No quiero buscarte

No quiero buscarte

Shuhei KC

24/04/2021

Cortez Medina Karla Shuhei

No quiero buscarte

Mis pensamientos de estudiante no me representan, ahora soy una persona madura y entiende el porque la gente en verdad se esfuerza y lo valiosa que es la vida, aun que pasaron 5 años después del incidente que tuve al ir a una fiesta de mi antigua universidad, es algo que jamás podre olvidar y me sigue atormentando hasta ahora, trato de minimizarlo y hacer que no afecte en mi y así poder seguir triunfando. Sigo siendo la mejor en muchas cosas, aunque descubrí que no soy buena par algunas cosas como para cocinar o realizar cualquier cosas del hogar.

Era un día miércoles y yo estaba apresurada para llegar a mi trabajo, solo faltaban 30 minutos para poder llegar y Sali corriendo para llegar a la oficina. Logre llegar unos 10 minutos tarde y nadie lo noto, el ser gerente es muy agotador, pero todo se resuelve por el pago, es algo por lo que sigo trabajando aquí. Trabajé toda la tarde y Sali a las 8 PM como de costumbre, estaba tan cansa que solo quería llegar a casa a dormir, pero escuché que mis compañeros de trabajo irían a cenar al nuevo restaurante de comida coreana que habían abierto a 20 minutos de la empresa y tan solo de pensar en comida coreana me emocionaba, entonces decidí ir con ellos.

Cuando llegamos nos hicieron quitar los zapatos y nos dieron unas cómodas pantuflas grises que por dentro tenían algodón, nos acompañaron hasta una mesa cerca de la ventada que tenia una hermosa vista hacia un jardín donde había muchos árboles con hojas rojas, me hacia mucha ilusión poder tomarme una foto ahí.

Todo estuvo bien y la comida fue una de las mejores partes en verdad era muy buena, al final nos llevaron un postre de regalo por haber ido en la inauguración, cuando pedimos la cuenta uno de los trabajadores del restaurante se acerco y dijo que el gerente vendría a dar la cuenta y a agradecer por haber ido. Cuando vi que alguien se acercaba a nuestra mesa quedé impactada al ver quien era, era el mismo chico que me había lavado hace 5 años, me puse demasiado nerviosa. Al parecer él no me reconoció, solo nos dio la cuenta y nos agradeció, yo salí muy nerviosa de ahí, no podía creer que al fin lo había encontrado.

Al llegar a mi casa lo primero que hice fue darme un baño y mientras sentía como el agua caliente caía por mi espalda y relajaba todos mis músculos pensaba y pensaba en aquel chico, se me hizo muy increíble y haberlo encontrado ahora, cuando estaba apunto de olvidarlo y dejar pasar eso. Tal vez eran cosas del destino, pero yo no creía en el destino, aunque hoy lo estoy dudando.

Al día siguiente traté de no pensar en eso, tal vez solo vi lo que quería ver y no era real, no era el, pero necesitaba descubrir si mis ojos me habían engañado. Terminé muy rápido todo el trabajo que tenía y me decidí en ir de nuevo al restaurante en el que había comido ayer para ver si era el de verdad.

Sali lo más rápido posible y pedí un taxi para que me llevara al restaurante, al llegar el que me recibió fue la persona que estaba buscando y cuando lo vi sentí como un frio recorrió todo mi cuerpo y seguramente me puse pálida porque el preguntó si me sentía bien. Yo quede parada frente a él viéndolo y confirme que era el chico que me había salvado, en unos instantes el me reconoció y soltó un aliento y apretando las sienes.

-Oye creo que te conozco- dijo con entusiasmo lo cual hizo que me pusiera nerviosa

-Hum, creo que si- dije muy apresurada que casi no se entendió

– lamento el tener que conocerte así- dijo mientras se sobaba la nuca

– Si, un caso muy desafortunado, traté de buscarte para darte la gracias por lo que hiciste por mi- dije tratando de no darle importancia

-Perdón un día después de eso tuve que salir de la ciudad y regresar a mi país, tenia que cumplir con mi servicio militar.

Estuvimos un buen rato hablando y me invito a comer, hablamos de lo que habíamos hecho en todo ese tiempo y que tanto habíamos logrado, al final me conto que después de terminar su servicio entro a una escuela de gastronomía porque su sueño era algún día poner su propio restaurante y lo logro. Yo le conté que básicamente estaba viviendo el sueño de mi madre, pero al final me termine acostumbrando a esta vida y me termino gustando. Duramos el resto del día hablando y conociéndonos más.

Eran las 11 de la noche cuando llegue a mi casa y yo sentía que era la persona mas feliz, y no sabía porque me sentía así, no éramos ni amigos, pero por alguna extraña circunstancia me hacia feliz el hecho de haberlo encontrado.

Como siempre, siguiendo mi rutina me levante me bañe y me aliste para el trabajo, pero hoy me siento feliz y llena de energía, no me gusta que todo esto sea por él.

Seguí saliendo con él y nos seguíamos conociendo, pero cada que nos veíamos mis emociones hacia el habían aumentado hasta el grado de querer formalizar nuestras salidas. Pensaba en pedir que todo fuera formal y poder ya entablar una relación. Y al fin llego el día de proponer eso cuando iba de camino hacia el restaurante vi como una mujer bajaba de un auto con dos niños y ellos lo abrazaron y le dijeron papá. Al escuchar eso sentí como mi corazón de destrozo y comencé a llorar me di la vuelta y caminé lo más rápido posible.

Durante las siguientes semanas el me llamo y mando mensajes, pero yo lo ignoraba, trataba de evitarlo y con el tiempo esas llamadas dejaron de llegar y fue cuando entendí que no debemos depender sentimentalmente de alguien.

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