Soy de pensamiento inquieto,
rabiosa,
sensible,
solitaria.
Me emociono con facilidad.
Quiero morirme tantas veces al día,
y las mismas veces vivir como si no fuese a morir nunca.
Llevo el grito en la mano.
Soy una hija abusada, de una madre abusada, y una abuela abusada.
¡No me pidan que me calme!
Vengo con la espuma en la boca
y sangre en los dientes,
con el corazón agitado
y los ojos tristes,
pero abiertos.
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