Sé que me esforcé en todas mis intenciones por robar sus miedos, sus malos recuerdos, su tristeza.
¿Pude haber hecho más?, no lo sé, a mis posibilidades di mi máximo, realmente busque sanar sus heridas
Suavice todas mis asperidades para darle los abrazos más cálidos, humedecí mis temores para besarla suavemente y con mi alma quise siempre cobijarla.
También fui malo, en mis frustraciones buscaba por medio de reproches esa paz que no encontraba para ella, callé sentenciando mi indiferencia que realmente nunca llegaba, también llegué a herirla, lo sé y me arrepiento.
¿Cómo logra un ogro la delicadeza y elegancia?, por su naturaleza tocar una rosa termina por lastimarla, abrazar al viento provoca huracanes, llorar en silencio diluvios, pero aún y su brusquedad cuando ama entrega el alma.
Miedos también corren por sus venas y también conoce de defensivas cuando se siente expuesto, pero da su mismo cuerpo para proteger sí es necesario, un gran corazón genera un gran amor.
Es por eso que me puse a tus pies, me enamore y quise cada día provocar en tú cuerpo turbulencias de alegría, hacerte sentir en el aire, en una caída sin paracaídas y que tú de mi mano no sintieras miedo.
Yo no puedo ver a través del tiempo los acontecimientos venideros, pero puedo sentir en base de palabras, intenciones o indiferencia una melancolía próxima.
La vida me apremio encontrándote en el camino, me diste la verdad en medio de todas mis fantasías, me protegiste poniéndome encima el manto de tu alma, me guiaste, mostraste y enseñaste la fortaleza, el valor de afrontar no solo la adversidad sino también a quién está del otro lado del espejo.
No tengo mala voluntad para contigo, siempre he de respetar las cicatrices en tu pecho, entiendo lo hermosa que eres por dentro, aunque con hiedra y espinas lo hayas querido ocultar. Estuve ahí y llegaste, te seguí cómo mosquito a la luz y nunca dudé de ti.
No todo lo puedo controlar, el destino nos juega pasadas que terminan por cambiar rutas, sueños o vidas, el amor es un gran potro indomable, fuerte y decidido, capaz de cabalgar por las grietas de nuestros propios límites, el paraíso que ofrece tu ser, capaz de envolver y desparecer al menos por instantes todos los temores.
Sólo él tiempo dictará la permanencia de tu esencia en mi alma, los recuerdos de tus odiseas en mi mente y mis inmensas ganas de amarte por siempre y para siempre.
Eres magnífica a detalle, impregnas de todo tu ser por dónde pasas y cambias rosas, espinas. Entregas vida en medio de las oscuridades más siniestras y aunque tienes miedo de ti misma, no temes a nada cuándo se trata del bienestar de los tuyos.
Dios sabía que necesitaba reencontrar el camino y unió el tuyo al mío y mutuamente nos ayudamos a regresar, está vez con una gran fortaleza.
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