No nos conocemos es una situada entre los años 2018 y 2021.
Se basa en las vivencias de una joven adulta de 30 años, cuya vida da un cambio inesperado, envolviéndola en un sinfín de preguntas, deseos, ambiciones y sobre todo angustia. Aborda temas como la sexualidad de la época, relaciones interpersonales, jóvenes adultos, responsabilidades que vienen con la edad, drogas, infidelidades y costumbres que se han adaptado en cuanto a relaciones de pareja se refiere.
No nos conocemos tiene dos dimensiones, una, la de no conocer jamás a la persona con quién compartes tu vida,a pesar de tener tantos años juntos, nunca se termina de conocer a la otra persona, y dadas las circunstancias cada quien reacciona de una manera extraordinaria.
Asimismo, la otra dimensión es la de no conocernos a nosotros mismos. Durante años, dedicamos tiempo a criticar y exponer a los demás, asumiendo que no somos capaces de ciertos actos que otros realizan y son tachados por la sociedad, sin embargo, al vernos sumergidos en una situación similar en ocasiones caemos en lo mismo y es cuando vamos descubriendo nuestros yo, entrando en un bucle sin salida.
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Preludio- Primera Escena
Tres chicas adolescentes riendo, vestidas con uniforme deportivo escolar.
Se dirigen hacia un pequeño parque con una cancha de futbol rápido.
Una de ellas dice: Ven, te voy a presentar a un chico.
Se acercan a otro adolescente, de apariencia fresa, muy delgado, de ojos casi negros y piel clara, con el cabello corto y parado, muy alto y con una sonrisa retorcida.
El chico: hola
Yo: hola
El chico: como. te llamas?
En eso llega la otra adolescente y me dice, vamos a jugar fut, corre, nos están esperando!….
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En una noche de septiembre, con tintes otoñales y aire veraniego, lo conocí.
Una fiesta a la que no quería asistir, era el cumpleaños de uno de mis mejores amigos.
En mi casa no sabía que ropa elegir, un vestido verde o un pantalon y camiseta… Opté por mi look infalible, desenfadado y cómodo (una camiseta de Iron Maiden y un pantalón de mezclilla). Hacía un poco de viento y la temperatura era agradable.
Salimos de casa mi amiga y yo, platicando sobre lo sucedido en la semana, y aunque era jueves, sentí como si de un sábado se tratase.
Toda la noche estuve platicando con Anya, mi dulce amiga, a quién recién habían lastimado, y que en esa fiesta conoció a la chica en turno de su ex. Así que podemos imaginar cuál fue el tema de discusión entre nosotras.
Al cabo de unas horas, las personas reunidas comenzaron a irse, quedamos unos cuantos, Anya, cansada y con razón de más, decidió marcharse y justo al levantarse de su silla, veo a lo lejos a un misterioso y joven hombre.
Su rostro me parecía conocido, en algún lugar lo había visto, pero no sabía de donde lo conocía.
Comenzamos a platicar el cumpleañero, otro chico, él y yo.
Una plática amena, sobre drogas y problemas psicológicos, que envolvía a Patricio uno de mis mejores amigos , quién cumplía años ese día y estaba pasando por una fuerte depresión. Pasaron algunas horas, entre humo y risas, pero seguía dudosa de quién era ese enigmático joven.
En un lapso no mayor a 2 minutos, nuestras miradas coincidieron y fue entonces que me preguntó mi edad, entre risas respondí – Cuantos años crees que tengo? El respondió- No sé, 26 o 27?-
Yo- Haha cumplo 30 en 2 meses y tu?-
Se sonrió y me respondió – 31, cumpliré 31 el próximo mes-
Seguimos platicando de todo y de nada, en medio de un pequeño grupo de personas prevalecíamos los dos. Fué entonces que otro de mis amigos presentes en esa celebración dijo: – Miguel! ya nos vamos o que? – En ese instante supe su nombre, era aquel chico que hacia unos 17 años me había presentado una amiga en un partido de fútbol rápido. (Recuerdo esa tarde, era verano y estábamos jugando fútbol mis amigas y yo en una pequeña cancha cerca de mi casa, cuando se acercaron los primos de mi amiga Adriana junto con Miguel, y ella me dijo:- Mira te presento a Miguel- El sólo sonrió y me dijo hola, y cuando iba a responderle, Adriana me gritó:- Nadia! ya empezó el partido!- Me fui corriendo y se quedó ahí parado mirando). Miguel se levantó de su silla, se acercó a mi fijamente me miró a los ojos y serio me dijo:- Mucho gusto señorita, y me plantó un fuerte beso en la mejilla-.
En eso, nuestro amigo en común Alberto (uno de varios) nos ofreció llevarnos en el carro de Miguel ya que se dirigían para el mismo rumbo. Mi novio aceptó a la primera, Miguel, no tenía idea de que yo tenía novio, hasta que subimos a su coche y mi novio me dió un beso.
Pero eso a Miguel no le importó, pude verlo en sus ojos, aquella lujuria con la que me miraba por el retrovisor, yo solo me hacía la que no lo veía, no quería aceptar que me atraía un poco ese chico raro. Llegamos a mi casa, la primer parada, me bajé del pequeño y lujoso auto de Miguel, y al volverme hacia él para darle las gracias noté que miraba embelesado mi derriere, sonreí y dije:-Gracias- El volvió los ojos hacia los míos y sonriendo me respondió igualmente con un Gracias…
Y es aquí donde todo comenzó…
Al día siguiente recibí una solicitud de amistad en FB, era el!
Miguel el chico enigmático e interesante me había enviado una solicitud,quería conocerme más! … me pareció algo confuso y extraño, puesto que solo habíamos cruzado algunas palabras la noche anterior. Acepté su solicitud, pensando un poco en la noche anterior y en que no me parecía en absoluto guapo, un hombre flaquísimo, alto, de cabello obscuro y sonrisa retorcida, de dientes blancos y afilados, ojos pequeños y unos enormes lentes, con un estilo muy singular para vestir, entre un joven de la farándula y un hippie. Así era Miguel, un chico sin preocupaciones, adicto a la cocaína y frecuente a la marihuana, hijo único, de familia adinerada, no tenía problemas con nadie, un hijo de papi, descarado a más no poder y con una actitud soberbia e imponente.
Acepté su solicitud y al cabo de unas horas recibí su primer mensaje:- Hello- Tardé unas horas en responder, puesto que eran las 3:00am! respondí con un hola y comenzamos a hablar, de lo que hacíamos; yo una mujer de 29, con una vida frustrada por un trabajo que no pedí pero acepté por tener un ingreso, soñadora hasta los huesos, de mente abierta y volátil, todo absolutamente todo lo que tenía me había costado el sudor de mi frente, todo lo opuesto a él, yo era una empleada de tiempo completo y en mi tiempo libre me dedicaba a hacer vestidos, mi pasión, era lo que valía la pena al final del día, cansada y ojerosa admiraba mis creaciones.
Para no acabar con la plática, le pregunté sobre su marca,era un joyero empedernido que creaba piezas únicas en plata, le propuse realizar una sesión fotográfica con sus piezas y mis vestido, el accedió inmediatamente y me invitó a reunirnos para platicarlo. Intercambiamos nuestras páginas y comenzamos a seguir nuestras creaciones. Me parecía un chico tan interesante, en ese momento lo sobre valoré.
Pasaron unos días y me seguía escribiendo, yo por supuesto tenía muchas dudas de porqué me escribía tanto, que acaso no tenia nada que hacer? … No sabía casi nada de su vida, siempre omitía detalles, solo me preguntaba sobre la mía y sus palabras eran breves y concisas. Una noche me dijo: – vamos a tomarnos unos tragos-
Para lo que yo respondí que sí; mi mentalidad inocente no sabía a lo que él se refería. Lo invité a un bar, donde me reuniría con mis amigos y mi novio. Obviamente no llegó, puesto que yo había mencionado que no iba sola.
Comenzaron a llegar más y más mensajes, el me buscaba. Comencé a sentir cierta atracción hacia él, estaba todo el tiempo en mi mente, me escribía día y noche, se interesaba en mí incluso más que mi propio novio. Comenzamos a enviarnos fotos de lo que hacíamos, vídeos de sus piezas recién terminadas era lo que observaba desde mi taller cada tarde. Comenzó a enviarme besos y a preguntarme que cuando nos íbamos a ver, su desesperación por verme se asomaba en cada palabra, incluso conectamos de una manera extraña, antes de recibir sus mensajes yo podía sentir su intención de escribirme, podía sentir que me estaba pensando, sin embargo me negaba a aceptar la posibilidad de que algo entre nosotros ocurriese.
Pasó un mes , desde que nos conocimos, y por más que el intentaba verme, no coincidíamos en tiempo. Yo siempre ocupada, quedábamos de vernos uno y otro día y al final, yo terminaba cancelando a último momento. Y no era por no querer verlo, si no que realmente era una mujer muy ocupada, siempre con trabajo de más y compromisos familiares.
Me daba curiosidad reunirme con él, de qué platicaría con él?, eramos dos desconocidos con algunos amigos en común, que diría la gente si me viesen con él en algún lugar?, que le diría yo a mi novio?, que iba a salir con alguien más?, entonces fue que recordé que tenía una brillante excusa para verlo. Aquella sesión que dejamos en segundo plano. Un día después de tanto insistir, me pidió que llegase a su casa después del trabajo, accedí y con algo de nervios y emoción comencé intranquila a maquillarme en la oficina. Solo eran unos tragos en su casa, íbamos a hablar de la sesión de fotos y ponernos de acuerdo con la modelo y el fotógrafo, en mi mente eran las palabras que daban vueltas. Pero en el fondo sabía que no era así, podía intuir sus intenciones, aún así no hice caso a mis sospechas y me dirigí a su casa, la cual por cierto era muy cercana a la mía, incluso quedaba de camino a prácticamente todas mis rutas diarias. Antes de llegar le envié un mensaje para confirmar que estuviese ahí, también para que bajara y abriera la puerta, ya que vivía en la azotea de la casa de sus padres y era difícil que me escuchara. Pero no respondió a mi mensaje, llegué a su casa, un silencio absoluto y una terrible obscuridad la envolvían, dí la media vuelta y me fuí.
Pasadas dos horas, recibí un mensaje suyo, me preguntaba: – Porque no llegaste? me quede esperándote con la película puesta- Mientras tanto yo me preguntaba : que película? de que está hablando?, si él fue quien no respondió y su coche ni siquiera estaba ahí- Le pregunté:- de que hablas? íbamos a vernos para planear la sesión- El me respondió: – te iba a poner una peli para verla juntos- Ahí fué donde comencé a comprender su juego, tenía todas las intenciones de verme para estar conmigo y no para ser amigos, mucho menos colegas.
Me gustaba su juego, me sentía bella, me sentía viva de nuevo, yo creía que podía manejar esta situación.Tras una relación larga y con tintes de todos colores, una mujer en ocasiones se siente opacada por la costumbre. Ese era mi caso, con más de diez años de tener a mi lado a mi chico, sentía que estábamos cayendo en una monotonía, todos los días me decía que me amaba, todos los días me besaba fríamente, todos los días que lo veía eran iguales.
Pasaron más días, los mensajes no cesaban, ni por su parte ni por la mía. Realmente me sentía extraña, tenia una rara conexión con Miguel parecía como si pudiera adivinar que me escribiría mas tarde, en ocasiones me escribía de madrugada, yo leía los mensajes hasta el día siguiente, me preguntaba que estaría haciendo él a esas horas, era un halago para mí estar en su mente todo el tiempo.
No pasó ni una semana, cuando volvió a invitarme a su casa, estas fueron sus palabras:- Ven a mi casa hoy, podemos tomar algo y cenar- Yo respondí- Si claro, paso saliendo del trabajo, llego a las 7:00pm –
-El-No le vamos a decir a nadie que nos vamos a ver verdad?
Yo-No claro que no, no se puede enterar nadie
El- Esto es entre tu y yo…
Estaba emocionada, podía escuchar como mis latidos retumbaban dentro de mí al ir caminando rumbo a su casa. Justo una calle antes de llegar, me envió un mensaje:- sorry, no estoy en casa, fuí a dejar a mi madre al aeropuerto, pero si quiero verte, esperame a que llegue, no tardo, te aviso cuando vaya de regreso y paso por ti a tu casa, y si quiero verte-
Como una mujer de inocencia innata, respondí de manera cortés a su mensaje, diciendo: – no te preocupes, será para la próxima-
El indignado me respondió: – Nó, quiero verte hoy, espérame y paso por ti-
Yo respondí:- Esta bien, pero donde nos vemos, no puedes pasar a mi casa, te veo en la convención- (era mi coartada perfecta, había una convención de emprendedores cerca de mi casa y justo había avisado a mi madre que asistiría). Estaba por salir de casa cuando un diluvio comenzó a caer del cielo. Truenos y relámpagos, agua por doquier, no tenía un coche para moverme, siempre me iba andando a todos lados y esa tormenta me dificultó el salir de casa. Volví a mi habitación, me puse la pijama y me tiré a la cama a ver una película, cuando recibí otro mensaje: – Hey, voy de regreso, apenas salí del aeropuerto, tardo una hora, a donde paso por ti?-
Le envié una foto de mi pijama, el me escribió:- Así deberíamos estar tu y yo juntos, acostados viendo películas, no tu sola-
Yo le respondí:- Acostados? D: –
Y el respondió: – En el buen sentido, acostados viendo películas-
No respondí al mensaje y seguí viendo la película.
Al cabo de uno o dos días, pasé un sábado por su casa, iba al supermercado, no creí verlo, sin embargo tenía esa sensación de que estaría ahí.
Sofocada, iba caminando, era una subida algo pronunciada, vi a alguien, era él, Ahí estaba afuera de su casa, con la misma mirada de aquella noche en que lo conocí, fija, penetrante y llena de lujuria. Yo solo dije adiós y agité mi mano, seguí caminando como si nada. El se quedó boquiabierto y decepcionado entró a su casa.
Enseguida me envió un mensaje: – porque no llegaste? –
Yo respondí:- tengo que ir al supermercado, paso de regreso, aunque me da algo de pena pasar.
Miguel:- Ven, te quiero ver.
Sentí algo raro, mi estómago se revolvió y no paraba de sonreir.
Tardé en el supermercado. Salí dispuesta y segura de llegar, total, ya me estaba esperando, ahora si estaba en casa, por fin, mis dudas serían resueltas, que pasará? porque voy a su casa? y mi novio? estaré quedando como una mujerzuela si voy a casa de un chico?, estaba llena de dudas, pero segura de lo que quería hacer en ese momento. Le envié un mensaje solo para confirmar, pero, ya no podía recibirme, había llegado un amigo suyo, y claro, como teníamos amigos en común y en los alrededores me conocen como la novia de Armando, sería arriesgarnos mucho a que nos viesen juntos. Seguí caminando hasta llegar a mi casa.
Al llegar, estaban todos ahí, mis hermanos y mis padres. Entre risas me dice mi hermana:- que bien luces-
En ese momento me miré al espejo, sonó mi móvil, era él :- Ya se fué mi amigo, ven a mi casa-
La mesa estaba servida, estábamos a punto de comer, mi familia se había reunido para comer, no podía salirme así como así y dejarlos solos, que les diría?, a donde iba? – Le envié una foto mía, haciendo como si estuviera mandando un beso. Me responde:- Ven a darme un beso! te quiero abrazar! me encantas! –
Me sonrojé, mi corazón estaba a punto de salir de mi pecho. Me senté en la mesa a comer. No podía concentrarme en la plática, mis pensamientos estaban en otro lugar, era cierto, este chico no aguantaba las ganas de verme, me tentaba, hacía que tuviera una emoción que nunca antes había sentido, la adrenalina corría rápidamente por todo mi ser, quería verlo.
Escuché el timbre de mi casa, era Armando. Había llegado de sorpresa a mi casa a comer. Se sentó en la mesa, volví a lo mio, y dejé de pensar en Miguel.
Al terminar de comer Armando me pidió ir a su casa, como de costumbre. Pero claro, tenia que borrar esos mensajes! Si Armando se enteraba sería el fin de nuestra relación, y no estaba dispuesta a arriesgar tanto por alguien a quien ni siquiera conocía bien.
Me encerré en el baño, y comencé a borrar los mensajes y mientras pensaba en lo que estaba sucediendo me volvió a escribir: – Me gustas mucho, dime una cosa, te gusto? – Yo, sorprendida y apurada a borrar todo contesté: – Sí, me gustas, pero que vamos a hacer? esto no puede seguir, tengo novio, que vas a pensar de mi?, soy muy concienzuda, soy muy buena, jamás he engañado a mi novio.
Miguel:- No voy a pensar nada de ti y en cuanto a tu novio, no es mi amigo-
Borré la conversación y me dirigí con Armando a su casa. Insegura y nerviosa, disimulé lo ocurrido, pasé toda la tarde con él. Mi bueno y amado compañero de vida. Sin embargo no podía dejar de pensar en que había aceptado que me gustaba aquel chico pálido y de aspecto extravagante.
Llegó el viernes y me propuso de nuevo vernos al salir del trabajo, yo encantada le respondí con un si. Se obscureció el cielo y yo perfumada con notas de menta que cubrían mis largos y gruesos cabellos, un vestido negro y tenis, me apresuré a llegar a su casa. Y de nuevo, no solo el cielo permanecía obscuro, su casa también, de igual manera no estaba su coche, no estaba él.
Le envié un mensaje, donde estas? estoy afuera de tu casa!
Respondió a la brevedad – No estoy, tuve que salir, te hablo mas tarde.
Molesta me fui a casa de Armando, ahí se encontraba el con sus amigos bebiendo cerveza plácidamente y platicando como de costumbre.
Que bueno que lo tenia a él y a nuestros fieles amigos, yo sabía que no estaba perdiendo y total, si no veía a Miguel pues no pasaba nada, no era algo relevante hasta ahora.
Mas tarde me envió un mensaje – Hey, voy llegando a mi casa, sorry tenia una vuelta que hacer, que haces?
Yo- Vine a casa de mi novio, estamos bebiendo cerveza.
Pasó otro puñado de días, en mi mente estaba tan presente como yo en la suya, no reflexionaba sobre lo que estaba pasando, simplemente me estaba dejando llevar por el presente, sin detenerme a pensar en el futuro.
Después de tantos intentos fallidos de vernos, una noche calurosa, no podía dormir. Tal vez había cenado mucho o presentía lo que iba a pasar, no lo sé. Recibí un mensaje, era él, aquel diablillo que me susurraba al oído y comenzaba a tentarme. Eran ya las 3:00am, me preguntó: -que haces? –
Yo respondí:- Nada, no puedo dormir
Miguel:- Quiero verte-
Yo:- Pues ven a verme –
Yo solo jugaba con él, sabía que no podía involucrar mis sentimientos en esa situación, trataba de probar que era capaz de hacer con tal de verme. Me sentía fuerte, segura de mi misma, sensual.
Miguel:- Pasame tu dirección –
Yo:- Que ya no te acuerdas cuando viniste a dejarme el día que nos conocimos?, vivo muy cerca de tu casa-
Miguel:- No me acuerdo, estaba distraído-
Yo:- Ok, te mando mi ubicación, te espero en el parque-
No creí que fuera, quien va a las 3:00 am, a un parque a verse con una chica? , al menos para mi era algo prácticamente imposible.
Seguí tirada en mi cama, a punto de dormirme, cuando sonó mi teléfono, era él diciendo:- Ya estoy aquí-
Mi sangre subió y bajó a mil km por segundo, me quedé congelada, nerviosa y emocionada, estaba ahí, a unos pasos de mi casa. Yo estaba en pijamas!, despeinada mas de lo normal y sin una gota de maquillaje.
Tras varios mensajes suyos, me armé de valor, y muy sigilosa salí de mi casa, descalza, corriendo por entre mi casa y los árboles de la casa de al lado hasta que llegué a su coche y apurada entré.
No sabía que decir, un chico imponente, de suntuosos anteojos y sonrisa blanca, estaba frente a mí, en su lujoso coche y yo en pijamas, descalza y completamente desaliñada.
-Hola- Fué lo único que se me ocurrió decir. Hablar frente a frente no es lo mismo que hablar por mensajes, cuesta mas trabajo decir las cosas frente a frente, por lo menos, para mí lo es así.
-Hola- Respondió el,- como estas?-
Comenzamos una extensa plática, a decir verdad esa charla se ha borrado de mi mente, no la puedo recordar después de lo sucedido.
Justo yo estaba diciendo algo que no recuerdo, cuando voltee a ver hacia afuera del coche, y regresé la mirada hacia Miguel, estaba muy cerca, más y más cerca, sí, me estaba robando un beso. Yo asombrada me dije a mi misma, que haces!?, tienes novio!?, y en ese instante susurró aquel diablillo a mi oído – Me encantas-
Hacía un largo tiempo no besaba a nadie más, a muy temprana edad inicié mi relación con Armando, una relación pura, hasta que llegó Miguel.
No podía detenerme, sus labios suaves y delgados envenenaban mi boca, creando una completa adicción hacia él. Sus manos se deslizaban tierna mente por mi espalda, debajo de mi pijama solo quedaba mi piel.
Con sus finas manos quitaba delicadamente una y otra vez mis cabellos largos que cubrían de vez en cuando mi rostro, entre besos me decía susurrando – me encantas- . Saboreamos nuestro fresco aliento más de tres horas, era como si estuviésemos unidos ya de algún tiempo.
Cansados, detuvimos esa sesión de besos y caricias, volvimos a hablar de nada, se despidió de mí con un cálido beso.
Como animal salvaje, salí corriendo de su coche, para evitar que me vieran los vecinos. Llegué a mi habitación, pulsaciones desenfrenadas llenaban mi ser, eran las 5:00am, a los 5 minutos, me escribió: – ya llegué a mi casa, me encantas, paso por ti mañana a tu trabajo? dime donde es-
Le respondí con un -Deli, mañana te paso la dirección-
A la mañana siguiente, emocionada, feliz y radiante, me dirigí a trabajar, no pensaba en nada mas que estar con él, vi que estaba en línea, le envié la dirección de mi trabajo y le dije : -salgo a las 6:00- pero no respondió. Solo leyó el mensaje.
Pasaron 5 días, no me escribía, yo le había enviado un par de mensajes, mismos que dejó en visto pero no respondió. Estaba desesperada, me preguntaba que había dicho o hecho mal, porque no me llamaba?
Comencé a hablar con una de mis mejores amigas, misma que no frecuentaba desde ya hacia varios años, y le conté todo lo sucedido, Catia, con experiencia en rupturas, desamores y demás. con toda sinceridad me dijo:- no le hagas caso, deja que te llame, y si no te llama mejor para ti, no vale la pena. Cuanta razón tenía.
No sabía la razón de esa indiferencia, pero si el me había dicho que le gustaba, le tomó tanto tiempo llamar mi atención y se estaba retirando tan pronto?
Volví a estar muy ocupada los siguientes días, hasta el día 5 me respondió:- he estado muy ocupado, vino un amigo de otra ciudad y se ha quedado en mi casa, aparte me estoy cambiando de casa, me iré a vivir solo a un apartamento-
Hacía un tiempo, como casi todas las mujeres lo hacemos, había visto en un estado que necesitaba un roomie para vivir en otra ciudad.
Inmediatamente recordé esa publicación, la tristeza me invadía, se iba a ir a otra ciudad, ya no lo vería más, pero si apenas estaba empezando, había dado un gran paso y ahora se marchaba.
Le escribí y pedí que antes de que se fuera viniera a verme, solo me dejó en visto.
Ese mismo día,salí con mis amigos uno de ellos en común, y nos comentó entre pláticas, que se iba a cambiar de casa, y rentaría un apartamento aquí mismo, junto con otro amigo, su amigo Miguel! Me sentí mucho mejor, que bien que no se iba de la ciudad, pero que incómodo que Miguel viviera con él, si yo iba en algún momento a casa de mi amigo ahí estaría Miguel. Dicen que hay dos cosas que no se pueden ocultar, «El amor y el dinero». Nos delataríamos si estuviésemos ante nuestros amigos en común.
Al día siguiente Miguel me escribió, contándome detalles sobre su apartamento y la ubicación del mismo, precisamente ese día era su cumpleaños. Amablemente lo felicité y agradeció mis palabras, aproveché para limar asperezas (por mi parte, ya que estaba resentida por no haberme contestado los mensajes durante algunos días), y le pedí que fuéramos amigos.
El solo me contestó: -haha, si amigos, claro-
Yo me sentía bien, me había fascinado su talento de besar pero no podía ir más allá, prefería retirarme del juego a volver a apostar.
Pasaron unos cuantos días, ya pensaba poco en él, mi amiga Catia preocupada me preguntaba si me encontraba bien, yo asentía con la cabeza.
Hasta que se llegó un sábado de fiesta, tenía dos fiestas y una botella de blanco. No me duró mucho el sabor de aquel vino barato, lo tomé como si de agua se tratase. Bastó con esa botella de gilo, para embriagarme y dejar salir mis sentimientos resguardados por mi cordura. Llegamos a un patio grande con una alberca de fría agua cristalina, mientras me ponía el bañador, le escribía a Miguel, el solo miraba los mensajes, pero no escribía nada, desesperada le envíe una foto de mi espectacular y pequeño bañador, pero nada, no logré llamar su atención, o por lo menos es lo que parecía.
Al día siguiente con un terrible dolor de cabeza, desperté en la cama de mi novio, quien toda la noche me cuidó pacientemente,y me estaba dando los buenos días con un plato de comida caliente y un suero para a deshidratación.
En ese momento vino a mi el recuerdo de lo que había hecho la noche anterior, me había portado grosera con Armando al no hacerle caso en toda la noche por estar pegada al móvil, y vino el remordimiento de haberle enviado esos mensajes a Miguel.
Para cuando revisé mi teléfono, ya no estaban los mensajes, astuta mente los había eliminado la noche anterior, solo permanecía el recuerdo latente en mi cabeza.
Era lunes, ya por la madrugada, por fin estaba en mi casa descansando, había sido un día pesado en la oficina. Me dispuse a dormir, cuando derrepente a las 3:20am me desperté, sola, sin sueño, fresca como si hubiese dormido muchas horas. Encendí mi teléfono, y al ver que estaba en línea le escribí un -hey- rápidamente me respondió pidiéndome salir, que fuera a su casa. Sin pensarlo le contesté, con un: -ven por mí-
Enseguida me respondió: – ya voy, tienes condones?-
Para lo que yo contesté: – No, compralos tú-
Wow, estaba dispuesta a todo con él, sacaba lo peor de mí, mi lado inconsciente y desvergonzado,que solamente él lo ha conocido.
Atenta, observaba por aquel vental de la sala de mi casa, con las llaves en mano, en pijamas y en pantuflas, decidida a caer en las redes de ese hábil seductor.
Lo vi pasar enfrente de mi casa, pisando el acelerador como si tuviese mucha prisa, y con un frenon en seco se detuvo en el parque. Salí rápido de casa, temerosa de que mis padres despertaran, ahí iba otra vez aquella joven ardiente desenfadada, sedienta de ese dulce veneno.
Rápidamente subí a su coche, y sin decir una sola palabra arrancó. En el corto camino hacia su casa, platicamos sobre lo que habíamos hecho el fin de semana, y algunas cosas sin importancia.
Llegamos a su casa, nunca había estado ahí, una larga escalera llevaba a ese pequeño y colorido rincón. Vivía de manera modesta,una habitación desordenada, una cama individual y un televisor eran los elementos más relevantes. Me sentía extraña, era un lugar nuevo para mí. Me senté en una silla plegable, mientras traía a sus perros a su habitación. Me ofreció un vaso de agua helada y comenzamos a platicar.
A decir verdad, me arrepentí de mis palabras de aquella noche, no hice más que desahogarme y quejarme por lo mal que me había ido ese año, sentí la confianza de hablarlo con él, sin embargo no era el momento para decir lo frustrada que me encontraba.
El muy paciente recostado en su pequeña cama me escuchaba. Cuando terminé de hablar, me invitó a recostarme en su regazo, me incorporé hacia él y apoyé mi cabeza en su delgado torso. Encendió el televisor, creo que ambos esa noche no estábamos muy cuerdos que digamos. Puso una serie, para mí muy aburrida, me estaba quedando dormida, hasta que le dije: -Miguel, ya quita eso o cambiale, esta muy aburrido y no le en…- Y en eso de nuevo me robó un beso, ese escuálido ser si que sabía robar besos.
No se detuvo, y yo no quería que lo hiciera, era tan bueno convenciéndome, deslizándose como una serpiente por todo mi cuerpo, y entre risas me decía lo mucho que le gustaba. Nuestra ropa cayó al suelo de una a una, su cálido cuerpo estaba junto al mío, como si se tratara de uno solo. Con su diabólica sonrisa me susurró,-no lo vamos a hacer-, yo solo me sonreí y le dije: – no compraste verdad?-
Pero no me importaba, ya vendrían otras oportunidades para estar con él. Al menos era lo que yo pensaba.
Seguimos con caricias y a punto de terminar, se detuvo, me pareció extraño, que hombre se detiene casi al llegar al climax?, será que solo había estado con un hombre (Armando) y que él no hacía ese tipo de cosas y prefería llegar al climax sin más?…
Miguel se paró de la cama, desnudo se dirigió al baño y se vistió. En su cama seguía yo desnuda preguntándome que era lo que estaba sucediendo. Volvió a recostarse a mi lado y me dijo: – Vístete, tengo mucho sueño-
Intrigada y un poco molesta me vestí, se volteó a darme la espalda pidiéndome lo abrazara y se tapó con una cobija. – Hasta mañana- Me dijo.
Preocupada por la hora, ya que tenía que regresar a casa, traté de dormir por media hora, pero no pude, eran ya las 5:30 am, tenía que llegar a casa, que iban a decir mis papás si encontraban mi cama sola?, al primero que le llamarían sería a Armando, no quería irme sola a mi casa, a pesar de que estaba muy cerca, me daba un poco de miedo caminar sola a esa hora, vestía pijamas y pantuflas, y que si me veía alguien conocido?, estaba realmente desconcertada.
Una y otra vez le insistí me dejara en mi casa, pero fué en vano, y solo me dijo lo siguiente:- flaca, no puedo pararme, me metí tanta coca que ya no puedo, tengo que dormir quedate conmigo, mañana te voy a dejar, o pide un uber, o espera a que llegue el chofer de mi papá y que el te deje-
Estaba muy molesta, se había colocado antes de verme, no sabía que lo hacía, yo solo pensaba que fumaba marihuana, pero cocaína?, realmente estaba decepcionada. Al dar las 6:00am, me paré de la cama, el dormía profundamente, el cielo ya estaba clareciendo, me asomé por la ventana y había llovido, estaba la calle mojada. Tomé sus tenis y me los puse, deje mis pantuflas en su habitación y me fuí. Corrí hacia mi casa lo más veloz que pude, por suerte mis padres dormían. Me dirigí a mi cama y dormí dos horas más.
Al día siguiente molesta no quise hablarle, ni el siguiente, ni el siguiente.
Pasaron aún más días, no volví a hablarle ni el tampoco. Hasta que una noche calurosa, dormía tirante, agusto y tranquila, sonó mi teléfono, era otra vez él.
-Hey, que haces?-
No voy a mentir, me dió gusto ver su mensaje, le respondí y de nuevo sin más preámbulo me pidió ir a su casa, pero ya eran las 5:00 am, nos quedaba muy poco tiempo. -Ven a mi casa, aunque sea un ratito, para estar abrazados, te quiero ver-
Me atreví, salí rápidamente de mi casa, sin pensarlo fuí a su casa.
Pero para sorpresa mía, el no me estaba esperando abajo, no abrió la puerta. Envié miles de mensajes y nada. Ni siquiera los leyó, supongo que se quedó dormido, en fin, duré unos minutos y me volví a casa.
Estaba enfurecida, le envié mensajes, le dije que era un Mamón, un prepotente, le dije de todo, esta sería la ultima vez que caía en su juego.
Cobarde mente no respondió a mis mensajes de odio, solo los leyó.
Pasaron semanas, yo seguía muy molesta y decidida a olvidarme de él, no era mas que un pijo, que trata mal a las mujeres, que no valora a quién está a su lado, quién lo ha tenido todo y a todas las mujeres que la dado su gana.
Llegó la noche de halloween, mi día favorito en el año, incluso más que mi cumpleaños. Salí a un bar con una amiga, disfrazadas sensualmente aprovechamos de nuestros atributos y salimos a presumirlos a la calle. Nos divertimos tranquilamente escuchando la banda que tocaba ese día en aquel bar.
Podía sentirlo, Miguel pensaba en mí, es una sensación muy extraña, que aún rosa de vez en cuando mi cuerpo. Llegó la hora de irme a casa, para mi mala fortuna no encontraba coche para que me dejara, estuve en casa de mi amiga, cerca de dos horas esperando a que me confirmara uno, hasta que por fin llegó.
Llegué a mi casa, cansada, hice caso omiso a esa sensación y me dormí privada en un sueño profundo. A la mañana siguiente vi su mensaje – donde estas? ven –
Me lamenté mucho por haberme quedado dormida y no salir con él, en verdad lo quería volver a ver. Solo le respondí que me había quedado dormida, pero de igual manera, leyó mi mensaje y no respondió en días.
De nuevo, volvió a enviar mensajes, claro sin tocar el tema de lo sucedido aquella noche que me dejó afuera, solo me buscaba para que fuese a su casa, yo seguía sin responder, estaba muy molesta pero al mismo tiempo estaba ansiosa por verlo otra vez.
Hasta que una noche en que me envió un mensaje y me dijo – te quiero ver, ven, paso por ti-
Y de nuevo caí, ilusamente accedí. La adrenalina hizo de las suyas, mi pecho palpitante esperaba ansioso en aquel ventanal de mi casa, hasta que vi su coche, ahí estaba!, era como si todos sus errores se hubiesen borrado de mi mente, como si siempre me ubiera considerado, como si nunca me hubiese hecho algún desplante, como si nunca me hubiese ignorado.
Vestí mi interior con encaje, era un conjunto nuevo, lo había guardado para la ocasión que sabía que llegaría.
Con mucha cautela y con sus tenis en mano, salí de casa, corriendo entre los árboles, hasta llegar a su coche, esta vez lo veía diferente, me dijo hola, me dió un beso en la mejilla y arrancó. Estaba contento, me veía con una sonrisa resplandeciente y ojos tintineantes, yo estaba feliz de verlo, ya lo echaba de menos.
Llegamos a su casa, me detuve en la entrada y con esa voz susurrante me dijo: – que pasa señorita?… Sentía que me derretía cada que me decía eso – Señorita
-Nada- contesté, era sólo que estaba tan obscuro que no podía ver por donde pisaba.
Subí aquellas interminables escaleras, con algo de sueño, y emoción, esta vez yo iba preparada, nada podía impedir que nos uniésemos.
Llegué a su habitación, estaba un amigo suyo dormido en el suelo enrollado en un saco para dormir a un lado de los perros. Me sorprendí, me dió risa, y le pregunté:- que hace el aquí? – Sonriendo Miguel me respondió – Se está quedando por unos días, pero no aguanté las ganas de verte, no te preocupes podemos estar en la terraza, no se va a despertar –
Con la emoción a flor de piel y entre risas en tono bajo, cerramos la puerta y nos quedamos afuera de la habitación, era una noche cálida con tintes de otoño, el verano ya había terminado, pero aún quedaba ese aire cálido y puro. Se veían las luces amarillas de esa enorme ciudad. Una banqueta inclinada era nuestro asiento.
Comenzamos a platicar, mas relajados, entre risas, y tratando de no hacer mucho ruido, me dice: – y que hacías ahora?-
-Estaba dormida- respondí
Con un gesto avergonzado me dijo – perdón, no quería despertarte-
-No hay problema- Respondí
Seguimos conversando, se acercó a mí y olió mi espesa cabellera aún húmeda del baño que me había dado horas antes. Noté como disfrutaba ese aroma a menta. Entre plática me besaba la frente, admiraba mi rostro y se quedaba fijamente observándome cuando hablaba. Me sentía especial.
Soy una persona que habla mucho, así que seguía hablando cuando de nuevo lo hizo, me robó un beso, un delicioso beso que no terminaba.
Nos detuvimos, y se levantó para tender una cobija en aquella banqueta. Nos recostamos y seguimos con aquel apasionado beso que se convirtió en caricias. No me di cuenta en que momento terminamos desnudos en aquella terraza, arriesgándonos a que nos viera el hombre dormido de su habitación, a que sus padres subieran y nos encontraran, a que algún vecino subiera a la azotea y nos viera ahí postrados, pero nada importaba porque éramos como uno solo.
Comenzamos a hacerlo, ambos disfrutábamos nuestros movimientos, sin embargo, el chico no pudo más, de nuevo estaba colocado, había consumido tanta cocaína que no daba para más. Me lo dijo: – ya no puedo, no responde cuando consumo coca-
Desconcertada pero comprensiva, lo besé y nos recostamos el uno junto al otro, sin decir nada, durante unos minutos.
-Porqué la consumes?- Pregunté
-No sé, sé que me hace daño, ya no lo vuelvo a hacer- Comentó Miguel
Se hacía tarde, vimos el reloj y eran las 4:30, tomó su ropa y yo la mía.
Yo estaba de espaldas desnuda viendo la hipnotizante ciudad, cuando de pronto sentí sus delgados brazos rodear mi cintura y sus labios junto a los míos. Ese abrazo, me envolvía tierna mente entre sus brazos, no me quería ir de ahí, no quería que terminara.
Volví a perderme entre aquellas suaves caricias y esos labios venenosos, eran ya las 5:30 am, de verdad tenía que irme.
Me vestí apresurada mientras él observaba en silencio. Entre pequeñas risas, bajamos con cuidado las escaleras. Justamente cuando pisamos el último escalón se encendió la luz de dentro de su casa. Era su padre.
Riéndonos nos escondimos detrás de una pared, nos miramos el uno al otro diciendo : -shhh- realmente fue divertido.
Su padre quién ya nos había escuchado se asomó detrás de la pared, ahí estábamos escondidos. Nos vió y le dijo a Miguel: -Hay hijo, me asustaste.
Su padre se retiró de ahí, y nos subimos a su coche. Con la mejor de las actitudes conversamos brevemente, de que? la verdad, no lo recuerdo, mi mente estaba perdida en lo que acababa de suceder.
Detuvo su coche a un lado de mi casa, era hora de volver a mi realidad. Con un apasionado beso nos despedimos, de fondo el radio tocaba una pieza de rock suave que nos envolvía en sus cálidas notas. – Mañana te llamo – susurró
-No me vas a llamar- Contesté
-Si te voy a llamar, mañana quiero verte, me encantas- Dijo Miguel susurrando.
Un último beso y salí de su coche, corriendo entre los árboles entré rápidamente a mi casa, subí las escaleras y me dirigí a mi habitación.
Emocionada, tal vez de más, me dispuse a dormir. No tenía idea de con quien me estaba metiendo, ese joven era realmente un diablo, pero eso no me importaba.
Al día siguiente como era de esperarse no llamó. Ni un mensaje, nada.
Su ausencia brilló por los siguientes días, me preguntaba a mi misma si había hecho algo mal, pero no, era él, siempre estaba colocado, vivía en otra realidad, un mujeriego que solo jugaba conmigo. Después de tanta insistencia hacia mí, había obtenido lo que quería, aunque no del todo bien, porque analizándolo, yo no estaba satisfecha en absoluto, y claro, quién querrá estar a medias con alguien que después se desaparece.
Comencé a extrañarlo más y más, que pasaba conmigo? si solo era un patán, hacía ya muchos años no pasaba por esto, nunca me lo ubiera imaginado y menos a nuestra edad. Desaparecerse y dejar leídos mis mensajes no era más que un acto de cobardía y soberbia. Pasó casi un mes, una noche me armé de valor, le envié un mensaje y una foto. Ahí estaba yo semi vestida en encaje rojo, a los pocos segundos me respondió – Quiero hacerlo-
Sonriendo yo respondí – Ven por mí-
-No puedo- Me contestó
De nuevo, la misma historia, me molesté y ya no escribí más. El ya no insistió.
Pasaron algunos días, era mi cumpleaños, todo el día lo traje en la mente, mi único deseo era estar con él aquella noche, a pesar de estar rodeada de mi familia y mi novio, me sentía hueca, algo me faltaba. Estaba esperando el factor sorpresa, ese mensaje invitándome a caer. Sin embargo yo fuí quién le envió otro mensaje, sí, de nuevo bajaba mi autoestima con un mensaje y una foto.
-hola, voy llegando, te mando foto?
El- a ver
Estaba tan sensual con mis pechos descubiertos tapados por la sombra de mis manos.
-No eres tu me dijo
Yo- claro que si, pues ven para que veas que si soy
El me respondió con un – Está difícil hoy, pero si quiero hacerlo-
Tras un par de mensajes cesé la conversación. Ni siquiera me felicitó por mi cumpleaños, era claro que no le importaba en absoluto.
Me sentía peor, para que enviar mensajes y fotos a alguien a quien ya no le intereso – Me dije a mi misma-
Los días pasaron, se llegó diciembre y nada, era como si el viento lo ubiera arrastrado a un lugar muy lejano. Por mi parte, mi cabeza daba vueltas, día con día me preguntaba porque estaba haciendo esto, porque pensar en él, porque considerarlo, que era entonces que todo este tiempo para él no significaba nada? Y fue entonces cuando me dispuse a ver su perfil, oh sorpresa, comentarios hacia una extraña chica, era eso, había encontrado mi reemplazo con alguien más. Y claro estaba, yo no podía molestarme, si yo tenía novio, Miguel era libre de salir con quien quisiera.
Esa chica entró en mi mente, que tenía ella que no tuviera yo, escuálida igual que el, de aspecto sombrío, un gesto descortés y personalidad descarada, con una voz encantadora noche tras noche cantaba en un bar de una ciudad lejana. Tal vez era ella más parecida a él, tal vez tenían más cosas en común. Pero eso ya no debía importarme. Era una pena, porque me importaba mucho.
Me sentí usada, triste, celosa, enojada, frustrada, ansiosa, y de mil maneras, en momentos pensaba en lo mal que la iba a pasar aquella chica, al final de cuentas ella era inocente, puesto quien la había buscado era el y a sabiendas de lo ocurrido era el quien jugaba con los sentimientos de las condenadas.
Más días pasaron, seguía sin decir una palabra, no era tan sencillo olvidarlo, a pesar de que mis sentimientos hacia él eran meramente físicos, no podía dejar de pensarlo.
Un sábado en la noche fuí a una fiesta de un amigo que Miguel y yo teníamos en común, que bien la pasé, divertida y rodeada de mis amigos. Esa noche me sentía libre, observando a mi chico pensé en lo afortunada que era de tener a alguien como el a mi lado a pesar de que últimamente nuestra relación no había sido perfecta, y también me hice la promesa de no volver a caer en manos de nadie más. Nunca he sabido si mi chico ha caído también en la trampa de alguien más, pero quién soy yo para juzgarlo.
Benditas redes sociales, uno de todo se puede enterar por medio de ellas. Y volvía, siempre volvía, ahí estaba, su comentario en una foto de mi amigo Carlos en la que yo aparecía. – gracias por invitar- decía su comentario.
Y sí, al día siguiente me escribió, como era su costumbre -Que haces- Decía su mensaje a las 2:00 am
No respondí, lo dejé en leído, sin embargo al otro día le contesté – leyendo, y tu?-
De nuevo nada, pasaron unos días y siguió escribiéndome de cosas regulares sin insinuaciones, yo notaba que miraba mis fotos de redes sociales y a posta yo las cambiaba seguido para estar presente en su mente. Saqué mis conclusiones, entonces aquella chica le gustaba mucho pero también estaba yo en su mente, no podía apartarme completamente de su vida. Pero, porque seguía negandolo? porque cada que me escribía había algo en él que hacía que no saliéramos?
Llegó navidad, y como ese día no iba a la oficina, por la mañana decidí dar un paseo con mi perro, iba yo caminando, pensando en las madres solteras y lo difícil que debe ser su vida, cuando voltee hacia mi derecha, ahí estaba él, paseando a sus perros, no quería saludarlo, ni siquiera voltear a verlo, pero ya era muy tarde, no podía esconderme, el ya me había visto, así que lo saludé, esos pequeños ojos centelleantes me miraban fijamente.
-Como estás ?- preguntó el
-Muy bien- Respondí
-Feliz navidad- Dijo Miguel
Sonreí y le di la espalda, no se porqué lo hice, me hubiese gustado platicar con él pero no me salieron las palabras.
Esa noche salí a cenar con mis padres y mis hermanos, después de la cena me dirigí a casa de mi novio, quien amargado tomaba una cerveza diciendo – no quiero trabajar mañana, es tan molesto tener que ir-
Realmente estaba molesto, quejándose por todo. En parte tenía razón puesto que el último año no le había tan bien como en otros, sin embargo no era momento de estar bajo ese estado anímico.
Solo estábamos mi chico, una amiga Anya, Alberto y yo. Platicando tranquilamente y un poco aburridos. Justo me estaba quedando dormida en la plática cuando mi teléfono vibró. Por enésima vez, Miguel.
Era claro que estaba aburrido, igualmente me preguntó – que haces?-
Yo le respondí y comenzamos a platicar un poco, coincidimos en que ambos esa noche estábamos solos en casa. Sin más, le pedí pasar a mi casa para estar juntos aquella noche y me apresuré a volverme a casa para estar ahí cuando llegara. Pero para mi sorpresa me pidió ir a la suya. Como ya había tenido malas experiencias yendo yo a su casa, le pedí que me esperara afuera, pero no respondió.
Ahí estaba yo otra vez frustrada, me arrepentí tanto de haber respondido a su llamado, esa noche pude haberla pasar con mi chico, con quién realmente vale la pena pasar el tiempo.
A la mañana siguiente me escribió Miguel – Me quede dormido-
Yo solo puse un -mm-
Pasaron unos tres días, y volvió a escribirme, esta vez lo sentí mas en son de amigo, platicamos muy bien, sin insinuaciones ni peticiones de carácter sexual. Así estuvimos por una semana inglesa, platicando casi a diario de cualquier cosa.
Yo estaba sintiendo que sus intenciones habían cambiado, ahora querría ser mi amigo? No lo sabía, con Miguel nada era seguro, nada era cierto, todo era efímero.
Un día aproveché para pedirle que borrara todas mis conversaciones y fotografías, por miedo a que alguno de sus amigos o nuestros amigos en común las viera y se generara un problema, ya que es imperdonable que una chica engañe a su novio, nos llaman con toda palabra altisonante que exista, sin saber las razones juzgan, que pasaría si se enterara alguien?, mi vida completa se destruiría, yo sí tenía mucho que perder, porque como siempre a los hombres les aplauden sus infidelidades y a las mujeres nos arrastran por el suelo si cometemos la más mínima falla, y no es por justificarme en absoluto, sin embargo todos podemos caer en cualquier momento.
Amablemente me comentó que todas las conversaciones las elimina de inmediato por seguridad, pues sí, con esa fila de mujeres que tiene no debe arriesgarse. Sus palabras me dieron paz, por fin podía olvidarme de él, y estar segura de que no iría por la vida enseñando mis fotos o conversaciones a terceros.
Pero este mi plan, no era el mismo que el suyo.
La noche de año nuevo le envié un mensaje, preguntando si tenía algún plan de salir, sentí lástima por el, estaba solo en casa, solo sus perros lo acompañaban, sus padres habían salido de viaje. Aunque esté rodeado de gente y salga seguido con amigos o amigas, puedo sentir su soledad, pero también puedo sentir su resistencia al apego de estar con una chica y enamorarse.
Siguió enviando mensajes breves, yo seguía respondiendo, pero mis sentimientos iban cambiando, ya no lo tomaba en serio, ya no creía sus palabras, mientras me escribía a mi, yo sabía que estaba hablando con aquella mujer.
Cesaron los mensajes y al cabo de unas semanas volvió a escribirme, pidiéndome experimentar algo nuevo en la cama, accedí, sin embargo yo me encontraba lejos de él con unos amigos en un bar, le pedí que fuera por mi al lugar donde estaba, pero no respondió.
Después de eso mantuvo la distancia unas semanas. Comencé a olvidarlo, dejé de subir historias que solo el podía ver, a dar importancia a mi vida, a darme cuenta de mis errores y lo mucho que había aprendido de él, comencé a organizar y acomodar lo desacomodado, a enmendar lo roto. Me dí cuenta de lo mal que estaba mi relación con mi novio, y no por culpa de Miguel, si no que ya de antes veníamos arrastrando problemas, mayormente monetarios, era hora de dedicar tiempo a mi fiel compañero y salir de ese mal.
Era como si estuviese renaciendo una nueva yo, en momentos sentía su respiración cerca, en ocasiones sentía que me acompañaba, que me pensaba. (Es algo que aún siento y no puedo explicar, existe una conexión bastante fuerte, por lo menos yo la siento, no sé él).
Lllegó Marzo, sonreía de nuevo, las cosas iban mucho mejor, ya no lo extrañaba.
Salí un día con mis hermanos, decidimos ir a tomar una copa a un bar, subí una foto con mi cerveza en mano, estaba disfrutando aquella platica sobre trabajos, embarazos, chismes y un poco de todo. Sonriente, mientras esperaba la cuenta en aquella mesa del balcón, abrí fb, oh sorpresa, ahi estaba su comentario, GPI, de nuevo, era él, miguel asechaba y sin temor alguno se atrevió a comentar mi foto.
Yo sorpendida solo ignoré ese momento y seguí charlando con mis hermanos. Llegó la cuenta y nos fuimos de aquel lugar.
Llegué a casa y me fui a la cama, no podía dormir, pensando en ese comentario, no podía quedarme con la duda así que me atreví a responder su llamado.
Yo -??-
Miguel: Aaa, pues para que me invitaras.
Yo: haha, ok
Miguel: Ahorita
Yo: Convenceme
Miguel: Que necesitas?
Yo: mandame una foto
Y de nuevo, no respondió a mi mensaje, no lo vio.
Y ahí estaba yo, de nuevo, ilusionada, con aquellas ganas incontrolables de estar con él y esa furia latente que aparecía cada que se esfumaba.
Pasaron mas días, seguí con mi plan de llamar su atención de manera sutil, subiendo historias que solo el podía ver. Unas sencillas donde dejaba ver mis actividades diarias y otras donde mi sensualidad se asomaba y jugaba un papel crucial en la fotografía.
Al cabo de unos días volvió a enviarme mensajes, yo decidida no respondí. Eran cortos, los de siempre -que haces? a las 3,4 o 5 am.
Después de varios mensajes respondí, sin embargo él no respondió, supongo se quedó dormido, había días que hablábamos de cualquier cosa, no quedábamos en vernos, eran solo breves pláticas que se quedaban en el historial.
En marzo yo tenía un viaje por trabajo, así que me atreví y le dije:Ven conmigo a sevilla, tengo un viaje de 4 días programado para el próximo viernes (era sábado), voy sola.
El -A que vas?
Yo- Por trabajo, pero la verdad es que es solo un día el que trabajaré, el resto son vacaciones.
El- Estaría cool, dejame lo reviso y te digo mañana
Al día siguiente me envió un mensaje.
-Hey!, se me complica ir, hace apenas 1 semana regresé de playa y la prox. semana vuelvo a ir, pero muchas gracias por la invitación, me hubiera gustado ir.
Yo solo le respondí- Si me imaginé que no irías, te das cuenta que es bien raro que coincidamos?
A decir verdad no me sorprendió esa respuesta, ya imaginaba que no iría conmigo, después de todo, lo nuestro había sucedido ya hacía meses atrás y tal vez el sólo quería tenerme ahí pero el no quería estar ahí.
Una noche antes de irme a mi viaje, me envió otro mensaje, el mismo de siempre- que haces? , yo no respondí, ni siquiera vi el mensaje si no hasta la mañana siguiente en el aeropuerto. No respondí.
Estuve 4 días fuera, disfrutando de mi viaje, conocí gente, aprendí mucho de ese viaje,me sentí libre y animada, aproveché para subir miles de historias, todas las veía atento de una a una.
Volví un lunes a casa, con una sonrisa y mi maleta repleta de trabajo.
El siguiente domingo como de costumbre salí a caminar con mi perro, pasé caminando y sin voltear por su casa, unas calles mas adelante se encontraba aquel parque donde varias veces nos habíamos topado. Me senté sobre el césped y mi perro por un lado. Tranquilos bajo la sombra de los árboles nos encontrábamos Rufo y yo. Unos minutos mas tarde veo que Rufo se pone en alerta, voltee mi mirada hacia la entrada del parque, ahí estaba él, resplandeciente con su blanca sonrisa diabólica, me voltee hacia otro lado como si no lo hubiese visto. Derrepente escuche un – ajjammm! …. me causó mucha gracias, sonreí y lo salude agitando mi mano, el se acercó y me pregunta- muerde tu perro? – como siempre me puse nerviosa, ese chico me ponía nerviosa cada vez que lo veía, hacía retumbar mi corazón y que mis palabras se revolvieran al querer hablar en persona.
Tontamente le dije no, el se acercó mas con sus perros y justo cuando me iba a plantar el beso en la mejilla para saludarme mi perro se puso histérico, nos vimos fijamente a los ojos decepcionados y me dijo- bueno, déjame voy a darles una vuelta y ahorita regreso- …. se alejó y me quedé unos minutos ahí sentada con mi perro, yo sabía que no volvería así que decidí retirarme antes de volver a decepcionarme.
Pasaron mas días, y nada…
Llegó la fecha de un festival de música, el más grande de la ciudad, yo anhelaba asistir a ese evento, puesto que estaría una de mis bandas favoritas y que me han acompañado a lo largo de esta historia, tenía que ir.
Conseguimos boletos mi amiga Alexa y yo, pero yo quería un poco mas de diversión y una buena excusa para ver a Miguel. Así que me decidí a pedirle que me vendiese uno de sus maravillosos porros, de los que hablaba todo el mundo.(porque claro, no lo he mencionado Miguel también era drug dealer)
Yo-Hey, véndeme un porro, no sé mucho de esto, casi no fumo, solo que no me de sueño, voy a un concierto y quiero fumar ahí.
El- Solo tengo indica pero esa te dará sueño
Yo- y para cuando te llega sativa? la quiero para dentro de 2 días
El- Ah, para mañana ya tengo
Yo- ok, mañana paso al cabo que no me tardo
El-haha, apenas te iba a decir que te quedaras un rato
Yo- Ok
Al día siguiente, ansiosa y con muchísimas ganas de verlo, postrada en mi cama 5min antes de la hora acordada de vernos, le escribí. Y no estaba de más , ya que otras veces me había quedado muy mal al decirme una cosa y cancelar a ultima hora, hacía un mal clima, estaba lloviendo y con frió, no quería arriesgarme a tocar su puerta y que no abriera.
Yo- ??
El- Heyyy, no tengo, no le llegó a mi proveedor
Yo-Ashh, Ya no te voy a decir nada, siempre me quedas mal y me dices que no a ultima hora
El- pues no tengo, a eso venias no?
Yo- pues si solo a eso iba
No vio el mensaje, me molesté y lamenté enseguida no haber ido sin preguntar, Dios porque no solo fui sin preguntar, tal vez habría pasado algo más y yo desperdiciando mi oportunidad, que molesta estaba, era un cínico al decirme pues a eso venias no?
Al día siguiente junto con mi amiga Alexa asistimos al evento. Alexa, una de las tres personas que sabía mi secreto, estaba conmigo en todo momento, fiel a sus deseos y de carácter firme con una personalidad imponente y un físico increíble, estaba ahí para escucharme, me defendía a capa y espada y me escuchaba siempre que lo necesitaba. Esa noche decidimos olvidarnos de los hombres y nos dedicamos a disfrutar de aquella mezcla de música y bailar hasta la madrugada. Subiendo fotos y vídeos exclusivos para Miguel quien uno a uno los observaba, me sentía deseada pero a la vez desperdiciada.
La noche siguiente asistimos mi novio unos amigos y yo a la boda de uno de ellos. Con un vestido negro brillante salí de mi casa segura de mi misma, incomoda hasta morir por aquellos tacones de infarto y la cintura ceñida, maquillada y peinada como una femme fatal. Sonriendo, le pregunté a mi chico- como me veo?-
Armando- Te maquillaron demasiado, y ese vestido no me gusta, porque no te pusiste el dorado?, y peinate, traes el cabello super alborotado.
Mi desconcierto inundó mi rostro y le dio paso a un gesto de desanimo, notas de tristeza y vergüenza. Llegamos a la boda y la gente comenzó a decirme lo bella que lucía, amigos, el padre del novio, la novia de mi amigo Alberto entre otros me halagaban con sus buenos comentarios.
Aveces una siente esa necesidad de sentirse atractiva, yo tenía ese sentimiento, mi chico de años, estaba dejando de verme como la bella mujer de sus sueños y ante sus ojos me convertía lentamente en su costumbre.
Pasaron más días interminables, en los que transcurrían las tardes pensando en Miguel, en mi arduo deseo de estar con él y mis historias sin fin narradas a través de maravillosas fotografías donde me esforzaba por verme lo mejor posible para él. Aquellos días se volvieron mas obscuros, mi chico perdió su trabajo, luego el siguiente y el siguiente, no tenia una estabilidad laboral, me trataba como si todo le diese igual, solo quería beber y estar de fiesta, no le importaba lo cansada que yo me sentía de esa fracasada rutina y de mis largos días frente a la computadora.
Llegó el mes de abril junto con una publicación en FB de Miguel, solicitando una diseñadora (si, en especifico una mujer, que casualidad) que pudiese hacerle un pedido especial para guardar su joyería. Vi su publicación pero no quise comentarla ni enviar mensajes, sin embargo recurrí a la ayuda de mi amiga Catia, quien lo tenia en FB aunque ni ella sabía porque lo había aceptado hacia un años si no lo conocía en absoluto.
Catia, instantáneamente me etiquetó en esa publicación, pero Miguel se hacía el desentendido y no me escribió. Sin embargo me tragué el orgullo y le escribí.
Yo- ??? (foto de la publicación )
Miguel-Me urgee tengo mucha joyeria terminada, tengo una muestra que te puede servir
Yo- ok, paso mas tarde, a las 6:00 estas?
Miguel- si!! aqui andaré para explicarte mas o menos como lo necesito.
A decir verdad yo esperaba más de esa reunión, hacía ya tiempo que no nos veíamos y tenía la esperanza de que sucediera algo entre nosotros.
Llegué a su casa y me recibió con una sonrisa y demasiada objetividad de su parte. Muy formal y algo serio me explicó brevemente lo que tenía en mente. No pasaron ni 10 minutos cuando terminamos la conversación y se dirigió a abrir la puerta , me dio un beso en la mejilla y agradeció mi visita. Yo atónita con una sonrisa algo forzada me despedí y caminé hacia mi casa.
Molesta muy molesta por su actitud indiferente hacia mi, llamé a mi amiga Catia, me sentía desvalorada, hecha a un lado, como si a el no le importase mi presencia.
-Ves que es un pendejo? -Me dijo Catia
Y tras una conversación de 15 minutos con ella me tranquilicé.
Comprendía, claro que yo estaba consciente de todas las estupideces que se sumaban día a día en su lista de desplantes hechos hacia mí, pero porqué lo permitía? porque seguía esperanzada a que cambiara?, a que volviera a desearme y estar con el?, porque me importaba tanto obtener lo que yo quería a expensas de rebajarme a ese nivel, a soportar tanto, a decir verdad nunca fue un sentimiento de amor puro ni mucho menos, realmente me pegó en en el orgullo, y lo único que yo quería era tenerlo de nuevo a mis pies y retirarme del juego, esa era mi venganza, mi maldad a medias.
Pasó una semana, en la que constantemente hablábamos con la excusa del pedido pendiente, se mostraba muy amable y amistoso, pero nunca cariñoso.
Llegó el día de la entrega, después de una semana yo tenía listo su pedido, una hermosa pieza hecha con dedicación y esfuerzo perfecta para poner su joyería dentro.
Quedé en pasar a su casa a dejar la pieza. Era un viernes por la noche, el suave olor a menta invadía mi espesa cabellera, con un ajustado body negro y una falda corta y volátil, me dirigí a su hogar.
Me sentía segura de mi misma, bella y sensual, estaba dispuesta a dar lo mejor de mí y segura de que esa noche no se podría resistir a mis encantos.
Llegué justo al mismo tiempo que él, Miguel venía de pasear con sus perros, con una camiseta sudada, en bermudas y chanclas, se volvió hacia mi sonriendo y observándome de pies a cabeza con la misma mirada de siempre. Me dio un fuerte abrazo pegando mi cuerpo al suyo seguido de un beso en la mejilla que casi rosaba mis labios.
Ni siquiera me invitó a pasar a su casa, todo sucedió en la cochera, donde se encontraba otro chico esperándolo para comprar golosinas.
Mi corazón palpitaba fuertemente, le entregué la pieza, la observó detenidamente y emocionado volvió a darme otro abrazo y un beso de nuevo en la mejilla. Este abrazo duró un poco más y susurrando a mi oído me dijo:- muchas gracias, «comadre»- Comadre?! De Amor, flaca y demás, pasé a ser su «comadre»?! eso sí que me molestó, sin embargo no hice notar mi desagrado.
Continuamos charlando de cualquier cosa, y me preguntó que haría esa noche mas tarde, yo le respondí con un- NADA, y tu?-
Miguel- Saldré con una clienta a mostrarle la joyería y tomarme unos tragos.
Solo asentí con la cabeza, sonreí y decidí marcharme. Con otro caluroso abrazo y de igual manera un beso cerca de la boca me despidió, agradeciendo mi trabajo. Yo sonreí con un de nada y me dispuse a caminar rápidamente por la acera de la calle. Mientras me retiraba a prisa, el chico que lo esperaba dijo- quien es ella?
Sin embargo no pude escuchar la respuesta.
Seguí caminando rumbo a casa de mi chico la cual de igual manera quedaba muy cerca. Estaba confundida, enfadada, triste, pasaban miles de pensamientos por mi cabeza, me preguntaba si aún le gustaba, porque me daba motivos para pensar que lo atraía y cuando nos veíamos su actitud me decía todo lo contrario?
Llegué, a casa de Armando y al verme lo primero que dijo fue – te ves hermosa!, de donde vienes? Yo solo cambié el tema y salimos al patio de su casa donde se encontraban algunos amigos nuestros. Platicamos y reímos durante varias horas, por un momento me olvidé de Miguel y agradecí tanto a la vida por tener a Armando ahí, no importaba lo mal que me hiciera sentir Miguel, Armando estaba ahí, esperándome con los brazos abiertos, con el podía ser yo tal cual, sin preocuparme por gustarle, por verme bien o no, el siempre se sentía atraído por mi, a pesar de algunas veces ser poco detallista el me amaba.
Unos días después justo una semana antes de semana santa, iba caminando rumbo a mi casa, voltee y ahí estaba el, despreocupado con sus perros. Me hice la despistada, pero unos pasos mas no aguanté y me devolví con la excusa de comprar algo en la tienda y sí, tenia que comprar algunas cosas ya que en unos minutos más vería a Armando en mi casa, para estar solos los dos.
Saludé a Miguel con una enorme sonrisa, igualmente me sonrió y con un fuerte abrazo y un beso en la mejilla me dijo -Hola-
Conversamos brevemente y aprovechó para preguntarme lo siguiente:
-Que harás en semana santa
Yo- Iremos a un pueblito cerca de aquí y tu?
Miguel- Voy a una ciudad a 6 horas de aquí, ahí tengo una casa, me pasaré toda la semana santa santa allá.
Yo- Que bien, y cuando te vas?
Miguel- Mañana.
Yo- Pues que te vaya muy bien
Nos quedamos en silencio un minuto…
Miguel- Bueno, ya me tengo que ir para hacer la maleta, nos vemos…
Se despidió con ese delicado beso casi en mi boca y un fuerte abrazo.
Sonreí, me di la media vuelta y comencé a caminar, después de dar algunos pasos me voltee y ahí seguía parado viéndome cuando me alejaba.
Pasaron varios días, sin saber nada de él, supuse que seguía de vacaciones. Mis padres habían salido de viaje durante las dos semanas de spring break, mi chico y yo aprovechamos esos días para pasarlos juntos en mi casa, nos la pasamos de maravilla, día a día el sol entraba por la ventana y resplandecían nuestros cálidos rostros. Volvíamos a ser uno solo.
La segunda semana Armando me llamó una tarde, yo me encontraba en la oficina, a mi no me daban vacaciones solo el viernes santo. De nuevo la mala noticia que retumbaba dentro de mi cabeza.
-Me despidieron del trabajo-
Sí, de nuevo, mi miedo volvía, la angustia, desesperación y enojo regresaban a mí. Me contuve y le dije: Todo va a estar bien.
En el fondo pensaba en dejarlo, pedirle un tiempo para digerir las cosas, y no tenía nada que ver con Miguel, simplemente quería un tiempo para mí, para poder estar tranquila, sentía que yo era el sustento, todo el peso caía sobre mi. Yo trabajaba mucho mas horas que él, yo ganaba mas dinero que él, yo me hacia responsable por mas cosas que él, ya estaba cansada.
Sin embargo, al ver su rostro cuando llegó a casa no pude hacerlo, Armando el amor de mi vida se desmoronaba ante mí, con sus ojos maple me miró fijamente y me dijo – gracias, eres la única persona en quien puedo confiar-
Mi corazón se estremeció, si supiera, me sentía como la peor del mundo, como pude hacerle eso, como pude serle infiel al hombre que mas amo en este mundo?!. Sin embargo no lo había hecho para dañarlo, en ningún momento tuve esa intención.
Pasaron dos días, llegó el viernes santo, yo tenía el día libre y planes de hacer un viaje corto con mi chico y mis amigos. Sin embargo no contábamos con que a ultima hora cancelara la mayoría de nuestro grupo, así que mi chico un amigo (Daniel) y yo nos fuimos a casa de Daniel, quien vivía cómodamente en una casa de cuatro pisos y una modesta piscina.
Pasamos un fin de semana increíble, viernes, sábado y domingo de fiesta, en la piscina, ahogando mis penas en alcohol, su recuerdo se mantenía en mi cabeza, en momentos tomaba fotos mías desbordando mi sensualidad, subía una tras una acompañadas de vídeos de lo que estaba haciendo. Quería hacerme notar, quería que Miguel viera lo bien que me la estaba pasando sin él.
Terminaron las pequeñas vacaciones, ya me había acostumbrado a despertar todas las mañanas con Armando, a recordar aquellos días interminables cuando vivíamos y cocinábamos juntos y hablábamos sin cesar.
Armando continuó buscando trabajo hasta que consiguió uno, no muy de su agrado sin embargo ya era ganancia que tuviese un ingreso. Seguí en lo mío, trabajo, casa, etc.
Pasó 1 semana y un día me decidí a desbloquear a miguel de msn,
en cuanto lo hice ví que me había escrito hacia dos días.
Hola, como estás, no me vas a creer pero ya no cabe la joyería en el bolso, te voy a pedir otro más.
Me alegre´un montón de leer esa noticia, eso significaba que lo volvería a ver y que ganaría un poco mas de dinero.
-Claro, para cuando lo necesitas?
-Para mañana! contesto Miguel
-Imposible, te la entregaría en 1 semana
-Esta bien, de una vez te voy a encargar 2.
-Perfecto!
Pasaron unos días, a diario hablábamos de cualquier cosa referente a los bolsos, era una excusa para mantenernos en contacto, sin embargo algo salio mal con los broches del primer bolso, no funcionaban y había que cambiarlos, eso retrazaba todo mi trabajo, en fin, le pedí me llevase el bolso para arreglarlo y entregarle todo junto sin embargo tardó varios dias en llevarlo.. Una noche me envió otro de sus mensajes sugerentes a las 5:00am
-Que haces?
No respondí hasta el día siguiente.
Estaba dormida flaco, y tu?
Obviamente no respondió a mi pregunta.
Mas tarde le pregunté, a que hora iría a dejar el bolso para reparar.
Rápidamente respondió :
-2:30PM
-Muy bien, aquí te veo…
Llegaron las 2:30 y nada, 2:36 y ninguna seña de que venía, tal vez se había olvidado.
-Hey, vas a venir?
-Que onda, si, voy para allá.
Yo estaba sola en casa, vestía un blusón camisero en color blanco y un short pequeño debajo, unas cangrejeras transparentes de tacón y un bralette blanco de encaje que se asomaba un poco por el escote. Mientras lo esperaba revisaba mi móvil y comía una deliciosa manzana.
No pasaron ni 5 minutos cuando:
-Llegué
Abrí la puerta de mi casa y ahí estaba, sonriente, mirándome de arriba abajo.
Yo sonreí, nos saludamos con un beso en la mejilla y un breve abrazo, me preguntó
-que comes?
-yo masticando le dije, manzana, y sonreí.
Pasé saliva, me dio el bolso y…
Tomé el bolso y rápidamente lo aventé al sillón de mi casa, le dije: -ven- tomé su delgada mano, lo estiré hacia mí, y lo llevé dentro de mi casa, nos miramos fijamente y comenzamos a besarnos.
Suavemente sentí sus mano recorrer mi pierna hasta llegar al bajo de mi short, subió la otra mano por debajo de la ropa, rozando el delicado encaje que llevaba puesto. Me sentía especial, única, deseada, sensual.
Entre susurros dijo:
-Me tengo que ir
-Estoy sola, quédate
Me seguía besando sin poder detenerse, de nuevo me repitió que tenía que irse:
-A donde vas?
-Tengo que entregar una joyería
-Después la entregas
Los besos no acababan, bajé mi mano y pude sentir que no tenia ganas de irse. Estaba tan emocionado que continué. Desabotoné mi blusón y el bajó su cabeza hacia mis pechos, eso se sentía realmente bien. Volvió su cabeza hacia la mía y me dijo:
-Me tengo que ir
Me besó y Salió casi corriendo, que por cierto la puerta estaba abierta, pudo haber pasado alguien y vernos, pero eso no me importó. Corrió a su coche, se cubría con las manos para que los vecinos “no, notasen lo erecto que estaba”, fue mas obvio al hacer eso.
Cerré la puerta y me recosté en el sillón.
Estaba contenta por lo sucedido pero decepcionada porque se había ido,
Tal parece que solo era cuando el quería. No me había tragado el cuento de que tenía que irse, a decir verdad era un mentiroso. Pero eso no me importaba en ese momento. Mientras saboreaba el recuerdo de sus labios sonó mi móvil, era Armando.
-Hola bebé, que haces? Ya voy andando hacia tu casa, ya estas lista?
-Si , ya estoy lista, aquí te espero.
Dios, no recordaba que había quedado con Armando para comer. Me cambié de ropa y en eso llegó. Unos minutos antes, se habría topado con aquella escena.
Pasaron los días y por fin terminé su pedido,
Le envié un mensaje a Miguel para avisar que podía pasar cuando quisiera por los bolsos.
-Muy bien, vas a estar hoy mas tarde?
-Lo siento Miguel no estaré, pero te los puedo dejar con mi madre
-Esta bien, yo paso por ellos, muchas gracias…
No llegó, mi madre estuvo todo el día en casa, sin embargo no llegó por ellos.
Al día siguiente le envié un mensaje:
-Hey, vas a venir?
-Hola, hoy no puedo pero mañana a que hora te vas al trabajo, yo estoy despierto desde las 6am.
-Me levanto a las 7:00am y me voy al 15 para las 8.
-OK, paso antes de que te vayas.
Llegó la mañana del sábado, no había mensajes suyos ni señales de que viniera, le envié un mensaje:
-Hey, vienes?
-Si, llego en 5.
Y si, llegó puntual en menos de 5min.
Mi corazón latía rápidamente, estaba nerviosa de verlo, yo aún en pijama abrí la puerta.
Con una sonrisa en su rostro me dio los buenos días, me plantó un beso en la mejilla y me dio un fuerte abrazo.
Se sentó en el sillón de mi sala y le mostré el trabajo que había realizado.
Impresionado me escuchó atentamente, me observaba detenidamente y con esa mirada encendida recorría mi cuerpo una y otra vez.
Bueno, ya me tengo que ir, muchas gracias por todo.
Me dio un fuerte abrazo y se marchó.
A decir verdad yo estaba confundida, puesto que hacía una semana nos habíamos dado tremendos besos, y ahora solo me observaba pero huía de mí. Supuse que ya no quería nada conmigo, claro, eso explicaba porqué había salido casi corriendo de mi casa el sábado anterior.
Yo estaba dispuesta a olvidarlo, era un chico muy diferente a los que había conocido, pero con una vida totalmente distinta a la mía, no podía seguir con esto, yo lo perseguía, yo esperaba cosas de él que nunca haría. Lo mejor para mi salud mental era olvidarme de él y seguir con mi vida, mis planes y sobre todo concentrarme en mí.
Estaba en un momento crucial en mi relación con Armando.
Constantemente venían a mi pensamiento dudas sobre él, no estaba segura de querer permanecer, y no era por mi atracción hacia Miguel, en absoluto, eso ya lo había dejado atrás.
Unas semanas mas tarde, uno de mis mejores amigos me regaló una entrada para un festival de música, yo estaba muy emocionada puesto que iba a ver a varias de mis bandas favoritas.
Aproveché el evento para pedirle a Miguel que me vendiera un porro, esta vez ya no tenía la intención de verlo de otra manera, solo quería un porro para pasarlo bien en el concierto y ya está. Le envié un mensaje pero como siempre, me dejó en visto.
Ya me lo esperaba, pues bueno no era novedad que este chico me ignorara, no me importó, yo estaba contenta por el festival, estaba mejor en mi relación con mi chico, tenía mucho trabajo, todo estaba yendo mejor.
Llegó el día del concierto, me hice un vestido para la ocasión, el festival era todo el día. Quedé para comer con mis amigos en casa de uno de ellos que quedaba muy cerca de mi trabajo, ahí me cambié y comimos juntos.
A lo largo del día subía fotos y videos, mi historia se encontraba atestada de mí, una a una Miguel las observaba. Estaba al pendiente de cada paso que daba. No voy a mentir, me halagaba que viera todo lo que yo estaba publicando, pero porque me ignoraba? Bueno eso quizás nunca lo sabré.
Terminó el concierto, por fin, después de 12 horas de música, mi cuerpo no daba para más, mis piernas estaban adoloridas, mi boca seca y mi estómago vacío, vaya mala organización, el agua se había terminado horas atrás, estábamos a 42 grados de temperatura, miles de personas y para colmo, los pocos stands de comida que quedaban abiertos eran carísimos. Pero bueno, a pesar de todo, había disfrutado al máximo ese día.
Al siguiente día domingo por la mañana, contenta porque íbamos a tener el día completo juntos Armando y yo, me levanté de mi cama, me puse mis shorts deportivos, una playera y salí a caminar con mi perro.
Sonriente, de cara lavada y con el cabello despeinado caminaba plácidamente, salí a una hora que sabía que era muy poco probable toparme a Miguel, esto para ya no verlo ni recordarlo.
Sin embargo el destino me lo puso enfrente.
-Hey, que onda! -Dijo Miguel
-Hola
-Como estás?
-Muy bien y tu?
-Bien bien
-Oye, ya ni me dijiste nada, solo me dejaste en visto
-Hay si, perdón!, hmmmm si quieres pasa mas tarde por eso
-No ya no, era para ayer
-Haha, neta? , perdón se me fue, hmm, que vas a hacer mas tarde?
-Coser, por?
-Para vernos, quieres venir?, me saldré un rato en la moto, pero regreso en la tarde, te llamo para vernos?
-Si, ok (Yo sabía que no llamaría)
-Perfecto, te llamo mas tarde entonces, buen día…
-Igual, nos vemos….
Esa fue nuestra breve conversación. Me dejó intrigada, yo pensaba que ya no quería verme, y de repente me dice que si nos vemos? O tal vez yo estaba confundiendo esa invitación con solo vernos para que me entregase el porro que le había pedido. Ya no quise adentrarme tanto a la situación y me dirigí a casa.
Cambié mis ropas, hice la cama y asee un poco mi habitación. Esperaba a que Armando llegase por mi para salir, ese día pintaba para ser un gran día, con una temperatura cálida y el sol reluciente entrando por mi ventana.
Sonó el timbre, era Armando, mi fiel amigo y amante, mi incondicional, a quien no estaba dispuesta a fallarle de nuevo. Lo recibí con un gran abrazo y un beso.
Salimos de mi casa y comenzamos a platicar, me comentó Armando sobre un concierto al cual quería asistir sin embargo no tenia suficiente dinero para ir, su amigo Ivan, le había comentado que el pagaría su boleto como regalo de cumpleaños, pero al final ya no pudo con el gasto y se lo dijo a Armando. Mi chico era un gran hombre, sin embargo tenía un enorme defecto, no le gustaba trabajar, quería que las cosas le cayeran del cielo, o mejor dicho nosotros le regalásemos esas cosas. Así que me dijo:
-Oye bebé, quiero ir al concierto pero no tengo dinero, es en noviembre
-Aún tienes tiempo, estamos a junio, tienes 5 meses para ahorrar, mira puedes comprar menos cerveza o vender algo, lo que sea, tu ropa en buen estado que ya no uses, etc. Y así sacarás para el boleto.
Cuando terminé de hablar, pude ver en su rostro esa expresión de molestia, enojado se dirigió a mi diciendo:
-Tu crees que no hago el esfuerzo? Que no publico cosas para vender? Pues lo contrario, todos los días anuncio cosas para vender pero ninguna se vende, yo no tengo la culpa!
-Armando, calmate, yo no dije eso, yo solo dije que si quieres podrías vender algo
-Si lo dijiste! Tu solo te la pasas acusándome! Y lo que tu compraste para vender!? Eh?, ya lo vendiste? No verdad, y solo me reprochas a mi!
Tristemente Armando no tenía razón, yo había comprado muchísimas cosas para vender, de las cuales solo me quedaban 3 por vender, sin embargo él, aun no podía vender la lámpara de videojuego, el tocadiscos y los relojes que compró para vender, que por cierto esos relojes los empezó a usar él.
En ese momento me entristecí mucho, me sentía muy mal, por el, por mí, por nosotros, sin embargo me armé de valor y me aguanté, no le respondí mas.
Llegamos a su casa, yo cansada me acosté en el sillón, mientras el calentaba la comida para almorzar.
Pasaron unos 10 minutos, me pareció raro que no me llamara, me asomé a la cocina y estaba el ahí sentado viendo vídeos en su móvil y comiendo solo.
-Porque no me dijiste que ya estaba la comida?
-Pues tu que te fuiste a un rincón!
-Armando, me fui a acostar porque estaba cansada, siempre lo hago, así vas a estar?!
De pronto Armando se pone de pie y avienta el plato de comida…
-Ya me tienes hasta la madre! Estoy harto de ti! De todos! En especial tu, siempre me quieres joder!
En eso, salió su madre corriendo del baño y gritó – que te pasa!? Armando, cálmate!
-Todos, todos me joden siempre!, yo estaba tranquilo sentado comiendo, y vienen y me hacen estos desplantes, ya me tienes harto!
En ese momento me sentí indefensa, Armando era un hombre alto, robusto, de aspecto de hombre malo (aunque no fuese así), nunca lo había visto tan enojado, por un momento pensé que nos soltaría un golpe a su madre o a mí. Siguió aventando algunas cosas más, pude ver en su mirada una desesperación inmensa, sus ojos enfurecidos estaban llenos de lágrimas, era como si ya tuviese mucho tiempo guardando toda esa ira que se reflejaba en su rostro.
Con los puños cerrados se sentó en su cama, respiró profundamente y prendió un cigarro.
En ese momento se me quitó el miedo, lo vi indefenso, cansado y enojada me dirigí hacia el.
-No quieres que te joda, ya estas harto de mi!? Pues entonces no te estorbaré ni te joderé mas….
Tomé mi bolso y Salí corriendo de su casa.
No podía contener mis lágrimas, ante aquella hermosa mañana y con el sol como testigo, caminé lo mas pronto que pude hacia mi casa. No había nadie en mi casa, se habían ido todos a un evento. Mi corazón palpitaba más fuerte que lo común, no podía respirar, sentía que se me iba a salir el corazón. Sonó el teléfono, era él, Armando me estaba llamando.
No respondí, bloquee su número en mi móvil y desconecté todos los teléfonos de mi casa. Quería estar sola, que nadie me molestara, quería pensar bien las cosas, analizar mi situación y replantearme el rumbo de mi vida en ese momento.
Mas tarde y más tranquila, estuve hablando con mi amigo Gerardo y mi amiga Anya, ambos coincidieron en que era considerable tomarme un tiempo alejada de Armando, y es que aquella explosión demostraba el recelo que guardaba de hace no se cuánto tiempo Armando.
Decidí tomarme unos días para pensar y tomar una decisión.
Armando seguía insistiendo por mensajes, y llamadas, sin embargo yo no respondía, no quería ceder ante tal manipulación.
El lunes por la noche tocaron la puerta, era Armando, yo estaba sola, así que abrí.
Con un enorme abrazo y un beso en la boca me dijo Armando lo siguiente:
-Bebé, te amo mucho, ya no quiero pelear, perdóname, pero tu eres quien me hace enojar, ya no me hagas enojar y no me pondré así, si?
Voltee a verlo y con lágrimas en mis ojos le dije:
-De verdad crees que esto fue mi culpa?, tenemos que hablar, esto ya no está funcionando, te enojas y haces una escena y me culpas por ello? Esto esta muy mal, en ningún momento quise herirte ni te ofendí, solo te hice el comentario que puedes hacer algo por ganar más dinero, yo me la paso trabajando día y noche para poder hacer los pagos de tu tarjeta y la mia y tu que haces? Quejarte de que no te gusta ningún trabajo y echarte a la cama a esperar a que las cosas cambien sin hacer ningún esfuerzo?
-Voy a fumar…
Salió de casa, lo esperé un momento dentro de la casa, pasaron unos minutos y salí, Armando ya se había ido.
Volví a mis actividades, triste y desconsolada, el no quería hablar, y me culpaba de todo. Si bien, yo sabía que en los últimos meses fui muy pesada con el porque le exigí mucho. A diario le repetía que se buscara otra manera de producir más dinero, yo quería, ansiaba poder vivir de nuevo junto con él, estar solos los dos, en nuestra casa, la cuál estábamos rentando para poder pagar la hipoteca. Sin embargo parecía que Armando no quería compromisos, a pesar de tener ya tantos años de estar juntos el no se preocupaba por el tiempo, solo vivía al día, era feliz con una cerveza y una carne asada. En ocasiones sentía que era incapaz de hacerlo tan feliz como un par de cervezas, que después de beberlas le dibujaban una sonrisa en el rostro.
Al día siguiente volvió a ir a mi casa, solo que por estar ante la máquina de coser no escuché la puerta y no abrí.
Pasó otro día más, uno de sus amigos, el responsable de habernos conocido (quién nos presentó), me envió un mensaje diciendo:
-Nadia, por favor recapacita, habla con él, esta muy triste, piensa que no le volverás a hablar, no dejes de lado la relación tan bonita que tienen.
Esas y otras palabras me hicieron sentir como si yo fuese la culpable de todo esto.
A los pocos minutos me decidí a desbloquear a Armando, me envió un largo muy largo mensaje, donde me reprochaba mi manera de pedir las cosas, donde me hacía la responsable de su desgracia, entre otras cosas, era como hablarle a un espejo, me estaba criticando sus errores y no se daba cuenta que estaba hablando de sí mismo.
Después de una larga pelea, nos dijimos nuestras inconformidades, y lo mucho que nos amábamos. No estaba segura si realmente quería regresar a él, había algo que no me gustaba del todo y era que no aceptara su culpa. Sentía que me estaba manipulando, pero mi sentimiento de culpabilidad no me dejó y volví a caer.
Esa noche por mensajes, nos dijimos cosas que jamás nos habíamos comentado, pude ver lo mucho que me amaba y lo mucho que le importaba el que yo estuviese por encima de él, se sentí inferior a mi, la razón, mas clara ni el agua. Armando era un hombre muy bueno, sin terminar una carrera y con un futuro incierto, gustaba de beber cerveza (mucha), asar carne y descansar, prefería quedarse en casa antes de salir a algún lado, tenía un carácter aparentemente fuerte, pero en el fondo era débil, se resistía a madurar en algunos aspectos, sin embargo era muy amoroso, tierno y fiel.
Mis dos condiciones al volver, fueron la de que me reconquistara y que me tratara bien, no gritos ni desplantes.
El las aceptó, sus condiciones? Fueron miles y yo acepté el trato.
Continuamos esa semana y la siguiente muy bien, no estaba del todo convencida pero aún así seguía creyendo en sus buenas intenciones, y porque no, si al final de cuentas era una de las personas en mi vida que mejor me conocía y a quien más he amado.
Pasaron unas dos semanas desde mi problema con Armando.
Era un lunes en la noche, cansada y en bata, estaba dispuesta a dormir largo y tendido. Me dirigí a mi cuarto y me acosté.
Vi la pantalla del móvil y ahí estaba de nuevo, ese mensaje a las 9:48 pm
– ¿Que haces?
Me armé de valor y respondí:
-Me estaba bañando y tu?
-En casa de un amigo, nos vemos o que?
-Seguro?
-Si, paso por ti?
Yo-hmmm
Miguel-hmmm
Yo-Haha ok
Miguel-Ok, paso por ti en 30
Yo-Va
Miguel-Escribeme por watts
Yo-Pasame tu número
Miguel-9876543423
Yo-OK
Watts….
Yo-Hello
Miguel- Q onda, salgo en 20min
Yo-ok, a donde vamos?
Miguel- A mi casa
Yo- ok
Miguel- Viene un amigo
Yo- Noo, porque?, que tal que me conoce?
Miguel- haha claro que no, nada que ver, tiene 40 años, trabaja para una agencia de motos.
Yo- hmmm, ok, pero dile que me llamo no sé, Claudia, haha invéntale otro nombre.
Miguel- haha ok (compartiendo ubicación)
Miguel- Ya voy en camino
Yo- ok no tardes
Miguel- ya estoy afuera
Ya no estaba nerviosa de verlo, me preocupaba mas la idea de que el chico que lo acompañaba fuera conocido y supiera toda la verdad.
Me asomé por la ventana y ahí estaba, en su pequeño auto, con la mirada perdida y un poco ansioso.
Me aproximé y subí rápidamente al coche,sonriente arrancó de prisa y me presentó a su acompañante:
Miguel- Andrés, te presento a Nadia
Mucho gusto, dijo Andrés, con la voz entre cortada por tanto que había bebido.
Llegamos a su casa y subimos aquellas interminables escaleras. Ya no recordaba bien ese lugar. Esa banqueta en la que la ultima vez que había estado ahí me había visto desnuda, la mesa donde había puesto las llaves y el suelo donde había dejado mis pantuflas el día que Sali corriendo de ahí. Comenzaba a recordar aquellos momentos.
Nos sentamos los tres en la banqueta y comenzamos una extensa plática.
Al cabo de unas horas Miguel se levantó y fue por un pase, mejor dicho por tres pases de cocaína.
Yo solo lo miraba triste, porque necesitaba colocarse para sentirse mejor?
Tal vez nunca vaya a entenderlo puesto que no consumo drogas, por lo menos no esa clase de drogas, solo poco alcohol y en muy pocas ocasiones marihuana.
A decir verdad su amigo Andrés me parecía un hombre muy simpático, de 40 años de edad, concienzudo, soltero, delgado y con un largo camino recorrido. Su trabajo era el de vender motos, y por lo que comentó era muy bueno haciéndolo.
Con una enorme sonrisa Miguel escuchaba atento la plática y me observaba, de repente se puso de pie y comenzó a bailar, extendió su mano hacia mí y comenzamos a bailar una canción muy movida que yo no conocía. Entre risas comenzamos a besarnos, me olvidé de que estaba ahí Andrés y volví en sí cuando terminó la pieza.
-Pense que ya no querías salir conmigo Miguel
-Porque?
-La vez que nos besamos en mi casa saliste corriendo
-Me tenía que ir
-Y ya no me hablaste, que querías que pensara?
Solo sonrió y besó mi frente.
Nos sentamos de nuevo en la banqueta, Miguel me acercó a el y con sus largas piernas y delgados brazos me cobijó, se sentía tan bien ser apachada mientras conversábamos sobre la vida, viajes, nuestros deseos, metas y ambiciones. Una plática muy profunda e interesante. Pude ver el otro lado de Miguel, un lado tierno, bien cimentado y maduro. Me mostró que tiene sentimientos y se preocupa por los demás, da sin pedir a cambio, pero entonces porque se había portado así conmigo?
– Si, te ha ignorado muchas veces verdad? -Dijo Andrés- No te lo tomes personal, así es Miguel con todo el mundo, un día te dice una cosa y al siguiente ya no lo recuerda.
Bueno, ya estaba medio resuelta mi duda.
Seguimos conversando, y aprovechábamos cada que Andrés se alejaba para ir al baño o por una cerveza para darnos suaves y delicados besos.
Tienes una personalidad muy interesante, eres muy autentica – Dijo Andrés
-Gracias (sonreí)
Si tuvieras la oportunidad de hacer algo que quieres ahora mismo que cosa sería?
Yo- Miles de cosas, empezando por viajar a Liechtenstein y volar sobre sus montañas en parapente
Miguel- Yo le pagaría un viaje a Europa a mi madre, lo cual acabo de hacer, hoy le di el dinero para que viajen ella y mi abuela.
En ese momento me di cuenta de que tiene corazón, es un hombre admirable en cuanto a su destreza y habilidad para hacer negocios, sabe lo que hace y que corre un gran riesgo, sin embargo hay un trasfondo en todo esto, lo hace principalmente por su madre, a quien ama incondicionalmente.
No pude evitar hacer la comparación inmediata con Armando, quién ama a su madre, sin embargo no tiene tan buen trato hacia ella ya que en muchas ocasiones le hablaba de mala gana y con un tono alto, además de que estoy segura sería muy poco probable que le hiciera un regalo como ese a su madre.
Seguimos nuestra plática, yo miraba el reloj cada que recordaba que no podía quedarme hasta el amanecer.
Miguel sacó uno de los bolsos que le hice, lleno de hermosas piezas labradas con sus propias manos. De todos tamaños y colores, brillaban bajo la luz de la luna.
Miguel sacó un anillo y me lo puso, (debo confesar que no era de mi gusto, sin embargo deseaba que me regalase una de esas hermosas piezas), vió que mi anular era algo grande para la pieza, la cual quedaba un poco justa, intentó quitármelo pero no pudo y yo me lo saqué. En eso su amigo nos interrumpió y dijo, a mi madre le encantaría esta pieza y me la mostró, luego comenzamos a hablar de su madre, guardamos los anillos y ahí se quedaron mis deseos de tener uno de ellos.
Es curioso y a la vez me da algo de risa, no soy una interesada pero sé que merezco una de esas piezas por haber aguantado tantos desplantes, me parece algo cutre el hecho de que no me haya regalado nada.
Algo que me agradó fue el hecho de que mencionara en varias ocasiones que yo hice esos bolsos y lo contento que estaba con los resultados, igualmente era una forma de mostrar su admiración hacia mí.
Otra cosa que me gustó, fue el hecho de que me invitara a irme de viaje con él, no sé si sería la droga o en realidad estaba disfrutando de mi compañía. Acepté su invitación, sin embargo como siempre, con él todo queda al aire.
Continuamos la plática, Andrés por su experiencia podía notar en mi rostro los momentos por los que estaba pasando.
-Todo esto que te voy a decir no me lo tomes a mal, simplemente son consejos porque he pasado por lo mismo que tu estás pasando en tu relación y quiero compartirlos contigo-
Si hay algo que no soportas de esa persona y no lo cambió en los primeros 2 años, nunca lo cambiará, así somos, seguimos patrones de comportamiento, tenemos hábitos, haz el tuyo, deja de hablarle durante 21 días y verás que lo olvidas. Tu eres un alma libre, es hora de que emprendas tu vuelo, no necesitas a nadie para realizar tus sueños, ya no eres una niña y se te está agotando el tiempo, estás en la mejor etapa de tu vida, vívela.
Cuanta razón tenía, me llevaba 10 años, por experiencia sabía lo que decía.
Después de eso vi la hora, madre mía 5:00 am!
Ya tenía que irme!
Después de tantas insistencias para quedarme por parte de los dos, tuve que decir adiós.
Me despedí de Andrés con un fuerte abrazo,
-Nos vemos Andrés, fue un gusto conocerte y platicar contigo, muchas gracias por tus consejos, los tomaré en cuenta.
-El gusto es mío, tengo que decir que les agradezco mucho por la velada de hoy, fue muy bueno conocerte, vas a ver que te va a ir muy bien, eres una gran mujer, tienes una personalidad muy autentica e interesante.
-Muchas gracias Andrés.
Bajamos las enormes escaleras sigilosamente, muy caballeroso Miguel abrió la puerta de su coche para que me subiera, subió al auto y arrancó.
Iba manejando a vuelta de rueda, en verdad no quería que me fuera, y me dijo:
-Porque no te quedas? Ya se va a dormir Andrés, nos podemos regresar y estar tu y yo, y mañana paso a dejarte o faltas al trabajo y nos quedamos todo el día.
-No es tan fácil Miguel, tengo una responsabilidad, me encantaría quedarme, apenas un sábado para el domingo no trabajar.
Finalmente llegamos a mi casa.
-Déjame en el parque, no vaya a estar despierto alguien.
-OK
Detuvo el coche y se acercó a mi, enseguida comenzamos a besarnos, yo tampoco quería que terminara ese beso, tan dulce, apasionado, con sabor a cocaína y engaño.
No me lo podía creer, que de nuevo estábamos juntos, me encantaba ese chico, no se que tenía que me volvía loca. Jamás me había gustado tanto un hombre con sus características, era todo lo opuesto a lo que siempre quise.
Comenzó a acariciar mi pierna, subiendo delicadamente su mano hacia mis pechos, le detuve la mano y desabroché el jumper que traía puesto y dije:
-Tengo algo para ti
Atento y mojándose los labios observó fijamente como subía mi blusa y le mostraba el precioso y sensual bralette rojo que traía puesto, no aguantó mas y comenzó a besarme y acariciar todo mi cuerpo.
-Nos pasamos para atrás?
-Si- Desesperado y obediente respondió Miguel.
Lo tenía comiendo de mi mano, estaba tan excitado, desbordaba deseo hacia mí, enseguida perdimos el control. El subió mi falda y bajó su pantalón de pijama. Era verdaderamente un auto pequeño y sus piernas largas no cabían del todo en el asiento trasero, yo de 1.60m cabía perfectamente, así que aproveché mi estatura para desenvolverme muy bien en aquel lugar.
-Me encantas, Quédate conmigo amor – Decía Miguel una y otra vez
Me excitas mucho, me encantas…. Era su voz en mi oído, mientras me besaba y tocaba todo mi ser.
-A mi también me encantas Miguel.
Nos arriesgamos mucho a que alguien pasara y nos viera, eran casi las 6:00am ya mucha gente estaba despierta, y nosotros en pleno apogeo. Era una lástima no poder contar con su ayuda del todo, ya que se había colocado y eso impedía un óptimo desempeño, sin embargo hicimos el intento.
Justo cuando estaba totalmente listo, pasó una patrulla policial!
Dios! Si nos ven?!
Rápidamente me hice a un lado, acomodé mi falda y Miguel salió del coche, con los pantalones abajo,fue muy cómico vi su trasero por la ventana…
-Miguel- Susurré, súbete los pantalones!
-Ahahah ah sii
Pronto se aproximó a subirlos. De todos modos la patrulla se fue sin vernos.
-Me tengo que ir
-Si lo sé- Susurró Miguel
Salí del coche y lo abracé, con sus manos en mis caderas, me dió tremendo beso que aún lo siento en mis labios.
-Vamos a andar, si?, anda conmigo, seamos novios
-No sé Miguel
-Porque no? Nadie lo va a saber, solo tu y yo
-Seguro?
-Si, seguro
-Ok…
-Entonces ya andamos?
-Si
-Te llamo mañana
-Seguro me llamarás?
-Si, te quiero ver mañana
-Ok….
Le dí otro beso y salí corriendo hacia la puerta de mi casa.
Ví que el vecino estaba encendiendo su coche para irse a trabajar, espero no me haya visto, ya que son algo entrometidos los de mi calle.
Contenta y muy cansada me di una ducha y dormí una hora. Me desperté a jalones y a tirones y me dirigí a la oficina.
Estuve todo el día pensando en lo sucedido, realmente quiere algo conmigo?
La noche anterior se la había pasado diciendo que si no me llamaba era porque tenía novio, pero si eso no le importaba entonces que mas era?
Llegué a la conclusión de que este chico es bueno sin embargo tanta droga le hace mal y se confunde, no quise ahondar en el tema, mucho menos ilusionarme, ya bastantes habían sido esos 9 meses de incertidumbre.
Así continué los siguientes tres días, sin preocuparme porque me llamaría, sabía que volvería solo era cuestión de tiempo, y si no lo hacía yo ya estaba conforme con aquella noche, estaba feliz con el tiempo que pasamos juntos.
Pasaron tres semanas, en las que estuve lidiando con mil cosas, el problema con mi chico que ya había pasado, sin embargo la duda seguía en mi cabeza, la pregunta de hacia donde iba mi vida, tanto profesional como amorosa, como podía hacer para conseguir ganar más dinero, vivía una situación muy estresante, una de las causas, el hecho de tener treinta y vivir con mis padres, a quiénes yo quería darles todo pero estaba hasta el cuello de deudas gracias a los gastos innecesarios míos y de Armando.
Un viernes por la noche, no había salido, estaba cansada y muy fastidiada. Me teñí el cabello y me dispuse a dormir. Entre la noche como de costumbre me desperté, sin sueño y fui por un vaso de agua, mi hermana y mi sobrino se quedaron esa noche con nosotros.
Cuando ellos dormían en casa de mis padres mi habitación que tenía una cama King size se la dejaba a mis padres y yo dormía en la de ellos junto con mi hermana y mi sobrino en una cama pequeña que estaba al lado de la cama de mis padres.
Regresé a mi cama y vi que tenía un mensaje.
Era de nuevo Miguel.
Que haces? Paso por ti?
Sin pensarlo le respondí,
-Que onda, estaba dormida
-Hey, paso por ti?, aquí esta mi vecino y un amigo suyo
-Si voy, pero nadamas tu y yo, dile a tu vecino que ya te vas a dormir.
-Me envió un video suyo, con la voz de fondo de un chico hablando en inglés.
-Quieres ver mi pijama?
-A ver
-(Le envié una foto mía donde solo llevaba una camiseta puesta.
-Ya voy
-Sí, me voy a cambiar
Rápida y sigilosa salí de la habitación. Estaba en pijamas! Y no era la camiseta sexy de la foto, era una bata de mi madre!
Corrí descalza a buscar mis tenis, los había dejado en la habitación donde dormían mis padres, junto con toda mi ropa. Fui al patio y en el tendedero había unos leggins míos y una blusa de tirantes. No encontraba un brassiere ni una bragas, las que traía eran cómodas nada sexys.
-Ya estoy afuera
Dios mio! Había llegado y yo medio vestida, con el cabello alborotado, cara lavada, sin calcetines, tomé los tenis de mi madre.
Mis llaves!
Estaban en mi bolso en la habitación!
Busqué en el bolso de mi madre y tomé las suyas.
Salí corriendo descalza y con los tenis en la mano.
Me subí de golpe a su coche, con una sonrisa nos saludamos y arrancó.
Comenzamos a platicar y fuimos a comprar cerveza clandestina que vendían en una casa cerca de ahí.
Llegamos a su casa y nos sentamos de nuevo en esa banqueta que había sido testigo de tanto.
Platicamos largo y tendido, de verdad que disfrutaba mucho su compañía, era un hombre muy educado, que había estudiado mucho, teníamos mucho en común y muchas diferencias, me fascinaba todo de él.
Acostados en dos hamacas que colgaban del techo, se puso de pie y con su mano en mi cintura, me susurró al oído:
-Vamos a dormir
Entramos en su habitación, puso una serie en la TV, y nos recostamos en su pequeña cama,se estaba quedando dormido:
-Hey, ya te vas a dormir?
Se acercó a mi, me miró a los ojos y comenzó a besarme.
Bajó su mano y comenzó a tocar mi cuerpo. Yo estaba exitada, me hacía sentir algo muy diferente a Armando, me encantaba ese hombre, tenía algo a lo que no podía resistirme.
Fue más y mas intenso, hasta que comenzamos a hacerlo, yo estaba a punto de terminar, sin embargo me costaba trabajo y no sabía porque.
Culminó y rápidamente se dirigió al baño.
Acostada me quedé desilusionada, confundida y molesta, no le había importado que no había terminado.
Volvió a la cama, me dio un beso y se quedó dormido. Enseguida ya roncaba.
Me quedé dormida y mi primer alarma sonó, ya eran las 5:30 am, en una hora tenía que estar de vuelta en mi casa y arreglarme para ir a trabajar, cuanto odiaba trabajar los sábados.
Sonó la segunda alarma a las 6:00 am, me levanté de la cama y comencé a vestirme.
-Ya me voy
-Con cuidado flaca, me avisas cuando hayas llegado a tu casa
Le dí un beso que respondió desesperadamente, comencé a bajar, y recorrí su pecho y abdomen con mis labios. Le gustaba lo que estaba haciendo, estaba tan emocionado que de un movimiento me llevó hacia él y lo hicimos de nuevo.
Estábamos locos el uno por el otro.
No pasaron ni 15 minutos cuando terminó. De nuevo me quedé sin culminar, algo faltaba.
Ya era tarde, tenía que irme.
Comencé a vestirme y me despedí de él.
Se levantó de su cama y me acompañó hasta la puerta.
Sonriente me dio un beso y me abrazó.
Ya estaba el sol resplandeciente cuando salí de aquella casa. Feliz aunque no satisfecha corrí a mi casa, al llegar estaban despiertos mis padres, eran ya las 7:00am.
Como si nada entré y le comenté a mi madre que había salido a correr. Como de normal hago ejercicio y salgo a caminar, ellos se lo creyeron.
Me quedé pensando todo el día en lo que había ocurrido.
Esa noche no estaba colocado, había bebido un poco, lo habíamos hecho, había terminado él, por fin, lo que yo quería.
Ahora sí podía olvidarme de él y seguir.
Sin embargo, las siguientes 5 semanas me la pasé recordando todo lo que había vivido con él, extrañándolo, esperando a que me llamara. Pasaba una y otra vez por su casa pero no lograba toparlo.
Pasaba mis días imaginando como sería verlo en distintas situaciones, soñaba con estar juntos, me la pasaba hablando de él con mis amigas (las únicas que sabían lo sucedido), pero nada, por mas que anhelaba que me llamase, no lo hacía. En ocasiones me llegaba el sentimiento de que el me pensaba, sentía que me también me echaba de menos, pero porque no me buscaba?
Un día me di cuenta de que había eliminado su FB, me entristecí un poco ya que día a día cada historia que subía lo miraba, y tal vez eso no signifique nada para un hombre, pero para mí era una cosa relevante, me sentía halagada que dedicara tiempo a observar aquellas fotos.
Pasaron más días y volvió a FB, nunca supe porqué lo eliminó, tal vez solo se fastidió no lo sé.
Volví a subir con gusto aquellas fotos, me esmeraba por verme bien, por subir cosas interesantes que realizaba, lugares que visitaba, etc. Todas, una a una las observaba.
Un día en que yo estaba fastidiada de mi misma, de tanto pensarle y de esta rara obsesión, salí a caminar con mi perro, necesitaba despejarme y dejar de pensar.
Salí a una hora en que jamás lo había visto en la calle, y me fui por otro lado para no verle.
Todo iba muy bien, me sentía mas tranquila, cuando justo dando vuelta a la calle ahí estaba,
Paseando a sus perros, lo ví y pensé en voz alta -chingadamadre!-
Le saqué la vuelta a sus perros y cargué a mi perro, el rápido le puso la correa a sus perros.
Miguel -Como estas?
-Muy bien y tu?
-Bien bien
-Que has hecho?
-Trabajar y Andar en la moto y tu?
-Igual, con mucho trabajo
-Oye, luego platicamos pero sin perros porque ya ves que están muy necios
-Si claro, nos vemos
Me agaché para poner en el piso a Max y me fui caminando.
Lo ví através de la pantalla de mi móvil, mirándome fijamente cuando me retiraba. Ya no me ponía nerviosa en absoluto, me saludó de manera educada pero sencilla, para mi estaba claro que no tenía más interés en mí.
Pasaron dos días más y salí de nuevo a caminar esta vez con mi madre y Max. Estábamos sentadas en una banca del parque cuando pasó Miguel en su moto, bajo la velocidad y me saludó agitando su mano, yo respondí de igual manera el saludo.
-Quien es? – Preguntó mi madre
-Un amigo
Ese día volví a casa y me dispuse a trabajar, tenía muchos pedidos por hacer, varios vestidos por entregar y me sentía muy cansada, sin embargo tenía que hacerlo todo.
Al día siguiente, un viernes, programé una sesión de fotos con mi amigo Yahir, quien era fotógrafo, contacté a una chica amiga de un amigo quien es joyera, mi amiga Clara fue la modelo y una estilista de una escuela de por aquí nos ayudó con el maquillaje y peinado.
Se llegó el sábado y estábamos todos listos para la sesión. La modelo se vestiría con mi ropa y todo lo demás con mi equipo, hicimos muy buen equipo, todos estábamos emocionados ya que era la primera vez que nos reuníamos para hacer un shooting. Éramos todos emprendedores, buscando la manera de hacernos notar y conseguir mas clientes a través de las redes sociales.
Mi amigo Yahir, montó su estudio fotográfico en su casa junto con su chico colocaron el ciclorama y las luces. Yo platicaba con la chica de la marca de joyería, quien era amiga de un amigo y yo tenía mis sospechas de que conocía a Miguel, sin embargo no se conocían.
Terminó la sesión y todos volvieron a casa, nos quedamos Yahir, Clara, Yadira (una amiga mia que después llegó) y yo. Cenamos juntos y volvimos a casa de Yahir solo el y yo, donde ya hacia una hora nos esperaban Jairo y Lila, amigos nuestros excompañeros de la universidad.
Ya estaba yo muy cansada y con principios de gripe, miré mi móvil y eran ya más de la 1:00am.
La luna gibosa resplandecía sobre el balcón, era realmente brillante. No recuerdo bien que fue lo que sucedió, que Jairo nos dijo:
-miren! Pidan un deseo!!
No voy a mentir, pedí hacerlo esa noche con Miguel.
Aún me hace gracia mi deseo, pudiendo haber pedido todo el dinero del mundo, vaya estupidez la mia.
Ya no podía más, tenía la nariz tapada, mi garganta seca y mucho sueño.
Me despedí de mis amigos y tomé el uber a mi casa.
Cuando iba de camino, se me ocurrió ver los mensajes de Miguel. Para esto, días antes yo le había bloqueado de Messenger y whattsap.
Lo desbloquee de msn y enseguida me di cuenta que me había escrito antes:
-Hola, como estas?, donde andas?, que haces?
En diferentes horarios de aquella noche.
Tenía duda sobre responder o dejarlo en visto, mi cabeza me decía que ya lo dejara de lado, pero mis sentidos anhelaban verle.
-Hey, voy para mi casa, por?
-Paso por ti?
-Si, ven, voy llegando,
-Llego en 20min, te quedas conmigo?
-Ok, no tardes porque si mis padres se dan cuenta que llegué no podré salir de nuevo.
-OK, ya voy!, voy en moto
Había llegado de casa de mi amigo, y traía puesto un jumper de falda en mezclilla y botines, mi ropa estaba en mi recámara, pero ahí dormían mis padres y mi hermana y mi sobrino dormían en la otra habitación. No podía hacer absolutamente nada de ruido, ya que mi coartada era decir que me había quedado en casa de Yahir.
Encontré en el lazo unos leggins y me los puse, tomé mi mochila y esperé silenciosa en la sala de mi casa. Me estaba quedando dormida cuando se iluminó la pantalla del móvil:
-Sal
Salí de puntitas de mi casa, Max se asomó por el pasillo y me miró con la cabeza ladeada, yo solo hice el gesto de shh y cerré la puerta. No había nadie afuera, volví a mirar el móvil cuando lo voy viendo dar vuelta por el parque en la moto y se detuvo justo frente a mi casa. Asustada me subí de un brinco a la moto, y le dije -vamos! – cuando de pronto se apagó la moto, la encendió en 1 segundo y arrancó a toda velocidad. Espero no me hayan visto los vecinos, que dirían si me vieran, sabiendo que tengo novio y para nada era el chico de la moto.
Mi mochila estaba a punto de caerse de mi brazo, no había alcanzado a acomodarla cuando arrancó. Logré acomodarla y rodee su delgado torso con mis brazos. Me excitaba mucho ese momento, a las 2:00am, rodando, con el viento en mi rostro y mi cabello volando, me sentía libre, feliz, con la adrenalina a tope.
Llegamos a una casa a comprar cerveza, nos bajamos de la moto y se quitó el casco. Serio se acercó a mi y me dio tremendo beso, me extrañaba.
Se dirigió a la puerta y pidió las cervezas.
Yo lo esperaba sentada en una pequeña banqueta cercana a él.
Puso las cervezas en la caja de la moto, tomó el casco
-Te quieres poner mi casco?
-Si
Me lo puso con delicadeza, abrochó la cinta y me dio un tierno y dulce beso, pude saborear su aliento a alcohol.
-Te voy a poner una canción en el casco
-ok
Cerró el casco y eligió la música en su móvil. (se hace la que no me conoce….) sonaba a un volumen intermedio dentro del casco.
-Esta moto, vale mucho dinero, es de las mejores, nunca te habías subido a una BMW cierto?
Es de lo mejor, tiene abs, y piezas de primera….
Yo emocionada escuchaba la música y lo que el decía.
-Agarrate, 150km/h en 5 segundos!
Sentía un tirón, que me jalaba hacia atrás mientras yo me aferraba a él, me encantaba abrazarlo con todas mis fuerzas, como si esa noche fuera eterna y voláramos juntos.
Llegamos a su casa en el tiempo que duró la canción, de pronto se puso otra música, era su lista de reproducción, una canción de sufrimiento por amor, me hizo gracia, nunca me hubiese imaginado que escuchase ese tipo de música.
Bajamos de su moto y me quitó el casco, otro beso y abrió la puerta de su casa.
Nos recibieron cálidamente sus perros
-Quien es eh?
Les preguntaba Miguel a sus perros quiénes contentos se paraban de manos en mis piernas y lamían mis manos.
Subimos las interminables escaleras hacia la terraza.
Nos sentamos en la banqueta y nos pusimos a platicar, horas y horas, de todo y de nada. Me la pasaba de maravilla cuando estaba con él, nos hacíamos reír mucho el uno al otro, era como si fuésemos algo desde siempre.
En ocasiones me daba besos que yo correspondía al primer impulso.
-Como es que comenzaste a vender? (pregunté)
-Por malas amistades, uno me llevó al otro
-Y no te da miedo de que te pueda pasar algo?
-No, la verdad no, estoy protegido, a mi no me pueden hacer nada
Me preocupaba que fueran a hacerle daño, era una época en la que continuamente limpiaban sin dejar rastro.
Comenzamos a besarnos desesperadamente, lo había extrañado tanto que quería comérmelo a besos. De pronto sentí mis piernas húmedas, se derramó la cerveza sobre mis leggins.
Fui corriendo al baño a lavarlos y me quedé en bragas. Unas CK negras con corte a la cintura, me quedaban un poco pequeñas y mis glúteos se asomaban por los lados.
Salí y me miró fijamente
-Porque te encueraste?
-Lavé mis leggins por eso tuve que quitármelos
-ahah
Me senté en la banqueta y al cabo de unos minutos el también se quitó el pantalón. Estábamos a medio vestir bajo la luz de la luna.
-Se me hace que ni te acuerdas de cómo nos conocimos (dije)
-Claro que lo recuerdo, fue en el cumpleaños de Patricio, estuvimos platicando de muchas cosas
-Pensé que no lo recordabas
-Como olvidarlo
-Esa noche ya me habías visto o cuando me acerqué apenas me viste y me echaste el ojo?
-Flaca, te había visto de mucho antes, yo ya te conocía
-Que?, donde me habías visto?
-Paseando a tus perros, aquí por mi casa, en fiestas, mis amigos que son también amigos tuyos me habían hablado de ti
-Y que te han dicho de mi?
-Más de lo que crees
-Puras cosas buenas verdad que si?
-Si, la verdad si, para ellos eres una buena amiga
-Si, soy como otro hombre para ellos
-Sí
Me sorprendía el hecho de que ya me había visto, entonces tal vez recordaba aquella vez que nos presentaron, pero no quise decirle. Me daba alegría saber que de hace tiempo el ya me observaba.
-Entonces si ya me habías visto en fiestas y así porque nunca me habías hablado?
-Pues porque tenías novio
-Pero en la fiesta de Patricio también tenía novio,
-HAHAHA pero no sé, te vi diferente, los vi muy distantes, no entiendo porque lo has elegido a el, digo son tus gustos pero…
-Si, muchos me dicen que soy muy bonita para él
-No es solo eso, tu haz hecho muchas cosas pero y él?
Era tan obvia mi situación con Armando que hasta Miguel sin conocernos (el día de la fiesta de Patricio) había notado nuestro distanciamiento.
Cambiamos de tema y seguimos hablando un rato más.
Entre plática, salió a tema su ex. Aún seguía enamorado de ella, a pesar que habían roto su relación hacía ya muchos años.
Me comentó que era una chica muy difícil, una super modelo de 1.80, de ojos marron y un cuerpo escultural, quién le había roto el corazón y a la que llevaba siempre en su piel tatuada.
-Sigues muy ligado a ella verdad? (le pregunte)
-Si
-Si, es difícil olvidar a la persona que te hizo sentir tanto…
-Vamos a un pueblo aquí cerca, vienen mis amigos con sus novias y esposas, di que sí.
-Hay no see, ya no te creo Miguel
-Vamos! Porque te estaría mintiendo?
-A ver que estabas diciendo? (mientras grababa un video con la invitación de Miguel)
-El viernes 8:00am, nos vamos de viaje, y si no vas no te vuelvo a hablar
Entre risas corté el video y tomé una foto de los dos abrazados y encandilados por el flash.
Miguel se puso de pie y me dio la mano
-Nos vamos a dormir?
-Si
Entramos en su habitación y puso una serie en la tv.
Me parecía muy aburrida:
-Que aburrido (dije y le dí la espalda)
Sentí sus brazos rodear mi cintura y su pelvis acercándose a mis caderas.
Estaba tan emocionado que lo pude sentir.
Olía mi cabello y acariciaba mi cuello por detrás, moviéndose una y otra vez, acercándose más y más.
Me dí la vuelta hacia él y comenzó a besarme lenta y profundamente. Bajé la mano y comencé a tocarlo, el hizo lo mismo
Me puse encima de él y comenzamos a hacerlo. Era tan mágico, tan sensual quitándose la camisa y dejando su torso desnudo cubierto de tatuajes.
Éramos uno solo.
Recorría mis labios con los suyos mientras me susurraba -me encantas, así mi amor-
No sé si eso se lo decía a todas las chicas con las que salía, pero en ese momento yo me sentía única y especial. Podía ver como disfrutaba estar conmigo, me deseaba, de eso no tenía duda. Había una fuerte química entre nosotros.
Terminamos y nos quedamos dormidos.
Entre ronquidos me despertaba entre la mañana a ver el reloj. Estaba un poco nerviosa porque Armando podía llamarme en cualquier momento.
Sonó la primer alarma y desperté a apagarla. Miguel dormía profundamente y me daba la espalda, eso era algo que me molestaba. Acostumbrada a que Armando me abrazara tiernamente después de hacerlo me preguntaba porqué Miguel no me abrazaba después de compartir tan especial momento. Después comprendí que con Armando hacía el amor y con Miguel solo tenía sexo.
De pronto no soporté los fuertes ronquidos de Miguel y desperté.
Ví mi móvil y había un mensaje -Ya estoy despierto- Armando!
Era Armando!, me paré de la cama y comencé a buscar mi ropa, Miguel despertó y me dijo – que buscas?-
-Mis leggins
En eso recordé que los había lavado y estaban tendidos en la terraza salí y estaba el sol resplandeciente, eran ya las 10:00am! No me quería ir, quería pasar todo el día con Miguel pero Armando me esperaba.
Miguel me observaba con los ojos entreabiertos mientras me vestía, me dio una leve nalgada y me dijo: que vas a hacer al rato?
-No sé, tengo varias cosas por hacer en mi casa
-Si quieres venir háblame, aquí estaré todo el día, podemos comer y ver pelis o hacer algo
-Si está bien, yo te aviso si puedo
Le dí un beso y me recosté en su tibio regazo.
Se sentía tan bien estar ahí, sus delgados brazos rodearme sentir su respiración en mi frente.
Le dí otro beso y me fui.
Salí a prisa de su casa y corrí hacia la mía.
En el camino estaba recordando todo lo sucedido, me sentía alegra, feliz, plena, tan mujer tan mía y tan suya.
Llegué a casa y ahí estaba mi madre,
-como te fue?
-bien muy bien
Comencé a limpiar mi habitación y a separar mi ropa sucia para meterla a lavar
Contesté los mensajes de Armando y me di un baño.
Al cabo de dos horas ya estaba saliendo camino a casa de Armando.
Ese domingo me la pasé muy bien con Armando, sin embargo no teníamos momentos a solas, casi siempre había alguien, en este caso nuestros amigos quiénes vinieron a ver el juego que se transmitía por la tv.
Ya era lunes y recordé que Miguel me había invitado a ir de viaje en moto con él el siguiente finde.
-Hey, aun esta en pie lo del viaje en moto? (le pregunté)
-Hola, se cancelo, vamos a ir solo hombres
-Lo, suponía, me estás sordeando
-No, para nada, claro que no me estoy sordeando, la verdad si es mas cómodo ir solo en la moto.
-Hm. Ok pero me debes un viaje.
Claro, lo suponía, con el siempre era lo mismo, me decía una cosa cuando estábamos juntos pero era otra muy diferente cuando no nos veíamos. Me molesté un poco, sin embargo de todos modos no podría haber ido a ese viaje ya que en mi trabajo mi jefe era algo estricto en cuanto a faltas y permisos, así que ya no me preocupé y seguí con mi trabajo.
Pasaron los días y se llegó el viernes, el día en que se iba de viaje.
Planeaba escribirle a su regreso y quedar con él para verlo y estar juntos y para devolverle sus sandalias que muy amablemente me ofreció el día que nos vimos y me las llevé puestas a mi casa.
Pasó el fin de semana, estuvo genial, salí al cine con Armando, fuimos a cenar con amigos y todo muy bien. Comenzaba a verlo más como amigo que como mi novio, tantos años juntos y ahora sin estar casi a solas me convertía poco a poco en su amiga.
Aproveché un momento para revisar su wsap, vi que tenia una conversación con una chica, esta era nueva en su trabajo y subordinada de él, no era nada fea y mucho mas joven que yo. Pude ver que tenía mensajes con ella en momentos cuando había estado conmigo, a todas horas incluso a altas horas de la noche, los mensajes no decían nada comprometedor, sin embargo sentía una ligera atracción de ambos y cierto interés del uno al otro. Conversaba de todo y le escribía mucho, cosa que conmigo ya no hacía desde hace tiempo.
No sentía celos, no estaba sorprendida, no sentía nada. Solo quería ahondar más en ello para tener una excusa para dejarlo. Lo amaba tanto pero no quería seguir con él.
Había momentos en los que no quería despegarme de Armando, era el amor de mi vida, pero en ocasiones me sentía sola estando a su lado.
Pasó el lunes y llegó el martes, ese día quedé con una amiga para ir a comprar unas telas. Fuimos a comprarlas después del trabajo, cenamos algo rápido y regresé a casa a coser.
Mientras esperaba el bus me dio curiosidad y entre a ver el fb de Miguel. Oh sorpresa, miguel estaba en el hospital, tenía una pierna fracturada y un pie lastimado. Lo primero que pensé fue que se había caído de la moto al regresar. Menos mal que no fui, me dije a mis adentros.
-Miguel como estas?, supe lo de tu accidente
-Mejor gracias, hospital
-Avísame cuando salgas para ir a verte y darte tus sandalias.
-Si yo te aviso, muchas gracias.
Después me enteré que había sido algo muy tonto, sufrió una caída cuando iba caminando ya estando aquí. Vaya caída que tuvo que pasar por el quirófano, pobre, me daba mucha pena que le hubiese sucedido eso.
Después de una semana le escribí:
-Hola, como sigues? (22 sept 16:36)
-Hola, ya mejor gracias 😊 😊 😊 , que haces? (24 sept 1:42am)
-Me quedé dormida, y cuanto tiempo estarás en cama? (24 sept 11:18am)
-(Visto)
Ese hombre me fascinaba, pero al ver los comentarios y reacciones de sus amigos en fb ante la publicación de su accidente, vi comentarios de chicas jóvenes y voluptuosas, de esas que tienen atestadas sus redes sociales de fotos suyas en bañador o ropa interior, así que pensé: Dios, somos muchas, este chico tiene muchas mujeres, no quiero ser una más.
Pasaron más días, a diario subía una foto a mi historia para que Miguel la viese. Siempre al despertar las miraba, una tras otra.
Aún no puedo explicar esa sensación que con nadie mas he tenido. Sentía su presencia, en ocasione sentía su respiración en mi cabello, sabía que pensaba en mí. Sin embargo esto no podía seguir afectándome, era ya un hábito llamar su atención, despertarme por la madrugada y revisar mi móvil, no fuera a enviarme uno de sus mensajes provocadores, pasar por su casa por si lo veía, esto ya estaba yendo más allá.
El último domingo de septiembre, segura de que no lo vería, salí a caminar con mi perro, tranquila e imaginando que Miguel seguiría en cama por su reciente cirugía, observaba los árboles cubiertos de hojas verdes, quise sacarle la vuelta a su casa pero mi perro me jaló para esa calle, tampoco me resistí mucho, total, ni de chiste me lo encontraría si el estaba convaleciente.
Justo mi perro se detuvo a orinar la llanta del carro de Miguel, y voltee hacia su casa esperando que nadie nos viera, cuando de pronto salió Miguel de su casa, caminando y en perfectas condiciones. Intenté esconderme pero no había nada cercano que pudiera taparme y en eso Miguel volteó hacia mí. Me acerque lentamente hacia él y me plantó un beso en la mejilla, justo en ese instante iba pasando por ahí uno de los mejores amigos de Armando, pero como era de mañana e iba aún algo dormido solo agitó su mano en forma de saludo y siguió caminando.
Yo me quedé petrificada, esperaba no fuera a pensar otra cosa o ligarme con Miguel.
-Como estas? -Me preguntó Miguel
-Bien muy bien, yo creí que aún seguías en cama (con cara de asombro respondí)
-No, ya me siento muy bien, de hecho aun traigo los puntos pero ya estoy mejor
-Que bueno, y como fue la caída? (pregunté haciéndome la que no sabía)
-Hahaha, estuvo muy tonto, me caí caminando en la calle
-Así andabas, jajaja
-No, ese día no había tomado ni nada, estaba bien, pero no vi un pozo y caí en él.
-Vaya pozo, si que estaba grande
-Si… Pues bueno, ya me tengo que ir porque ya es tarde…
-Si, nos vemos
Yo seguía asombrada de las siete vidas que tenía Miguel, una caída que tuvo como consecuencia una cirugía mayor y a dos semanas del accidente el ya estaba subiéndose a la moto.
Llegó el martes y con él un mensaje:
-Hey, como estas? De casualidad estas en tu casa para pasar por mis sandalias? (1 de oct 10:54am)
-Hola, no, estoy en la oficina, llego hasta las 18:00 (1 oct 11:06am)
-Ok, ok! Buen día (1 de oct 11:30am)
-Haha, ya no recordaba que tenía tus sandalias (1 de oct 12:00pm)
-(VISTO)
Conversando con mi amiga Tina, le comenté sobre los mensajes de Miguel. Ella era mi mejor amiga, sabía todo, nos habíamos conocido cuando estudié de intercambio, una dulce e inteligente mujer que me escuchaba al otro lado del mundo.
Le causó gracia nuestra conversación sobre sus sandalia:
-Pero que cutre! (comentó Paula)
Ese día, (al día siguiente de sus mensajes) decidí no alargar mas esa situación, así que al dar las 8:15pm, salí de mi casa con sus sandalias en una bolsa de plástico y fui a su casa.
Primero pasé enfrente para asegurarme de que no estuviera Miguel ahí, toqué la puerta y enseguida encendieron la luz de la cochera, mi corazón palpitaba fuertemente.
Se abrió la puerta y era la empleada de limpieza:
-Si?
-Hola, buenas noches, le puedes dar esto a Miguel? (extendí mi mano y le dí la bolsa)
-Si
-Muchas gracias, hasta luego!
Salí huyendo de ahí y en el camino de vuelta a casa no paraba de sonreír, estaba feliz de haber tenido las agallas de ir a dejarle sus sandalias junto con mis sentimientos y dispuesta a cerrar ese ciclo.
Al día siguiente como de costumbre subí una foto, sensual de mi perfil en un plano medio y jugando con las sombras. enseguida vió. Esta tal vez no sería la última foto que subía para él, sin embargo marcaba el fin de una era. El fin de mi sufrimiento por él.
-muchas gracias por las sandalias.
– (VISTO)
No le guardaba rencor en absoluto, mis sentimientos habían cambiado, ya no lo veía como un área de oportunidad, ya no soñaba con esas escapadas, con los viajes que no hicimos, con los besos que no nos dimos, con todas aquellas veces que pudimos vernos y no lo hicimos, ni con aquella amatista que nunca me regaló.
Porque a pesar de tener una eternidad con un mismo, no nos conocemos.
Nos conocimos.
Pasaron apenas 2 semanas de la última vez que habíamos hablado, de cuando dejé en su casa las sandalias.
Yo estaba feliz, me sentía cómoda y sobre todo con mi conciencia un poco mas limpia, aunque creo que en toda mi vida jamás volverá a ser blanca (mi conciencia).
Una noche calurosa y tranquila regresó.
De nuevo ese mensaje: Hey que haces? Vente a mi casa.
En mi mente cruzaban palabras, sentimientos, y demás, en realidad valía la pena volver a verlo?
Y ahí estaba otra vez yo, en aquella azotea colorida y llena de vida.
Hablando de todo y de nada, riendo como locos a las 4:00 am.
Sucedió de nuevo, yo estaba feliz y angustiada al mismo tiempo.
Hasta cuando seguiría cayendo en sus redes?
Era esto algo que realmente valía la pena?
Como de costumbre al día siguiente volví a casa.
La siguiente semana me envió mensaje de nuevo y no lo ví sino hasta el dia siguiente.
Pero no respondí.
Por otra parte, mi relación con Armando no daba para más.
Un día de Octubre estábamos en casa de los padres de Armando viendo una movie, al terminar la película comencé a llorar y a reclamar a Armando, por su indiferencia, porque yo sentía que nos estábamos alejando y eso era doloroso para mí. Como una relacion de tantos años y tan fuerte, podía irse a la mierda en cuestión de meses.
Armando atento me escuchaba y llorando me dijo que no sabía que hacer, que simplemente le daba igual estar o no estar.
En ese momento salí corriendo de su casa y me dirigí a la mía.
Armando me llamó, envió mensajes pero fué en vano, no respondí en 2 días.
Tenemos que hablar bb, me dijo Armando.
Si tenemos que hablar respondí.
El detonante había sido Miguel,
A pesar de pasar mas tiempo con él, me daba cuenta que realmente a quien quería siempre conmigo era a Armando, y analizando todos aquellos desaires, gritos, engaños y mucho más, yo lo amaba, era una gran parte de mi, de mi vida, era la mitad de mi vida.
Hablamos y acordamos en no ser mas novios, el se dedicaría a reconquistarme y yo a él, pero sin tener ningún título.
Pasaron 3
Te conozco?
Después de 3 años de tener un «algo» con aquel delgado hombre, me plantee a mi misma si era lo suficientemente bueno para mí, no el como persona o hablando de sexo, me refería al contexto de los beneficios que yo obtenía al verlo.
Y esque en el último año (año 3)
Nos habíamos frecuentado aún más, nos veíamos una o dos veces por semana, en horarios nocturnos pero ya no tan de madrugada. Solía pasar a su casa al terminar mi jornada, hablábamos un rato y la pasábamos muy bien en compañía.
Una noche en la que mi sueño se vió interrumpido por tu ausencia. Me puse a recordar todas aquellas anécdotas que últimamente había querido contarte, añoraba todo lo que no le había dicho y memorizaba todo lo que le quería decir.
Habian pasado ya mas de tres meses de no verlo, en distintas ocasiones me había buscado, sin embargo no habíamos tenido la fortuna de concordar en tiempo y espacio.
Esa noche, esperando su llamado que nunca llegó, fue para mi un despertar, al cambio, a darme cuenta de que a pesar que hacía dos semanas me había llamado, esto era diferente, ya no volvería a verlo. Intuición o tal vez decisión por ambas partes. Y esque se encontraba mas cerca la culminación de mi compromiso, en poco tiempo dejaría de ser señorita para convertirme en una verdadera señora.
Sin embargo y para sorpresa mía, volvió a llamarme, esos mensajes de madrugada que me erizaban la piel, seguían.
Aun no entiendo porque no nos vimos esos días, había ocasiones en que yo me oponía pero seguía dispuesta a verlo, era como un no/si, pero al final el no llegaba o no respondía, típico de el.
-No estaba segura de hacer lo correcto, pero, a final de cuentas quien se casa estando cien por ciento seguro?
Me aterrorizaba esa idea pero a su vez era algo que había buscado durante casi la mitad de mi vida, formar una familia, mi propia familia.
Dos días antes de mi boda, llegó un mensaje a las 8:00pm,
-Hey, que haces?
-Yo: nada y tu?
-Viendo la pelea de box en casa de un amigo, que harás mas tarde?
-Aun no tengo planes
-Ando en la moto, paso por ti y te llevo a donde tu quieras
-Si, estaria muy cool, a que hora pasas?
-En cuanto se termine la pelea
-Ok
Normalmente una pelea de box no dura mucho, cierto?
Pasó una hora y nada, no quería hacerme ilusiones ni cambiarme de ropa o arreglarme, porque las veces anteriores en su mayoría me había dejado esperando, por no decir plantada, y quien me aseguraba que esta vez si llegaría como lo había prometido?
-Hey, vas a venir? ya termino la pelea?
-Mensaje de voz: que onda flaca, me surgió algo, tengo que ir a otra parte de la ciudad y de ahí me paso a tu casa, pero te llamo primero
-Ok, como cuanto te tardas? Porque mejor no vienes. por mi y te acompaño a esa vuelta?
-Visto
Pasó otra hora más, y nada, no me llamaba, no contesto siquiera el ultimo mensaje que le envié, le habría pasado algo? estaba bien?, la preocupación me invadía pero en un segundo esa preocupación se esfumo y llegó para quedarse la ira.
Me armé de valor y le llamé por teléfono.
Nada, solo sonaba pero el nunca respondió.
-Hey, vienes? te voy a ver hoy?
-Visto
me di por vencida después de tres horas y decepcionada me fui a dormir.
Antes de dormir como de costumbre vi mi teléfono, tenia un mensaje:
-Armando: bebe, te amo mucho, como estas?
-Yo, muy bien, me voy a dormir.
En fin, sin poder dormir y con el corazon medio roto, mis lagrimas rodaban por mi mejilla, recordando aquellas noches interminables, aquella adrenalina que desbordaba al esperarlo mirando por la ventana.
Al día siguiente nada, ni un mensaje de disculpas, nada, como de costumbre, el tipo no apareció, sabiendo que la había cagado.
Llegó el dia de la boda, un día soleado, cálido, lindo, muy nostálgico, las hojas rodaban en el gran jardín donde se llevaría a cabo aquella ceremonia.
Después de una serie de eventos no tan planeados, chistosos, vergonzosos y muy emotivos, nos declararon marido y mujer.
Fué un dia memorable, lleno de emociones, que siempre recordare con sentimiento, que cada que lo recuerdo lloro, por ser tan afortunada y tener a Armando a mi lado, quien me ama sin maquillaje, con esos kilos de más, quien me da su apoyo incondicional aunque no coincida con mis ideas, y que soy yo? una tonta que no deja de pensar en Miguel, una estupida que aun espera verlo? me convertí en la persona que nunca quise ser, una amante de lo carnal, una descerebrada que solo piensa en sexo con aquel tipo que tiene todo lo que nunca toleré, esa soy y lo acepto, pero no realmente, es decir, no soy esa mujer, aun despierto tratando de cambiar esa faceta mia, de ser mejor persona y sobre todo mejor esposa, de amar incondicionalmente a Armando y que toda esta historia por fin termine, en verdad es un esfuerzo gigantesco y que poco a poco estoy logrando.
Hay dias en que retrocedo un paso, pero otros días doy dos o hasta tres pasos. Lo comparo con un adicto que siente la necesidad de ingerir alguna droga, y que en ese momento se siente feliz al consumirla sin embargo el efecto pasa y se siente peor.
Pasaron tres semanas después de la boda, y una noche salí a casa de una chica llamada Susy.
La conozco desde la secundaria, incluso es una de las tres chicas que aparece al principio de esta historia. Susy, de tez clara, pecas en la cara y cabello rizado, es una pícara y coqueta chica, que desde sus inicios se dedicó a vivir y tener una larga lista de hombres en su regazo.
No se hasta ahora si alguna vez haya tenido algo que ver con Miguel, sin embargo esa duda y el sexto sentido de que algo hubo entre ellos, me llega a. la mente cada que la veo.
En fin, Susy es una estilista que trabaja en un salón y además en su casa hace trabajo extra. Esa noche le pedí a Susy que me cortara el cabello para cerrar ciclos (estupideces de las mujeres, que en ocasiones tienen mucho sentido). Platicamos, reímos y bebimos Susy y yo, como hace mucho no lo hacíamos, en eso se me ocurre tomar una selfie y poner un. poco a prueba mis sospechas.
Subí aquella selfie de las dos caras, y me fui a mi casa, donde se encontraban Armando y uno de sus amigos platicando y bebiendo cerveza.
Me uní a su conversación y mientras pasábamos un rato muy ameno, la pantalla de mi teléfono se encendió, era el, un mensaje de Miguel, después de semanas de no saber de él, de que el dia de mi boda subí historias de la misma incluso de mí vestida de novia y todas las había visto el.
Claro que sabia que ya estaba casada, supongo que esa noche lo quiso olvidar.
-GPI a las DOS
Que?!
Porque me dice GPI a las dos? que tiene que ver Susy con lo nuestro, acaso también es amiga suya del tipo de amiga del que yo fui????
cual es su relación, es decir, yo se que se conocen también de la secundaria porque ella anduvo con algunos de sus amigos, pero, cual es su punto????
Me amarré los calzones y lo dejé en visto…..
Después de esto, sigo subiendo historias, por costumbre, para torturarlo de cierta manera y mostrarle lo feliz que soy o. simplemente porque me sigue importando que las vea y que siempre está al pendiente de lo que hago.
Pero tengo que parar, cuando?
No lo sé
Una noche, no podía dormir y entre películas aburridas, me vinieron ciertos recuerdos a la mente, de cuando era una adolescente, de unos 12 años, y me di cuenta de que desde entonces Miguel ha estado presente en mi vida, tal vez lo haya mencionado anteriormente, pero antes de «conocerlo» aquella noche en esa fiesta, ya lo había visto numerosas veces, habíamos cruzado dos o tres palabras pero nunca a tal grado.
No sé, porque nunca le pregunté cuando fue la primera vez que me vió, no se si alguna día responda a mi pregunta, pero lo que siento, es que fui una presa mas, como si el fuese un cazador que me estuviera vigilando de tiempo atrás y encontró su oportunidad de adentrarse en mi vida, sigilosamente ocupó un gran lugar, que espero nadie lo vuelva a ocupar, porque ese lugar es el de un impostor, que te promete amor y te reta y cuando te tiene en sus manos te aplasta.
No lo sé, tal vez si logró sentir algo mas por mi, tal vez no, eso no lo sé.
Es dificil hacerse a la idea de que uno ya no vivirá ciertas experiencias.
Es difícil crecer…
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