Olvidar es engañarse

1.La lluvia puede limpiar pero no puede borrar

Narraciòn de Karina Moyes

El tiempo avanzaba de forma lenta mientras una dulce lluvia lo acompañaba, eran aproximadamente las 7 o 8 de la noche y para mi pesar mi clase aùn no terminaba.

Respire lo màs hondo que mis pulmone me permitieron solo asì podìa evitar dormirme, toda la semana habìa sido muy pesada con los proyectos, profesores molestos, el trabajo (por el cual habìa sufrido mucho para lograr el puesto de «ediciòn de textos» en una editorial pequeña), mi familia (peleas entre hermanos y mi dulce madre la cual siempre me tapaba cuando me quedaba dormida en la sala),mi salud (de eso no me tenìa que preocupar mucho ya que mi ginecologo me habìa dicho que mis estudios salieron bien y que podìa quitarme esa preocupaciòn de tener alguna enfermedad), no me quejo ya que todo lo que tenìa hoy en dìa era gracias a mi esfuerzo y sabìdurìa que habìa adquirido a base de mis errores.

Y sin darme cuenta el tiempo pasò màs ràpido de lo esperado y la clase habìa terminado pero para mi desgracia la lluvìa se habìa puesto intensa, tanto que algunos coches eran arrastrados por la fuerza del agua.

Para mi suerte habìa traìdo un paraguas y mi pequeño coche azul no estaba tan lejos del salòn, cuando la profesora se fue saquè mi celular y me di cuenta de que tenìa un mensaje de mi madre pidiéndome que recogiera un garrafòn de agua ya que ya no habìa agua en casa.

Quien iba a decìr que con veintidós años ya estaba a punto de terminar mi carrera y ya tenìa un trabajo «estable», solo podìa agradecer a Dios por todo esto que me que estaba dando. Habìa momentos en lo que pensaba en mi «padre» pero cuando eso ocurrìa trataba de ignorar que estaba con otra persona y que era feliz sin su familia, aunque lloviera todos días no iban a poder borrar la tristeza que he tenido por años, algùn dìa tenía que superar mi amargo pasado.

Bajè lo màs ràpido que puede del edificio y llegue a mi coche, en el camino iba escuchando mi canciòn favorita «Destino» de Greeicy y Nacho. Lo malo de que lloviera de esa manera es que tenìa que tomar el camino màs largo para llegar a la purificadora la cual quedaba a treinta minutos en coche pero con esa lluvia me hice casi una hora, estacionè mi coche al otro lado de la calle y ràpidamente salì de mi coche para asì ir por él garrafòn y llevarlo hasta mi coche.

Pero en ese momento que estaba cruzando la calle una luz tan fuerte me lastimò mis ojos, tanto que en el momento que los cerrè sentì un fuerte golpe en mis brazos y hasta ahì supe.

Yo solo sabìa que tenìa que llevar aquel garrafòn de agua al coche..