Ojos de Plata – Segundo Lamento

Ojos de Plata – Segundo Lamento

LuxE Evee

12/01/2018

Segundo Lamento

Aunque… Mis manos siguen manchadas de sangre, para traer luz he sucumbido a la oscuridad. Cortando poco a poco la garganta con un cristal dejando que aquel líquido caliente bajara por sus brazos.

Una bella dama no tendría por qué ensuciarse las manos, aunque a decir verdad no tenía género y podía manipular su apariencia a su antojo. Ahora mismo no era más que un engañó, su cuerpo no era de chica, pareciera pero no. Una belleza radiante, un hermoso diamante.

Porque había hecho aquello? Habían muchas razones la verdad pero no eran razones propias en sí, solo cumplía el deseo de alguien más.

Este cobarde ya no tiene nada más que esperar morir.

Su majestad compraba a la fuerza a los seres más hermosos: mujeres, hombres, animales y cosas fuera de lo común. Vio a familias perder a sus hijas por no poder negarse a las exigencias del rey, también vio como mataban a los que trataban de hacer algo al respecto.

Quería ayudar pero no tenía la energía para hacerlo, aquel rey era bastante fuerte (además también poseía una Hexagrama, más específicamente la del Destino).

Era curioso cómo ni siquiera pudo regenerase como todos los poseedores, aunque un poseedor no se comparaba en nada con un devorador.

– Lo siento mucho – susurró mientras soltaba al rey y lo dejaba delicadamente en el suelo.

Estaba totalmente lleno de sangre, parte de su cara también estaba bañada por aquel líquido, no pensó en limpiarse de cualquier modo. Salió de aquel lugar aunque dejara totalmente claro que había asesinado al rey.

Intentaron atacarle con flechas, espadas, lanzas, hasta intentaron prenderle fuego. Era claramente imposible que lograran hacerle daño con ese tipo de cosas… un devorador era incapaz de morir de todos modos.

Luego que notaron que no lograrían nada intentando matarle simplemente lo dejaron continuar. Aunque este tenía de todo tipo de armas en el cuerpo incrustadas seguiría su camino.

Dejo todo atrás, tampoco era como si perteneciera a algún lugar. Ya no tenía algún lugar a donde regresar, solo perdía el tiempo en una fuente olvidada esperando su cercana muerte.

¿Para que seguían creyendo que podría ayudarles?

Ya no podía salvarse, tampoco podría salvarlos. Todo estaba perdido… Partum acabaría con todos por su culpa.

…..

– Es lamentable que después de tantos años todavía sigas escondiéndote acá, Deus – un extraño chico se acercó a la fuente – ¿O prefieres que te llame Rum? – este tenía una apariencia bastante llamativa, pelo rojo y ropas muy peculiares.

– Rum: ¿Prefieres Incessabilis Delicti o Fukase simplemente? – apareció de la nada sentándose justo al lado del pelirrojo.

– Fukase: ¿Desde cuando te volviste tan frío? Esa no es la forma de tratar a uno de tus hermanos – hizo un puchero.

– Rum: He sido expulsado, ya no soy tu hermano – le miró fijamente.

– Fukase: ¿Lo vas a dejar así como esta? – frunció el ceño – ¡¿Crees que voy a aceptar que quieras simplemente esperar a morir?! – gritó.

-Rum: Partum ya me quito mis poderes, no puedo hacer nada más… – bajo la mirada.

– Fukase: ¡¿Maldición?! No vez que encerró a todos nuestros hermanos para no entrometernos en su camino – le tomó de los hombros.

– Rum: La verdad es mi culpa, si no hubiese creado todo esto Partum no se hubiera enojado tanto – se levanta – Ahora mismo todo está perdido. Tu deberías esconderte antes de que Partum te encuentre y te devore – poco a poco desaparecía mientras mantenía la mirada fija en el chico de pelo rojo.

Fukase hizo una pequeña mueca de desagrado pero en su mirada se notaba ese triste sentimiento. Rum siempre fue el más amable y creativo de todos sus hermanos, el único que parecía tener corazón.

– Fukase: Deus – susurró – Yo todavía creo en ti – se levantó y antes de seguir su camino miro la fuente, una pequeña sonrisa se hizo presente en su rostro.

Miraba el cielo atardecer, no era su etapa favorita del día la verdad, tampoco podía cambiarle a su parecer como antes.

Todavía no se acostumbraba al hecho de no tener sus poderes, apenas tenía fuerzas para desaparecer un instante, ya ni siquiera podía volver a su verdadera forma. Si seguía gastando sus pocas fuerzas seguro moriría antes.

Levantó su mano como si intentase atrapar el cielo. Si moría ¿Que pasaría con esto que había creado? ¿Moriría con el? ¿Aquel niño que conoció la semana pasada también moriría?

Cerró los ojos un instante intentando buscar una solución a aquello… pero nada, un Devorador sin su poder era solo algo vacío.

Se levantó de repente y volvió a mirar al cielo, dio un largo suspiro para luego gritar con todas sus fuerzas.

– Rum: ¡FLAMMA! – el viento sopló con fuerza.

Miro a su alrededor y al no notar nada fuera de lo común volvió a recostarse en el suelo. Flamma seguro ya había sido capturado.

– ¿Por que tan desesperado? – se escuchó una voz detrás de él.

– Rum: Siempre llegas tarde… Flamma – se miraron a los ojos.

– Flamma: Pero si acabas de llamarme – se sentó junto a él.

– Rum: Te había estado llamando mucho antes – suspiró – ¿Que pasa con esa apariencia tan extraña? – le señaló con el dedo.

– Flamma: Es genial, no lo niegues – se acarició el pelo.

Tenía apariencia de chico, ojos rojos, pelo violeta y rojo. Pero lo más curioso era su tono de piel algo lila y gris (o una combinación de ambos).

– Rum: Llamas demasiado la atención – le reprocho.

– Flamma: Jajaja – se rió – No sé quién eres pero Deus no es tan aburrido – le pellizco la cara.

El de pelo negro le miro serio, Flamma se sintió algo confundido al principio pero luego cayó en cuenta de la situación.

– Flamma: Espera, no puede ser… – se alteró.

– Rum: Pensé que ya lo sabías – tomo la mano del de pelo bicolor – Si no tengo mis fuerzas para sostenerme… está claro que moriré – le volvió a mirar a los ojos.

– Flamma: No digas estupideces, los Devoradores no pueden morir – apretó la mano de Rum.

– Rum: Parte de mí ha sido devorada así que no creo que pueda resistir, si no muero tal vez lo poco que quede de mí se fusione con Partum – la mirada del de ojos rojos se vio alterada.

– Flamma: Pero puedo ayudarte a recobrar tus fuerzas – sus manos empezaron a llenarse de flamas – Toma de mi poder – frunció el ceño.

– Rum: No creo que pueda – bajo la mirada.

– Flamma: NO TE RINDAS TAN FÁCIL, MALDICION – su cuerpo se rodeó de fuego.

– Rum: Ya no puedo volver atrás, lo siento – le abrazo mientras Flamma apoyaba su cara en su hombro, intentando calmarse – Por favor escóndanse y aléjense de Partum – le dio un beso en la frente.

La furia que cargaba Flamma en su ser era creciente, no dejaría las cosas como estaban. Deus no tenía que acabar así… Partum debe morir, solo así Deus vivirá.

Pero Partum estaba totalmente en reposo, cualquier intento de acercarse daba por seguro que lo despertaría. Después de la pelea con el de ojos naranjas este había sucumbido un largo sueño, todo por haber intentado comerse a Deus, aun así dejó a este en un estado deplorable.

*Ya ha perdido aquella calidez

Devorador: Entidad que toma y roba (se comen también) poder a los Dioses o seres de poder.

Hexagrama: Devoradores encerrados por Partum en cristalinas joyas con forma de estrellas hexagrama.


URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS