca antes me habia dado el tiempo de ver la ciudad desde afuera de mi ventana, despues de todo desde un sexto piso tienes un gran panorama del alrededor, pude ver la ciudad Mody con un lindo atardecer, desgraciadamente el momento de tranquilidad duro poco, la manija de mi puerta comenzo a moverse, como si alguien quisiera entrar, aun que siempre le pongo seguro a la puerta cuando entro y cuando salgo una parte de mi comenzo a ponerse muy nerviosa pues nadie tendria la copia de la llave del departamento, pero por supuesto al tener llave no podria entrar nadie a menos que tuviera la llave (que por cierto tenia en el bolsillo derecho del pantalon), por si las dudas me segui quedado por fuera de la ventana en el pequeño balcon, vi que dejaron de mover la manija de mi puerta, seguramente fue hijo de alguna vecina jugando por los pasillos; estaba dispuesto a entrar de nuevo al departamento cuando lo escuche, la cerradura se desbloqueo completamente… alguien estaba por entrar a mi departamento.

Capitulo ll – El Hombre Gorilla

Recuerdo cuando llegue a vivir a esta ciudad, era tranquila, se podria decir que era una ciudad con un potencial futuro de crecimiento economico y social, desde luego que la mejor forma de publicidad hoy en dia es de boca en boca, pues lo que me motivo a venir a vivir aquí fue mi amigo David Rice, un chico inteligente y arrogante para ser francos, lo conoci en la universidad recien entramos, eramos afines en muchas cosas, nos gustaba mucho el deporte y practicamos juntos soccer, baseball y basketball , de ahí practicamente no nos separamos hasta que acabo la escuela y se sumergio en trabajo las 24 horas del dia 7 dias a la semana, desde entonces las conversaciones son por celular, cortas y nada interesantes, tiendo a mandarle aveces un mensaje deseandole un buen dia y termina revisandolo y contestando despues de un dia o incluso no lo hace, desde luego que lo entiendo, es un hombre ocupado para darse un respiro, ahora que lo pienso ya tiene varios meses que no lo e visto para nada.

Justamente David fue el que me consiguio este departamento al llegar a la ciudad, y me siento en casa, es barata la renta y el casero, Ernest Hall, no es ambicioso para ganar mas dinero a costa de mi, de echo lo poco que lo e tratado se nota que es una buena persona, se podria decir que incluso hay un agrado y respeto mutuo, el vive a solo un departamento de distancia, y nunca a faltado a sus responsabilidades como casero ni yo a las mias como inquilino.

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La puerta se empezo a abrir lentamente, incluso de pelicula se suspenso, se escucho como las vizagras rechinaban por falta de aceite, y yo solo asomaba desde la ventana por fuera de mi casa lo suficiente para que un ojo viera lo que estaba sucediendo en la habitación… mi cara de sorpresa y miedo creo que no la puedo imaginar, entro una persona alta, seria dificil decir con exactitud la altira exacta pero podria asegurar que masomenos 1.90 mts como minimo si; (yo no soy lo que definiriamos como una persona baja pero tampoco alta, llegando apenas al 1.80 mts de altura y compleccion media delgada), el hombre iba con vestimenta casual; botas cafes, jeans desgastados, una sudadera negra cerrada con capucha… pero lo mas extraño es que tenia una mascara rigida, de un craneo de un gorila.

Al entrar al departamento solo observo hacia todos lados y aseguro la puerta desde adentro, desde luego deje de mirar pero escuche sus pasos hacia la ventana en donde yo estaba, entonces con sus dedos toco el agujero de la ventana rota, escuche fuertemente su respiracion, como si estuviera olfateando, por un momento pense en subir o bajar por las escaleras rapidamente, pero el miedo en ese momento era dueño de mi cuerpo, no podia moverme en absoluto y habia dejado mi celular en la una silla de la mesa del comedor, a solo unos metros de la ventana de donde yo estaba pero adentro del departamento; el hombre se alejo de la ventana y entro a la cocina, abrio el refrigerador y solo lo observaba, tome algo de valor y volvi a asomarme, note que estaba un poco lastimado de una pierna y que cojeaba, cuando cerro el refrigerador se dirigio a mi cuarto… no se de donde saque el valor pero abri la ventana lentamente e ingrese al departamento de nuevo.

Justo a un lado del sofa de la sala habia un bate de baseball de cuando yo lo practicaba, lo tome por el mago y lo sostuve con ambas manos fuertemente; nunca e sido una persona violenta pero en estos casos sabia que debia defenderme ami mismo y mi hogar.

Mientras me acercaba lentamente a la puerta entre abierta de mi cuarto (donde estaba el tipo de la mascara) una descarga de adrenalina empezo a recorrer todo mi cuerpo, sentia que podia matar a ese hombre si la situacion lo ameritaba. Antes de entrar al cuarto asome la cabeza levemente, el estaba encima de la cama en una posicion de cunclillas oliendo y aparentemente como si buscara algo en la almohada, antes de que el miedo le ganara a mi increible (pero inusual) valentia corri hacia el y con un golpe duro y contundente estrelle con todas mis fuerzas el bate de aluminio en su espalda, exactamente a la mitad, estoy seguro que fue lo suficientemente duro como para romper por lo menos una costilla o una vertebra, el tipo a lado de la cama golpeando el suelo, no hizo ningun movimiento, solo quedo recostado boca abajo en el suelo, retrocedí aun con el bate en la mano, dirigiendome al comedor, exactamente para tomar mi celular y llamar a la policia para reportar, tome mi celular comence a llamar al 911 mientras camine hacia el cuarto de nuevo.

En cuando pase la puerta con el celular en el oido el miedo volvio a tomar posesión de mi cuerpo, el hombre de la mascara de gorila estaba parado enfrente de mi a solo un par de metros, con sus ojos fijos en mi.

– Cuelga ese telefono – Dijo tranquilamente con una voz ronca mientras saco se la bosa de su sudadera un palo de madera con la punta afilada como una estaca de mano y levantaba el brazo apuntando la punta hacia mi.

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