HISTORIAS DE SABIDURÍA: SENECTUD
“LA VIDA QUE VALE MUCHO”
Cuando creas que tu vida vale demasiado para ofrecerla, ese día habrás muerto.
“MI AMOR, NO TE EXTRAÑO”
Veo cómo te vas alejando.
Aguantando las lágrimas, me despido.
Sigo tu rastro que se va desdibujando
y justo en el horizonte, tu figura ha desaparecido.
En tiempo indefinido
tú te has ido.
Pienso en el olvido,
un imposible por todo lo que juntos hemos vivido.
Ahora, en plena soledad,
reflexiono tu retirada.
Pido a mi ser tranquilidad
y propongo abstenerme de mi irremplazable amada.
Y encontrándome con la innegable realidad,
me lleno de tu hermoso recuerdo
y es cuando comprendo que el tenerte es una necesidad
y que sin ti puedo perder de mi mundo lo cuerdo.
Sólo algo bien sé: no te extraño,
pues donde yo esté, ahí tu naturaleza está.
Pues, aunque pasara año tras año,
en cada día, tu existencia en mí perdurará.
Mi amor, de verdad, no te extraño
pues cada te quiero que oí de ti
no fue más que un peldaño
a tu paradisíaca imagen que fulgura en mí.
Pero mi amor, si no te extraño realmente,
pues al dormir vives en todos mis soñares
y es que al dormitar tan placenteramente
te sigo soñando, aun en mis despertares.
Mi amor, no te he de extrañar,
pues en cada ocasión que de ti hable,
regresa en mí tu tierno besar.
Y por eso que en las noches no lloro,
pues siento tus palmas dándome aliento
y es ahí que en mi oscuridad brillas como el oro
ofreciéndome cada noche en tu omisión mi sustento.
Mi amor, no te extraño para nada,
pues por cada cosa hermosa que encuentro en mi camino,
se vuelve semejante a tu maravillosa mirada
y sólo mi realidad forjada en la tuya me imagino.
Mi amor, si supieras que no me haces falta,
pues no hay día bello que no transpire tu esencia
y es que con tan poco, regresas en apariencia,
que es casi igual que tenerte como ahora, en ausencia.
Mi amor, en cada pasaje de mi vida que has estado,
no lo olvidaré, sigue siempre en mi mente;
y por esto que en cada pensamiento no te he esperado,
pues sigues aún en cada uno, siempre presente.
Y si realmente te extrañara
¿por qué me invade esta felicidad?
¿será la fe añorada
de que volverás y no me dejarás?
Es posible, tengo plena confianza.
Aquí te espero; no ruego porque regreses,
ruego por no quedarme sin ti, tener esperanza,
de no extrañarte, porque sé que hasta ahora me quieres.
Y mi sentir es mutuo, tú lo sabes.
Es por eso que no muero por de nuevo mirarte,
moriría por la desgracia de extrañarte esta vez
pues si te extraño, es que mi amor, puedo olvidarte.
Pues al extrañar, extravías parte de lo que extrañas
y con sólo un poco de ti que olvide,
sería como perder mis más profundas entrañas.
No puedo extrañarte, no debo hacerlo,
pues si caigo en eso, dejaré ir lo que más me consuela en mí:
sentirte en cada instante, mi amor encenderlo
por cada segundo en que estés o no estés, para llenarme de ti.
Un presente convertirlo en pretérito
para que ahí estés; que no sea un mérito
haberte esperado, por eso el extrañarte no me enaltece
sino el amarte y desearte, para que tu ser esté aquí
y el alma de ambos estén ahí, sea donde fuese.
“EL ESPEJO”
Desde que tengo memoria, él está ahí,
recorriendo el tiempo, irradiando mi existir;
toda clase de momentos reflejaba de mí,
angustia, felicidad, siempre compartía mi vivir.
De la infancia a la vejez,
de la mano me seguía con su espléndida nitidez;
ya con los años se opacó su brillantez
pero hasta hoy sigue imitando como lo hizo la primera vez.
Uno de los juegos de mi infancia que más me gustaba
era el crear un umbral de otra dimensión
en el cual frente a ti me paraba
y encontraba otro universo dentro de mi gran imaginación.
Ya con la vida en plena agonía,
él me transmite todo lo que yo viví
y aquí me quedo, mirando con osadía
a mi imagen reclamando el porqué de todo lo que perdí.
Pero antes de que mi alma se extinguiera,
recordé aquel juego que tanto me entretenía
y contemplando lo que se suponía que de niño viera
sentí que ahí estaba alguien mirando con una joven energía.
Ahora mi ser ha perecido
y me doy cuenta que es cierto lo que había creído,
pues veo a mi pequeño nieto mirar su reflejo
mientras yo lo observo aquí y él ahí,
desde el otro lado del espejo.
“ERGO SUM”
Pensar, solamente pensar,
sin sentido me parece;
existir sin amar,
es ser un hombre con mustia existencia que no merece.
La vida es una, corta
y el sólo razonar, no exhorta
a querer, algo imprescindible
para ser, y para poder disfrutar la constante sensible.
Existir, morir, ¿qué diferencia?
pensar, razonar o estar en demencia,
no vale nada sin la chispa del universo,
un poco de amor, un necesario esfuerzo.
Poder existir y pensar
o pensar y existir
¿qué diablos interesa?
si en vida no se puede compartir
el amor con verdadera certeza.
Por eso, el cavilar
no es indicio de mi persona,
y la existencia
tampoco lo es, si el amor no asoma.
Cierto es que, si pienso, existo
pero ¿para qué buscar tu existencia
si puede ser que nada valga,
y en la vida que llevas, el amor esté en completa ausencia?
Amo, luego vivo
o mejor,
me aman, luego existo
¿no es un silogismo más placentero?
hay que ser del querer cancerbero.
Nunca perderlo,
por siempre llevarlo;
no existir,
por el hecho de que puedo pensarlo.
Y es que conozco muchos
que dicen vivir porque existen
pero ¿realmente viven?
solo por casualidad e inercia sus vidas los demás perciben.
Así pues, mucha gente es real,
solo en el contorno perceptible;
pues sus cuerpos no son más
que ignorados espacios de límites concebibles.
Es entonces cuando reflexiono
con la sabiduría del corazón,
y concluyo en pedir a los que quiero y odio,
uno a uno su indispensable perdón,
para sacar así, provecho de mi pensar y existir;
y luego entonces plenamente amar y poder afirmar mi valioso vivir.
HISTORIAS DE EMPATÍA: MADUREZ
“VIDA”
En la historia han existido dos clases de personas:
Las que viven para vivir la vida, y las que viven por vivir la vida.
Las primeras morirán sabiendo que la felicidad era su razón de ser.
Las segundas, se darán cuenta que realmente nunca pudieron ser… una razón de felicidad.
“HOY LLORARÉ”
Hoy es el día en que bajo los brazos
pues mi alma se ha quebrantado, se ha hecho pedazos,
ya que sin la presencia de aquella mujer
mi vida se convirtió en un vacío sin su tierno querer.
Ella me dio la vida,
ella me dio su materno amor,
y ahora que ha hecho su partida
siento un dolor que me arranca el corazón.
Sus enseñanzas fueron las mejores,
pues sus consejos eran tan buenos como sus sentimientos.
En tiempos de desconsuelo gritaba en mí: ¡no demores!
y al instante llegaba aliviando mis más tristes momentos.
Algo que nunca podré olvidar
es cuando aún dormía en la cuna
y entonabas esos cantares que arrullaban hasta la luna
que demostraban que como tú no ha habido ninguna.
¡He aquí al hombre que ella formó!
orgulloso de ser su único hijo,
todo lo que soy ella me lo dio
pues “el fruto bueno proviene de un buen árbol”
como siempre ella dijo.
Ahora encuentro que mi ser solo está
y que en silencio su presencia se va.
¡Qué ansias de verla, oírla otra vez!
pero me resigno pues sé que hoy, fue la última vez.
Y sintiendo que las lágrimas quieren salir
recordé su frase: “nunca el hombre debe demostrar su sufrir”.
Pero hoy será una excepción, ya que no podré
reprimir tal angustia, perdona madre pues hoy… hoy lloraré.
“TRADICIÓN SOCIAL”
Pasaba cerca de tus fantasías
cuando de pronto sin querer entré
a la realidad de lo que querías
y no puedo negar que asombrado quedé.
¿Cómo imaginar que te gustaría
hacerlo ahí frente al mar,
y más raro todavía
que desde hace mucho lo querías realizar?
Si hubiese tenido idea
que te complacería
sin pensarlo ni un segundo
lo hubiésemos hecho en aquella playera travesía.
Pero bueno, ya pasó, qué se puede hacer.
Sólo la resignación queda en lo que pudo ser;
Aunque si reflexionamos no sería tarde para intentarlo,
sería divertido como dos jóvenes entusiasmados perpetrarlo.
Y es que si bien lo pensamos
¿qué diablos nos importa lo que los demás digan?
Ya nos unimos, nos divertimos y amamos,
un poco de novedad no nos hará daño.
Así que yo sí me aviento
¿quieres hacerlo mi amor?
podría ser una clase de alimento
para reafirmar los sentimientos del corazón.
Esa mirada me dice que sí,
y si eso quieres no lo voy a reprimir.
Pero si bien no es nuestra filosofía de vida
ya con los años sería tonto tal anhelo eludir.
al día siguiente…
¿Estás lista?, ya me dio ansiedad;
pero ya estamos aquí a unos pasos
espero que hoy con sinceridad
con mayor fuerza unamos nuestros amorosos lazos.
Y que el mar y el sol sean nuestros testigos,
aquí con la arena entre los pies
desnuda tus fantasías
y dime lo que en tus profundos deseos ves.
¿Aceptas pues?
una hora después…
sí, acepto.
-En nombre de Dios…. los declaro marido y mujer -.
“DESCUBRIENDO”
¿Habrán sido tus ojos tan profundos
o tus labios tan llenos de sabor
los que me llevaron a descubrir
lo que es el amor?
¿O quizás fue tu cintura
la que me hizo perder toda cordura?
¿O ese cabello, rojizo y suave
que con el aire revolotea como traviesa ave?
Tal vez fue esa sonrisa
llena de candidez y ternura,
o tus dulces abrazos
que me das al verme con gran tersura.
No sé, pudo haber sido
algo para mí aún desconocido:
el oír un “te amo” sincero
o el hecho de poder decir “te quiero”.
En ocasiones pienso que pudo ser
la amistad que sin pedirte me ofreciste
y así pude realmente conocer
del querer su escondite.
Y es que al paso de algunas primaveras
comprendí que era algo más
ese cariño, tan puro y de a de veras
que hasta hoy sorprende a los demás.
A lo mejor fue tu gran dedicación
a todo lo que haces
¿quién no se enamora con intensa pasión
de la mujer que su vida juega con póker de ases?
Puedo suponer que influyó
la inocencia que llevas en tu interior,
pero de lo que estoy seguro que me flechó
fue que al estar contigo me siento mucho mejor.
Quisiera poder definir lo que en mi vida ahora experimento:
Es un mundo mágico de felicidad, sacado de algún cuento
donde la soledad no existe, pues tú siempre conmigo estás
y en el cual el afecto está presente en todo lo que me das.
Pero más allá de lo que me pasa
aún no comprendo dónde el amor pude encontrar.
¿Habrá sido la ocasión en que a tu casa
me invitaste, y ya fue un menester el regresar?
Pudiera ser que ya no me pueda imaginar sin ti
y es que sería arrancar alguna parte de mí,
así que pudo ser la miscelánea de nuestras almas
la que hizo a mi corazón saber a quién ama.
¿Cómo no puedo saber en que momento
mi querer se volvió más que un amistoso sentimiento?
Me es muy difícil tal hallar,
pero sé que la nave de mi empresa a punto está de anclar.
He pensado que fue un regalo enviado del cielo
cuando Dios nos vio con un mismo anhelo,
creando entre nuestras ilusiones
un milagroso don: el amor en nuestros corazones.
También oí en algún lugar
que el amor nace cuando buscas poder entregar
lo más preciado para toda persona,
y como un deseo concedido, el amar de repente asoma.
¿Será que no exista un tiempo exacto
para que se dé el amor, hermoso pacto?
No me voy a dar por vencido
pues creo que ya sé dónde se formó del querer su nido.
Y entonces es que entiendo cuándo lo descubrí,
y fue al momento que hiciste que entendiera que al compartir
la vida podría plenamente vivir,
pues el amor es dar sin esperar nada recibir.
Y como un músico cubano dijo:
“En el amor hay que dejar de ser uno
para volverse otro”
agregando para mí algo oportuno:
“El esperar cada día como reflejo el resplandor de tu rostro”.
“¡UN MILAGRO!”
Esta es una historia
donde la gente mala ni buena es;
sólo basta decir que como Don Ernesto y Doña Victoria
no ha habido personas con mayor sandez.
Todo comienza en un pueblo
donde vivía la pareja ya nombrada,
la cuál asistía frecuentemente a su templo
a rezarle a la Virgen para que les ayudara.
Los pobres veían que ya no les daba,
ni con los rezos la lana les llegaba.
Doña Victoria lloraba y lloraba
mientras Don Ernesto de hambre la mataba.
Y en una mañana al despertar
Don Ernesto se dio cuenta de un milagro:
¡Santa Madre de Dios! –gritó pasmado –
era la Virgen en su televisor.
Y exclamó: ¡Mujer, ven a ver lo que ha pasado!
Doña Victoria fue corriendo
a observar lo ocurrido
y al llegar de rodillas cayó diciendo:
¡Virgencita, gracias por habernos oído!
Atónitos ante tal revelación
sin pensarlo dos veces la Doña se levantó
y fue a llamarle a su vecina Asunción,
la cual, asombrada, de rodillas también cayó.
Ya pasada la tarde
la noticia corrió con rápida difusión
y dentro del pueblo creció el alarme
creando una visita a la “Virgencita de la televisión”.
¡Oh, sorpresa para Don Ernesto!
pues en un santiamén su casa quedó
repleta de gente diciendo que “de esto
al padrecito aún no se le informó”.
Con toda prisa fue la gente
a avisarle y preguntar al padre lo que se debe hacer
y la respuesta del ministro fue: ¡Rápidamente!
un altar hay que poner para poderle limosna ofrecer.
Al ser ya muy noche
la gente se empezó a ir,
mientras la pareja festejaba con ponche
por la lana que estaban por recibir.
Y así pasaron los días
y Doña Victoria y su esposo fueron recogiendo
la limosna que la gente ofrecía
cuando le rezaban a la Virgen en su humilde aposento.
Pero al pasar el mes
les llegó la cuenta de la luz
y con sorpresa supieron que su milagro no es
más que un engaño inventado por su estúpida testuz.
Pues esa imagen que vieron
no era más que un fallo
y durante todo ese tiempo prendida dejaron
la televisión, lo cual le causó al Don un gran desmayo.
Ya toda la lana que habían cobrado
la perdieron y mucho peor quedaron
y con esto se demuestra que lo ganado
no viene del Cielo, sino de lo bien trabajado.
Y SI NO…
“Y” (1 DE 3)
Despierto con un gran dolor de cabeza
y no sé en dónde estoy con certeza.
Observo de reojo; asimilo que es mi despacho.
Otra vez dormité por trabajar
durante lo que el día es de largo y ancho.
Y es en estos turbios momentos
que me cuestiono todo lo que he hecho:
¿Para qué seguir pasando por tan indeseables acontecimientos?
Toda mi vida ha sido un mundo maltrecho.
Levantando la mirada
comprendo un poco de mi existencia.
Acecho por la ventana
y encuentro mi travesía en segundos de impotencia.
Y proponiéndome revivir
cada espacio de mi antes,
el ahora lo divido en un sentir
de incógnitas creadas de su tiempo muy distantes.
¿Y si hubiese estudiado Psicología?
¿Y si a mis padres hubiese hecho caso?
Ahora tendría una liberalista ideología
y seguro que con Leticia no me caso.
¿Y si no hubiese comprado mi preciado coche?
¿Y si mi mascota aún siguiera viva?
Todos los días al tomar el taxi sería mi reproche
y al llegar a casa tendría un saludo de empapante saliva.
¿Y si no hubiese robado ese dinero?
¿Y si a ese joven no hubiese atropellado?
Posiblemente sería más sincero
y ya no regresaría esa imagen que me dejó traumado.
¿Y si no le hubiese pegado a mi antiguo compañero de salón?
¿Y si no hubiese quemado en mis travesuras la alfombra?
Puede ser que un amigo de años tendría con un poco de disposición
y mis padres no me reclamarían al visitarlos por esa oscura sombra.
¿Y si mi madre no me hubiese tenido?
¿Y si con mi padre no se hubiese casado?
Yo sería sólo un ‘pudo ser’, no hubiese nacido
y todo lo que realmente he querido no hubiese pasado.
Y así me discriminé todo lo que hallé
en el tiempo lo que en mi vida opté
a elegir como mis vivencias
y es por eso que ahora afirmo todas mis experiencias…
“SÍ” (2 DE 3)
Voy manejando a casa
y mi mente aún no descansa.
Esa ansiedad no basta
para alejarme de una imaginada vida en subasta.
Así que al quedar atrapado
en un embotellamiento en plena avenida,
voy recordando lo que me ha pasado
mientras evoco a lo que le dije sí durante toda mi vida.
Sí, una respuesta a mi realización,
el sí de cómo subsistiría;
esclarecer la duda de mi vocación
diciendo ese sí a la abogacía.
Sí, una palabra tan sencilla
pero con tantos significados.
Ese sí, tan trascendental en una capilla,
que me dio el fin de todos los enamorados.
Sí a ese manjar de dioses,
una noche que juntos las estrellas formamos
convirtiendo las carnales sensaciones
en un espiritual don para el ser que amamos.
Sí a la creación de una criatura,
sí a ese regalo creador del paraíso.
Sólo regresar a ese momento, recibir tal primo sura
llamándola hija, algo incomparable que tanto me satisfizo.
Sí a mantener tales experiencias,
sí a esos deseados segundos en mi existencia
llenar mis expectativas, perpetrar mis soñares;
ese es mi gran logro:
contemplar a mi mujer y mi chiquita en cada uno de mis despertares.
Sí, todo ha transcurrido,
cada instante lo he compartido,
pero un futuro confuso tengo aún
y es necesario pensar mantenerme así buscando un No común…
“NO” (3 DE 3)
Llego a mi dulce hogar.
Me reciben con abrazos y besos.
Medito un instante para encontrar
un No común a todos mis cotidianos ajetreos.
Es aquí donde acciones supondré
y analizaré mis pretensiones,
pues debo enfocarme o perderé
lo que hasta ahora he logrado con vividas situaciones.
Pero qué difícil me es comprometerme
a sólo supuestos aún no realizados;
es pretender jurar firmemente,
aferrarme en copretéritos no creados.
Pues ‘el será’ es muy relativo,
llevar hacia él una convicción
es alucinar un presente cautivo
del futuro que aún no ha sido una concepción.
Pero siempre hay que prevenir,
sino lamentaciones venir podrán.
Por eso que dirigiré mi devenir
y arrepentimientos mis figurados evitarán.
No, no me gusta las negativas,
pero he de establecerlas.
Así podré abarcar toda interrogativa
y con premoniciones lucharé para desaparecerlas.
No, no a los celos paternos;
no a que mi hija no pueda ser amada.
Seré cuidadoso, pero no llegaré a extremos
para que mi primosura tenga la sensación de estar enamorada.
No, no a la infidelidad.
No a dejarme llevar por vacuas aventuras.
Saber rechazar ofertas de la promiscuidad
y prolongar la armonía con mi pareja,
controlar mis censuras.
No al dinero sucio, mal ganado.
Poder sustentarme con mi sudor diario.
Responder en negativa a lo fácil, ser abnegado
del materialismo, evadir un mundo estrafalario.
Y por último y de mayor importancia
no alejarme del alentador de todo esfuerzo.
Proseguir la ruta del “Poseedor de plena abundancia”,
el creador de mi insignificante universo.
Y al fin puedo ya descansar en paz
con mi familia y mis usanzas,
pues después de analizar con pensamiento tenaz
ahora puedo dormir con Leticia y mi niña,
esperando un día nuevo lleno de bellas esperanzas…
HISTORIAS DE VEHEMENCIA: JUVENTUD
“VICIO”
Necesito un vicio…
para encontrar la felicidad en mis momentos infelices;
aunque después aquel vicio se convierta en mis momentos felices, en mi infelicidad.
Y es que como en la vida se dan mas momentos infelices que felices…
¡venga! ¡Necesito un vicio!
“ESTA BOTELLA”
¿Para qué quieres que componga una canción?
¿Para qué quieres que con versos demuestre mi pasión?
si aquí con esta botella
puedo bajarte cualquier estrella.
Y ¿para qué quieres una joya o un diamante?
si es algo superficial, no es de amantes.
Es por eso que aquí con esta botella
te ofrezco del cielo cualquier estrella.
¿Qué más puedes pedirme? ¿Una flor?
¿Para qué? Si se marchita, no reverbera el amor.
En cambio, aquí con esta botella
puedo bajarte cualquier estrella.
¿No me crees? ¿No tienes fe en mí?
pues si quieres que lo compruebe, baja de ahí
y aquí juntos con esta botella,
podré bajarte cualquier estrella.
Insisto por piedad, hazme caso.
Sino esta noche será mi mayor fracaso
al no mostrarte que con esta botella
puedo bajar cualquier estrella.
Al fin… gracias preciosa por tu creer;
y para no defraudarte te haré ver
que con esta botella
puedo bajar cualquier estrella.
Y que mejor ejemplo puedes tener,
que tu presencia aquí abajito,
pues pude bajar con esta botella
a la más hermosa de todas las estrellas.
“DECLARACIÓN”
Ayer tuve un sueño, en el que tú estabas ahí,
en el cual descubrí esa gran ternura que reina en ti,
la cual despertó un deseo, el quererte junto a mí,
y en la realidad tenerte, reflejando mi sentir.
El recuerdo que quedó de ese soñar,
me llenó de una ilusión, una fantasía,
de la que hasta hoy, no puedo olvidar.
El misterio de mis sentimientos,
escondidos en ese irreal momento,
no son más que un espejismo,
que en la realidad oculto en mí mismo.
Pero ya el corazón me pide a gritos,
que rompa ese silencio, ese tormento,
del amor que ahora yo siento,
y es que mi alma, ya no soporta tal padecimiento.
Dos palabras son suficientes,
para cambiar esa ilusión a una verdad tan complaciente,
decir ese “te quiero”, decírtelo de frente,
y aclarar esa duda que tanto me está asfixiando,
dime por favor: ¿qué es lo que sientes?
Sé que no es más que un sueño lo que he vivido,
pero ahora que he expresado mi sentir,
que no sea la esperanza lo que antes no podía ser concebido,
sino que sea hoy… un sueño compartido.
DIVINA IGNORANCIA”
He oído que el saber,
es uno de los más ansiados dones.
Siendo el arte de poder responder,
a muchas incógnitas de diferentes soluciones.
El sabio es siempre envidiado
El conocedor es alabado
Pero ¿por qué no valorar
al que ignora lo poco ignorado?
¿No siempre es inolvidable
en cualquier situación la primera vez?
¿y quién no dice que lo malo
se disfruta sin saber que lo es?
A quién no le fascina recordar
el desconocer amoroso
¿no es el primer beso
uno de los más sabrosos?
Y qué mejor forma
Hay para saborear
Cuando te hablan de las delicias de un platillo.
Es en dicho momento el mejor manjar
que puedes digerir sin aún haberlo comido.
Al tener abundantes experiencias,
limitas la felicidad en tu vivencia;
¿no será al revés? me han cuestionado,
y les respondo: ¿no te acuerdas que se goza más
sin el acto de conciencia?
Mientras más sabes,
Más soberbio te vuelves.
Pues ¿quién no su conocimiento presume,
y su vida de títulos envuelve?
Y qué decir de la infancia;
vida sencilla sin la adulta arrogancia.
Pues la inocencia del niño es igual
a su ignorancia, un complemento dual.
Por eso someto cada instante,
a ningún conocer, nada sabido;
para así revolotear en el aire
Como un pajarillo recién nacido.
Ahora, después de tanto analizar;
que alguien me diga que puede negar
que la sabiduría es hermana de la aburrida y compleja monotonía;
y la ignorancia es Divina madre de la ingenua y más gozosa alegría.
“¿QUIÉN SOY YO?”
Me acerqué a mi padre
preguntándole quién soy yo.
Le dije que me respondiera de hombre a hombre
y su respuesta fue: ¡Ay hijo!, y mi nombre mencionó.
Claro que esa respuesta me fue insuficiente
y fui con mi madre a preguntarle
y al responderme que ya estaba un poco demente,
me alejé y corrí por mi perro a cuestionarle.
Él se me quedó viendo
fijamente, sin responder
yo con autoridad le dije: ¡Vémelo diciendo,
o te amarro al árbol sin darte de comer!
Al oír esto, alzó una oreja
y fue ahí que su hocico abrió
y firme, sin ninguna queja,
con un simple ladrido me respondió:
¡Uaf! Eso fue todo.
Toda la ansiedad se había ido,
pues sabía que ese simple sonido
era la solución del enigma que tanto me había aturdido.
Pues me daba a entender que yo era algo,
no sé qué, pero ahí estaba,
ya que su respuesta me había confirmado
la realidad de mi yo, que tanto mi ser buscaba.
Y es que no esperaba
una filosofía complicada;
sólo quería que alguien con atención
demostrara que aún me amaba.
Yo lo sé, a mi perro amenacé,
pero su respuesta fue tan sincera,
que podría jurar que más que un nombre
o un adjetivo de demencia,
fue un significativo ladrido que me demostró
mi indudable y aún querida existencia.
“¡¿ESTÁS EMBARAZADA?!”
En un viejo hotel de sin fin de historias
comienza una, la de Armando y Ester,
que con intenciones plenamente lujuriosas
han de acabar en lo que llaman: una noche de placer.
Pero ese placer no ha de durar mucho,
pues al poco tiempo se han de enterar
que una mala jugada les hizo el Tucho,
ya que Ester probablemente
dentro de poco a un bebé habrá de amamantar.
Y aquí empieza la tragedia:
cada familia defendiendo a su hijo,
una diciendo que la muchacha es una cualquiera
y la otra afirmando que ese joven es un canijo.
Y entre injurias y gritos
madre contra madre comenzó la batalla
defendiendo cada una el honor de sus hijos,
poniendo frente a frente un palabrerío de muralla.
¡Ha pecado de inocencia! – grita la madre de la mujer –
-Señor, pedimos clemencia
pero, ¿por qué tan ilusa la hiciste nacer?
– ¡¿Ilusa?!, ni que fuera una niña para no saber
que de mi Armando embarazada podría quedar.
A mí se me hace que esta mujerzuela quería comprometer
a mi pobre hijo y así, con él, se pudiera casar -.
¡¿Casar?!, ni Dios lo mande,
la prefiero de monja o de soltera.
Pero con ése, nunca, mejor… que lo demande,
para sacarle lana y así que ese niño sea de fructífera espera.
– ¡¿Demande?! Si tu hija se le estaba tirando
¿o para qué iba todas las noches a su trabajo?
Seguro que andaba pidiéndole al pobre de Armando
que le diera una prueba de amor y, por desgracia, cayó muy bajo.
– ¡¿Cayó muy bajo?! Si mi hija fue la que se rebajó
al estar esa noche con este pobretón
pues comparando familias, queda muy por debajo
el apellido Pérez, al renombrado Villareal Mondragón.
– ¡¿Qué?!, eso sí no se lo voy a permitir
pues una cosa es hablar de mi Armando
y otra hablar de mi familia de honesto provenir.
Así que o se calla o a bofetadas la voy callando.
Y mientras las dos madres seguían peleando
la pareja decidía qué hacer.
Ester, angustiada, creaba un mar de llanto
y Armando pensando que por él nacería un nuevo ser.
– Ya Ester, ya, deja de llorar –decía Armando,
mientras ella decía: -¡Calla, idiota!, todo por tu chantaje
– ¿Chantaje? Quién dijo: mi amor, me estoy calentando
– Pero yo te dije bien claro: sólo faje, sólo faje.
– ¡Ah! Pero ya a la mera hora
bien que estuviste dispuesta
hasta me acuerdo de tu demora
para cerciorarte que no hubiera nadie tras la puerta.
– ¿Pues qué querías? ¿Que nos vieran?
Sólo me faltaba que fueras un malpensado.
¡Pobrecito de mi hijo: su padre un depravado
y para terminar de fregar, sin ningún centavo!
Mientras el pleito continuaba,
una prueba de embarazo aguardaba,
pues de tanto relajo se les olvidaba
que aún no era seguro que estuviese preñada.
Y entre los gritos de toda la gente,
sonó la alarma que todos esperaban:
era el reloj que dejaba latente
la incógnita de los que ahí estaban.
Y el silencio hizo presencia;
ya era pasado lo que se había comentado,
hasta que Armando, con temerosa firmeza,
dijo: – Bueno, ¿qué esperamos? Revisen el resultado.
Se acercó Ester, con cierto delirio,
alzó la prueba y dio un suspiro.
Había sido un error: ¡qué alivio!
– exclamaron las familias retractándose de lo dicho.
– Entonces fue una equivocación –
comentaban las familias al despedirse;
con besos y abrazos suavizaban la emoción,
mientras que la pareja buscaba a dónde irse;
Pues ya todo había terminado
¿y?, Eso era la cuestión.
¿Qué harían? ¿como si nada hubiera pasado?
y los dos meditaron, con un poco de resignación.
– Mi amor –dijo Armando
– ¿has pensado bien si lo hubiésemos tenido?
y Ester respondió: – Es lo que estaba pensando
– ¿Y si – replicó Armando – hubiésemos querido?
Y luego que las familias se iban con tranquilidad,
no sabían que la pareja decidía comerse de nuevo el pastel
ya que después del alboroto se dieron cuenta que la paternidad
era lo que deseaban y regresarían a intentarlo, al ya conocido hotel.
HISTORIAS DE MANÍA: ALTERNO
“DIÁLOGO EN UN CAFÉ”
El optimista:
Yo no creo que haya existido en la historia alguna vida triste;
más bien creo que sólo fueron de la felicidad, pequeños instantes de escondite…
El pesimista:
… yo no creo que en nuestra existencia haya vidas con historias felices;
más bien creo que sólo tenemos momentos triviales con diferentes matices…
El optimista:
…
“P A R A N O I A “
Pinche gente…
con sus hipocresías y falsedades,
todos son regentes
de lo artificial y de estúpidas adversidades.
Qué más quisiera
que todos fueran como mi Creador:
sin resentimientos, ni pena,
como yo, de mi persona un admirador.
Pero sus inútiles cabecitas
no pueden comprender,
que no son más que desnaturalizados derechistas
que no saben más que corromper.
Pareciera que su misión
es ser jodones de nacimiento,
atormentar la paz de la nación
con miseria y gran sufrimiento.
Hay que poner un hasta aquí
a toda esa bola de animales
pues si el mundo sigue así
terminaremos todos siendo iguales.
Y es que yo y mi inteligencia, solos
habremos de detenerlos,
pues con tanta basura ya todos
han caído en los placeres terrenos.
Nadie podrá destruir
lo que estos bastardos han creado:
un mundo sin porvenir
y niños con hambre, desahuciados.
Ahora es cuando
con mi ejemplo les haré entender
que su porquería no nos seguirá enfermando,
pues yo los he de detener.
Con la tecnología que han creado
yo he de usarla en contra suya
y con ella he de derrocar su legado
para que su maldita elite se destruya.
Ustedes ‘bomba humana’ la han llamado,
yo la nombro ‘Salvación’,
pues con su efecto lograré que despedazados
recapaciten y visualicen su equivocación.
Aquí será: es perfecto el lugar;
toda esta gente de “gran importancia”.
Sólo basta adentrarme y esperar
que muchos “animales” llenen la estancia.
Me siento y espero,
no me he de desesperar.
pido a Jehová que, con esmero,
castigue a éstos
con mi sangre que se ha de derramar.
Pero eso no es lo importante;
lo importante es que entiendan
que no pueden contra la ira triunfante
del Gran Alá,
para que la justicia regrese y su terror detengan.
Es ahora o nunca; no hay más tiempo,
pues si no es en este instante,
no volveré a tener tan inmejorable momento;
Así que me preparo… trago saliva,
pongo mi dedo justo ahí, en el pulsador,
y organizo el tiempo para que Yahvé decida
y es que Su voluntad será mi único confortador.
Y entonces es que lentamente
voy apretando lo que será mi muerte.
Y es que todo esto lo hago por la moralidad
del hombre que tendrá que regre…
… y Dios Padre hizo efectiva su justicia.
“INCONSCIENTE”
En mi realidad…
Espejo de mis intranscendentales momentos,
abismo de mis razonamientos,
redentor de mis locuras,
buscador de extrañas y nuevas aventuras.
En mi alma…
Conexión de mis sensaciones,
remiso corporal,
sabedor de mis tentaciones,
de mi remordimiento, fundamental.
En mi sueño…
Cancerbero de mis hondas necesidades,
fantasía pura, de grandes diversidades,
poseedor que reverbera mi querer,
consolador de lo que no puedo obtener.
En mi ser consciente…
Puerta paralela del pensar,
conciencia reprimida por el azar,
verdad exonerada por la confusión
y en todas mis pasiones, reflexión.
PSICOSIS…
– BITÁCORA DE UN PSICÓPATA – (1 DE 3)
6 de Marzo de 2003, 6:00pm: “Encendiendo Velas”
Transcurriendo mi alternado destino,
no me he topado con tu ser corrupto, sino
he visto la luz en lo más oscuro,
fue lo alto mezclándose con lo profundo.
Y es en la miscelánea que logramos,
que mi lascivia adjunta a la tuya, reflejaba tu reflejo
y ahí estuve, siendo la astucia, lo oportuno,
ahora enciendo velas a tu virginal mundo.
Esperanza en tu nuevo sendero.
Siembro al prender una vela escuchando tu murmuro
fue tu “gran” secreto: era de ninguno;
ahora enciendo velas a tu virginal mundo.
No os preocupéis, tu carne sigue siendo la misma.
Es semejante a tu ilusa presencia:
intocable, como tu inocencia,
pero ya velada, en esta ofrenda a la experiencia.
Terminando con tal placer,
me propongo una vela prenderte,
siendo una vez más el menester
de mis pasiones y de mi deleite…
– BITÁCORA DE UN PSICÓPATA-
6 de julio de 2006, 10:00pm: “Cita a ciegas” (2 DE 3)
Nunca te he observado,
más mi corazón late fuertemente.
Cada ocasión que imagino el tenerte a mi lado,
me envuelvo en esa fulminante pasión que me deja incoherente.
Hoy es la gran noche.
Iré tras de tu conocer;
espero no encontrar ningún reproche
por no avisar que estoy por irte a ver.
Y dando en mi reloj justo las diez,
me preparo elegantemente,
ya que será por primera vez
que nuestros corazones se desnudarán frente a frente.
Y llego a tu espléndida residencia,
paso por ese bello rosal que riegas a diario;
encuentro a mi paso una rosa de hermosa presencia
y opto en guardarla como suplemento para algún comentario.
Abro la puerta, quiero sorprenderte;
subo las escaleras, aprisa, impaciente,
ya quiero verte, como un cazador a su presa,
pero con tan poca luz, la subida se vuelve una empresa.
Y al fin llego.
Ahí estás, dulcemente acostada.
Me acerco para darte un beso,
pero me recibes con un grito, apasionada.
Me encimo sobre ti;
me aprietas los brazos con fuerza,
retuerces tu cuerpo logrando en mí
una sensación de excitación perversa.
Incrusto en tu ser todo mi amor
y sudas abruptamente, pleno de color.
Sensaciones de placer y dolor
se mezclan con un recio y desgastante calor.
Y ahí está, tu sublime cuerpo exhausto,
reflejando de ti lo que fue un holocausto.
Pero tuvo un bello fin, el intercambiar
nuestro amor, involucrando el pecado con dicho actuar.
Pero después de tanto fervor,
en cada beso, cada caricia,
no había notado un sentimiento de pavor
que se fulguraba en tus facciones, una satisfacción ficticia.
Entonces fue que comprendí
que tu sentir hacia mí era un engaño
y que al notar esto me arrepentí
de haberte seguido año tras año.
Ahora cabizbajo me retiro
pues tu fuego sólo fue un suspiro;
pero me ilusiono con pensar que una cita nueva podré tener
en otro lugar, otra noche. Te dejo,
para que en soledad medites tu falsedad y sientas lo que es fenecer…
– BITÁCORA DE UN PSICÓPATA – (3 DE 3)
6 de Junio de 2009, 10:00am: “Contando pétalos”
Me quieres, no me quieres,
respóndeme por favor.
Mueres o no mueres,
voy contando con fervor.
Yo te quiero en cada espacio de mi imaginación,
pero tú sólo prefieres alejarte de la perfección.
Me quieres, no me quieres,
eres o no eres.
Me has atrapado el corazón
y no me has pedido ningún perdón.
Seres o no seres,
no me quieres, o te mueres.
Cada golpe que he recibido,
por tu rechazo adolorido
he quedado, pero mi consuelo
es que habrá venganza desde mi justo cielo.
Pues una lluvia te he de mandar
y grandes rayos te harán sangrar
como inmensos puños te aplastarán
y con tu suplicio mis ángeles gozarán.
Me quieres, no me quieres;
los pétalos se han de acabar;
mueres o no mueres,
si la flor afirma tu supuesto amar.
Sientes o no sientes;
es un martirio este esperar.
Me quieres, no me quieres,
ya no sé si podré soportar.
Me quieres, no me quieres;
un pétalo falta para aclarar.
La incógnita de que sientes
ya tus húmedos ojos
van respondiendo mi cuestionar.
Me quieres; la flor no tiene más
hojas para arrancarle, ya no podrás
negarme tu querer, recibe mi amar
con una abrupta caricia,
mi manera de mi sentir, demostrar.
Puño y rostro, juntos por el sentimiento.
Ya no llores más mi amor, deja ese sufrimiento
pues por cada gota colorada que has de derramar
refleja mi querer, ya nadie nos ha de separar…
CICLO DE UN VIVIR…
POESÍA A LOS SENTIDOS (1 DE 4)
Retrocedo a mi niñez
y encuentro ese recuerdo que me apasiona;
es de él que tuve la percates
que en mi infancia obtuve algo que todos añoran.
Observo por la ventana
y encuentro el firmamento nublado;
la lluvia está cercana
y puedo sentir el aroma de suelo mojado.
Salgo a ver precipitar
el agua desde el cielo
y así con mis sentidos podré experimentar
una de las cosas que aquél día, tuve de anhelo.
Puedo sentir la lluvia corriendo
por todo mi cuerpo empapado
con el tacto puedo disfrutar sintiendo
gota a gota el torrencial alebrestado.
Qué imagen se puede comparar con una percepción tan gloriosa;
contemplar el poderío de la naturaleza
con esa oscuridad repleta de destellos, esa visión hermosa
anonadando mi vista, admirando su imponente fuerza.
Y escuchando los ensordecedores truenos
mi sentido del oír se enaltece,
pues con ese estruendo, no es de menos
maravillarse con un ruido que a cualquiera estremece.
Y de momento, por cosas del azar
una pequeña gota toca mis labios;
es su esencia la que me hace probar
la mayor pureza,
que es excelsa para los más escépticos sabios.
Y continúa la lluvia cayendo
y mis sentires se conmueven;
es difícil explicar lo que estoy sintiendo
y es que no puedo decir más, pues las palabras me deben;
Ya que el sentir de todo mi ser
no es descriptible en algunas letras;
pero con estas oraciones espero esclarecer
un poco de mis sentidos, con estas sencillas muestras.
Y me mantuve experimentado tal emoción
con mis cinco vivires en su máximo esplendor;
y fue ahí cuando una ansiedad llenó mi razón,
la cual me hizo cavilar desde lo más profundo de mi interior.
Y surgió una pregunta rápidamente
fluyendo de mi alma:
¿es ésta satisfacción tan complaciente
el mayor gozo para mi existencial llama?
¿Con qué puede compararse
disfrutar tales sensaciones admirables?
no creo que nada pueda acercarse
a estos momentos de éxtasis carnales.
Y ya con mi cuerpo en plena ataraxia
comprendí que mi pensar era una falacia
pues no podía ser que lo material
sobrepasara el sentir de lo espiritual.
Entonces angustiado por mi inquietud
regresé a mi hogar;
ya la tempestad estaba en quietud
y fue hasta un venidero día, que me senté a reflexionar…
POESÍA AL SENTIMIENTO (2 DE 4)
Me siento a reflexionar
un espacio de mi ser;
es el sentimiento al que he de juzgar
con la razón, para mi duda esclarecer.
En qué momento me surge esta ansiedad
en la etapa de la vida que llaman adolescencia;
es cuando quieres que todo gire en torno a tu necesidad
y donde la responsabilidad empieza a ser acto de presencia.
Y pensé: Sentimientos, hay muchos
pero he de hallar el que me atosiga;
aunque mis pensamientos sean confusos
debo conseguir que mi causa prosiga.
Y no es fácil encontrar el exacto,
pues qué más difícil que buscar algo preciso
en los sentidos del hombre, vasto
de expresar formas de lo que sentimos.
¿Será odio?, ¿Será amor?
¿Será tristeza?, ¿Será alegría?
Odio, un experimentar muy destructivo;
pero odiar, no, es demasiado fuerte
hace del hombre un ser cautivo
de su propio instinto, incontrolable y demente.
Odio, no es, estoy seguro;
pues un sentimiento tan oscuro,
no podría tenerlo mi alma
pues yo sé que ella está en pasiva calma.
Pienso: amor, ¡qué más quisiera!
Pero no, no es lo que siento
Amor si mi corazón tuviera
el motivo de tan bello sentimiento
que es tener a una mujer que hasta hoy, no tengo.
El amor, algo profundo y excelso,
todos los sentires se llenan de gozo;
es cuando la gloria se vuelve en inmenso
sentir de armonía, que te convierte en un ser cariñoso,
haciendo de lo mas simple, algo bello y asombroso.
Entonces no es, y me encuentro con la tristeza,
esa sensación que hasta en el hombre más fuerte
apabulla convirtiéndolo en su mayor flaqueza
y que en toda vida hace su aparición,
pues la felicidad es imposible mantenerla en toda situación.
Y comprendo que tristeza, no es tampoco;
ya que triste, no estoy;
así que solo falta buscar un poco
encontrando en la alegría, lo que siento hoy.
La alegría es sinónimo de felicidad;
es cuando uno se siente a gusto
y, no sé, pues tal necesidad
ahora no la tengo, pero tampoco estoy en disgusto.
Entonces, después de tanto buscar,
me encuentro con un gran acertijo;
y ya la desesperación me empieza a fastidiar
pues sin mi respuesta, no podré dormir tranquilo.
Y recapitulo: ¿será odio?, ¿será amor?
¿Será tristeza?, ¿será alegría?,
no pensé que mi reflexión tanto me confundiría.
¡Vamos!, ¡se que tú puedes!
no es tan complicado saber qué es lo que sientes
solo tienes que saber diferenciar
entre lo que tienes, con lo que quieres.
Solo una vez más;
quédate en tranquila meditación
busca en tu interior
y en lo más profundo de tu corazón.
Después de unas horas,
descubriría algo que me dejó pasmado
algo que no imaginaba
y que no había valorado en mi pasado.
Era que tales ansias en mi mente
por encontrar lo que quería,
me cegó el alma que pedía clemente
que mirara con ojos de sabiduría.
Y, es que es imposible creer
poder separar tales sentidos,
pues es querer dividir todo mi ser
en partes que mi luz, no los tenga unidos.
Y así visualicé la conclusión,
que no se puede tener sólo uno,
pero tampoco se pueden tener todos en colisión
y llegué a pensar que entonces no era ninguno.
Y es que encontrar la respuesta no fue algo sencillo
y era que todos separados deben estar,
pero conectados como con un gran anillo
donde un sólo sentido deben formar.
Pero aún no estoy satisfecho,
ya que mi razón no da por hecho
que mis sentires sean los más puros
y una cuestión me deja una vez más en nuevos apuros…
POESÍA AL PENSAMIENTO (3 DE 4)
Es entonces, en mi edad adulta,
cuando la duda de aquél día regresó;
y el problema se me dificulta
pero con un esfuerzo, la respuesta fluyó:
Recorriendo el instante,
me tropecé con ésta duda;
vi a lo lejos, muy distante
una reflexión de gigante cordura.
Era el pensamiento;
ese don proveniente del divino
que miraba al sentimiento,
osando su capacidad, arrasando su camino.
Todo giraba alrededor de él;
eran majestuosos sus pasos,
mostrando que lo perfecto del
mundo era cuando éste, imponía sus manos.
Y fue que yo quise tratar
de dividirlo en diferentes porciones;
pero qué iluso fui al pensar
que tal virtud iba a poder dominar con pequeñas suposiciones.
Así fue que comprendí lo que se requiere;
y era que el pensamiento es perspectiva
y que la gente piensa lo que quiere,
haciendo de sus razones la mente cautiva.
La filosofía es una de ellas,
pues que mejor pensar que querer la sabiduría
pero hay que admitir que sus razones son aquellas
que cada hombre quiere o cada hombre quería.
Y esto es claro ejemplo
que los pensamientos son únicos y leales,
pero también hay que recordar que en el tiempo
razonamientos han existido con los mismos ideales.
Basta evocar momentos,
donde muchos humanos han librado
batallas en contra del sufrimiento
y de todo lo vil e inhumano.
Es ahí donde se unen
tantos pensamientos con un ideal,
para que tales tragedias curen
con sus ideas creando una solución real.
Que maravilloso que podamos
ser libres en nuestros pensamientos,
creando lo que nosotros queramos
sin límites, disfrutando nuestros mas profundos momentos.
Y podría seguir
hablando de muchas formas del pensamiento que se pueden usar,
pero lo que quiero descubrir,
es el por qué de este regalo tan comprometedor que es el pensar.
Analizando más a fondo
este extraordinario concepto,
llegué a lo más hondo
del alma, que es la fuerza de todo razonamiento.
Ya con la dura jornada
en busca de mi interrogante,
mi alma y mi mente, juntamente cansadas,
perdían esperanzas, pues la búsqueda era agobiante.
Y es entonces cuando contemplé la esencia
del ente más puro;
era la cuestión de mi existencia
brillando como una luz en lo más oscuro.
Ahí estaba, imponente
como lo más perfecto ante mi incrédula vista
era un pasaje, largo y ascendente
hacia la Gran Paradoja, la mente más lista.
Anonadado ante excelsa presencia
con timidez le pregunté:
dime ¡Oh tu rey de la eterna experiencia!
¿para qué el pensar me permitiste?
Y él, con una frase
respondió lo más complicado:
Hijo, “el pensar no es mas que la base
del que quiere amar y es amado”.
Y fue ahí donde regresé
al instante donde antes me quedé
y con tranquila paciencia me senté
a pensar, lo que en un nuevo mañana pensaré…
POESÍA A LA VIDA (4 DE 4)
Me encuentro de nuevo
sentado en plena reflexión,
y es que apurarme debo
pues mi tiempo, está en plena conclusión.
Toda mi existencia
busqué que era lo mejor de mi vivir,
y ahora que tengo mayor experiencia,
me encuentro frente al inevitable morir.
Pero con mi último suspiro,
trato de alcanzar
la meta que dentro de mí miro,
que es el porqué de la vida y el amar.
Pero antes de poder resolver tales preguntas,
mi cuerpo fallecía ya sin nada que hacer
y fue ahí que tome pluma en mano para que alguien difunda
lo que en mis tropiezos hube de comprender.
Amar es vivir, vivir es amar,
pues cuando el amor en tu vida muera,
con él la muerte terminará su espera.
Ya que la esencia del alma, semilla de vida,
es la llama del amor que todo reanima
y es así que, como llena cada instante
al desaparecer el cariño, pierdes del vivir, lo más importante.
Pues sin amor, nada tiene sentido
y es que todo hombre necesita amar y ser amado
y si tal amor es corrompido,
haces que el espíritu quede desahuciado.
Y lo que no comprendo aún,
es el proceder de todo amor
y es que siendo algo tan común,
es raro no saber cuál sea su primer motor.
Y en mi último momento, se iluminó en mí este llamado:
“Une todas las conclusiones a las que tu ser ha llegado;
y es que hay que sentir lo que pensamos
y pensar lo que sentimos;
y encontrar en nuestros años
lo que en nuestro tiempo vivimos”.
Fue ahí que mi alma se elevó
y con pluma en mano yace mi cuerpo que con tristeza murió;
pues una cuestión le faltó aclarar
y era que el amar, en la vida alguien lo tuvo que crear.
Y con la angustia en mi ya ser espiritual,
me elevaba admirando la creación;
y mientras contemplaba llegué a encontrar
a la luz de luz de omnipotente personificación.
Era la Gran Paradoja en su máxima plenitud;
todo se purificaba frente a su ser;
y al ver su perfección y mente de indescriptible magnitud,
osé a pedir que mi duda me pudiera responder.
Y con su gran misericordia,
me respondió para que mi alma no siguiera afligida,
para eliminar esa molesta discordia,
que entre mi mente y mi espíritu era sentida.
Y me dijo:
“cuando naces yo estoy ahí
durante la vida continúo en ti;
todo esto para llegar a tu morir
y otorgarte el más grande amor que es mi existir.
Pues la vida que has tenido,
la tuviste para que murieras;
murieras a lo vivido
de los sentires del placer en la materia.
Y así como viviste en tu naturaleza,
has de vivir eternamente en la mía;
pero sin el odio, la soledad y la tristeza
que en tu mundo tu cuerpo sentía.
Y es que yo, inicio de todo amor,
te entregaré amor con mi presencia
y mi presencia con todo amor,
ya que inicio y fin soy,
pues tu principio, tu historia y tu término
yo te lo doy.
Y así como tú giras en torno a mí,
yo giraré en torno a ti,
pues tu creación un fin tendría
y era quererte, y que tú me quisieras en tu fue, tu es, tu sería.”.
Y fue en ese instante,
que mi alma libre y en paz se sintió,
pues era hasta hoy que comprendió
que mi vida comenzaba, y que mi ser antes,
realmente una muerte fue lo que vivió.
OPINIONES Y COMENTARIOS