¡No Me llames princesa!

¡No Me llames princesa!

https://www.wattpad.com/myworks/112890395-no-me-llames-princesa-terminada-corrigiendo¿Es un problema que en una familia hayan tantos secretos? ¿Odio? ¿Amor? ¿Peleas? En la familia Miller eso es normal.

Descripción

Después de todo la vida no es tan buena como parece. Y las personas a veces simulan ser personas

Para estar a tu lado. Los secretos abundan en las familias, el odio en cada persona y el amor en otras. ¿En realidad la vida puede cambiar? y ¿Los secretos dejaran de ser un problema para las personas? ¿El odio dejara de existir? y ¿El amor comenzara a Abundar?

-Soy Bárbara Miller, con muchos secretos y personas al rededor mío, enemigos y rivales, ¿Quieres saber cómo termina esta historia?

Capítulo 1: No voy a llorar

Narrador

Bárbara Miller es una joven de dieciséis años de edad, es habitante de Alaska, tiene un padre y una madre bastante famosos y con mucho dinero, su vida a simple viste es perfecta; pues tiene un mejor amigo que la ama y un hermano a quien adora y molesta mucho.

Las cosas hasta el momento están bien, lástima que no perdure para siempre.

Y es así como comienza la historia y la mañana de esta joven millonaria.

(…)

– ¡No, déjame ir a mi último día de clases!, quiero ver por última vez a mi mejor amigo!– exclame. Nos iremos a un nuevo «mundo» y no quiero irme sin ver a mi mejor amigo.

– Oh cariño, pero, si a tu mejor amigo no le gusta el colegio, no te preocupes, hoy seguro ni asistirá– ¿Que no asistirá? ¡Tiene que hacerlo!, no es justo que no me deje ir hoy a clases, es muy raro que yo le insista pero es el último día en el instituto.

No me quiere dejar ir, solo porque quiere que le ayude con las cosas, pero que ni crea que me voy a quedar. ¡Es muy aburridor!

– Ay mama, por fa–alargue la “A”, sé que le convenceré fácil, siempre logro lo que me propongo.

– Esta bien Elizabeth, pero no hagas nada malo– alzo sus cejas y me señalo con el dedo índice de su mano derecha– Te lo advierto.

Rio y asiente entusiasmada.

– Esta bien Señora Holly–¡Ja! ¡Venganza! ella muy bien sabe que no me gusta que me llamen por mi segundo nombre, no me gusta el «Bárbara» mucho menos el «Elizabeth». ¡Asco!. Le lanzo una mirada burlona y salgo dando pequeños saltitos de la cocina.

Al estar ya en mi habitación, empecé a organizarme porque, – como de costumbre– siempre se me hacía tarde para ir al instituto, creo que hasta los profesores están ya acostumbrados a mi hermosa pero no perfecta puntualidad, pero qué más da, es mi último día, y este no iba a ser la excepción.

Abrí mi armario y tome lo primero que vi– un jean negro rasgado a cada lado, una blusa holgada que me hacía ver mi abdomen y mis converse blancas– me maquille e hice una coleta en mi cabello, tome mis libros, salí de allí, cerrando la puerta con fuerza tanta que hizo que asustara a mama, la cual se encontraba en la cocina, baje las escaleras con mucho cuidado, no pude tomar el desayuno y tampoco me despedí de beso.

– ¡Hasta pronto Holly! – siempre le digo su nombre, por qué no le gusta que le digan así y más que todo si soy su hija, pero que culpa si se llama así ¿no?, tome el servicio público, deseando que mi mejor amigo asistiera hoy al colegio.

– Ojala asistas Steven– dije en voz alta.

(…)

Al entrar por las puertas del colegio, me encontré con el director, el cual me miro y movió la cabeza de lado a lado, de mi parte le di una enorme sonrisa, bastante forzada.

– ¡Hey alunada!– la voz de mi mejor amigo se escuchó por los pasillos, una enorme sonrisa se hizo en mis labios al ver que si había asistido.

Me acerque caminado a paso rápido hasta donde estaba el–¡Jay!. –le abrace.

– Me entere que te vas, y no fue por tu propia boca señorita Miller, soy tu mejor amigo, ¿porque no me lo dijiste? – ¿No se lo dije? ¡No se lo dije! ¡Ups!.

– Ni siquiera lo sabía, apenas me entere ayer y mamá estuvo todo el tiempo comprando cosas en el centro comercial conmigo–hice puchero. Y en si estaba diciendo la verdad, mamá no me dio tiempo de reaccionar y ni de respirar ¡A veces es tan asfixiante!.

– Si es así…Esta bien– Beso mi frente– Te extrañare pequeña come helados.

– Y yo a ti, no me quiero ir.

– Tienes que hacerlo.-dijo mientras que sus enormes y bien trabajados brazos rodeaban mi cuerpo para abrazarme.

El abrazo fue tan fuerte que casi me deja sin aire, claro, como de no serlo si Jayden es el triple de grande y esponjoso que yo.

– Te amo alunada– sonrió triste.

Esto me dará muy fuerte, pues he estado con Jayden desde pequeña, él es un año mayor que yo, pero está en el mismo grado, ya que, debido a su intelectual cerebro que hizo que perdiera un año, eso ha hecho que seamos tan inseparables, en el instituto corren rumores acerca de nosotros dos, algunos son tipo: –Jayden Smith y Bárbara Miller son novios,–Bárbara controla a Jayden,–Jayden quiere a Bárbara solo por su dinero,–Ellos ya han tenido relaciones, esa última es la más patética,Jayden y yo solo somos amigos, no quiero que por culpa de un simple noviazgo termine nuestra hermosa amistad.

– No seas sentimental Steven. No quiero llorar–dije burlona.

Rio–¿Cuándo te vas?

– Hoy– acomode mi coleta y la lleve hacia tras.

– ¿Enserio?– pregunto sarcástico– Eso lo se tontita, me refiero a qué horas se irán.

Reí, nunca había sido tan tonta. Pero siempre me pongo así frente a él, la estupidez se pega señores. –miento–.

– Oh según mama hoy después del colegio – hice una mueca. – Es el último día de instituto para mí y uno inolvidable para ti. –Reí. Jayden abrió sus ojos de par en par y apretó sus labios.

– ¿Que harás ahora Elizabeth?

– No te lo diré– sonreí.

– Dilo– insistió como niña de cinco años.

– ¿Prometes estar conmigo? ¿Me ayudaras, verdad?– la cara que hizo, me hizo entender que no lo hará, bueno, no antes de obligarlo.

– Siempre estaré contigo Alunada.

Sonreí y asentí con la cabeza.

– Tengo planeado hacerle una broma al profesor de Aritmética– los ojos de Jayden se abrieron de par en par y negó con la cabeza.

– Nos meteremos en problemas– ¿Enserio? Jayden Steven Smith está diciendo eso ¡Imposible! ¡Me cambiaron a mi mejor amigo!

– ¿Y?– Arquee una ceja y pose una mano en mis caderas. – Solo es un viejito.

– Un viejito con mucho poder– recalco, rodee los ojos e hice una mueca. ¿Poder? Tiene más poder Obama que Albert.

– Él no tiene ningún poder, solo es un profesor, no pasara nada.

– No pienso hacerlo Elizabeth– ¡Joder! ¡Que se meta ese Elizabeth por donde no le da la luz!

– No me obligues a obligarte Steven.

Rio y negó con la cabeza.

– Soy masoquista.

– Como tú quieras.

¿Estaba coqueteando conmigo? No, no,no y no.

– Lo haré, pero si nos metemos en problemas…– suspiro.

– ¿Si nos metemos en problemas? ¿Qué?

– Nos expulsaran.

– No hay problema, así podrás venir conmigo.

Jayden se acercó a mí y comenzó a mirar mis labios. Esto es bastante raro, no lo hagas por favor.

– ¿Ya te lo he dicho?– pregunto en susurro. Arquee una ceja, estamos tan cerca que podría decir que estamos a punto de besarnos, pero no estoy interesada en eso.

– ¿Qué cosa?

– Tengo unas ganas inmensas de…– el timbre del instituto sonó en todos los pasillos ¡Bien! ¡Salvada por la campana Miller!

Me separe de inmediato de él y sonreí. –Es hora de ir a clases grandulón.

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