Te conocí un Octubre.
Te conocí en octubre, un octubre de hojas secas y vientos, tus ojos verdes y tu sonrisa libre fueron las que llamaron mi atención, te conocí en octubre y sin saber como ni cuando, ahí estaba yo, dándote lo que nunca ha nadie le había dado, mi corazón…
Nuestras conversaciones eran con los ojos, con sonrisas, casi nunca con palabras y aún así, yo sentía, yo juraba que flotaba, que ingenua fui, que tonta fui.
Al final yo no entendí, (se supone que estas cosas no me pasan a mí), pero me quede ahí, a la deriva porque me perdí, hubo un error en intentar ser nosotros dos, porque al final, y sin temor a equivocarme la única que sentí fui yo, la única que sufrió fui yo, pobre niñita ingenua, todos los veían menos ella (yo).
Tiempo después, yo lo acepte, te voy a querer siempre porque ni siquiera me diste la oportunidad de quererte, no creo que leas esto, pero si lo lees, tú, niño de los ojos verdes y las manos frías, yo si te iba a querer bien y bonito, como nadie nunca te ha querido y como nadie nunca te querrá.
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