Quiero contar nuestra historia,
por medio de este poema,
Aquella que hasta hoy recuerdo,
todavía es mi dilema.
Por esos ojitos verdes,
que fueron mi primer todo,
Cuando aún no me conocía,
adolecía en cuerpo y modos.
Cada vez que te veía pasar,
por los pasillos de la escuela,
Se me nublaba la mente,
se me iban los ojos del tema.
La noche de tu baile de egreso,
tuvimos un momento de encuentro,
Sentí mi corazón como nunca,
sentí nuestra historia en ascenso.
No pudimos ser uno esa noche,
no pudimos saciar el deseo,
Preferí ser buena amiga de ella,
esa que no merecía mi respeto.
Tiempo después,
y con todo dicho a su paso,
En una fiesta chiquita,
fue nuestro primer encontronazo.
Nunca voy a olvidar lo que sentí,
mi corazón nunca estuvo tan contento,
Ni en mis sueños más locos imaginaba,
que podía existir ese sentimiento.
Hoy, luego de una década,
no puedo creer tal acontecimiento,
Donde dejé que mis sensaciones,
controlaran mis movimientos.
Tan insuficiente me sentía,
luego de ponerle título a lo nuestro,
Que olvidé cómo ser yo,
y dejar que me conocieras por completo.
Creo que ese fue el inconveniente principal,
además de mis permisos nulos,
Donde era joven y dependía,
de mi madre y de sus humos.
Ya te habrás olvidado de mi y nuestras vivencias.
Hoy te recuerdo muy claro,
como si no hubieran 10 años de ausencia.
Y este es el fin del poema,
palabras sueltas envueltas.
A tus ojitos verdes no olvidaré,
Gracias a tí aprendí a valorarme de veras.
OPINIONES Y COMENTARIOS