Noches en desvelo

Noches en desvelo

Detenidamente miro al techo,

en búsqueda de respuesta alguna,

se me ha vuelto una rutina.

¡Ah de mi corazón, de mi mente!,

de ambos solo queda una ruina.

La tristeza juega con mis recuerdos,

Sí y lo hace con los más bellos.

Luego llega la furia,

Empuja la a la tristeza y le arrebata,

Cada uno de mis bellos tesoros,

Sin pena ni gracia los toma con

Sus manos de fuego vil.

El corazón me arde y late sin mesura,

Agoniza y se calcina.

Las lágrimas fieles cómplices de la tristeza,

en un intento de obtener el codiciado tesoro

brotan de mis ojos para ahogar las llamas del enojo.

Así es la noche, cruel, despiadada, solitaria,

Triste, callada, una guerra entre la tristeza y la furia.

Hay días que parecen ser eternas,

sobre todo cuando la tristeza y la furia

se niegan a perder.

La alegría yace en un rincón,

Tímida, y con poco protagonismo,

de vez en cuando encuentra algo en su bolsillo

son pequeñas estrellas de luz,

Se tratan de pequeños recuerdos olvidados,

De aquellos días donde la felicidad reinaba,

Las mira con compasión y desea con fuerza,

Que…Algún día vuelva la paz

En la mente, el corazón y el espíritu.

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