necesidad humana

Somos seres humanos, quizá sea cosa evolutiva y podamos refugiarnos en el hecho de que somos los únicos seres en este planeta y hasta donde sabemos en este sistema solar en el que habitamos, con cantidades exorbitantes de vocabularios desarrollados a través de símbolos con significados específicos, solo para comunicarnos entre nosotros, con una necesidad insaciable de expresar lo que sucede dentro de cada uno, seres ambiciosos a quienes no les basto con comunicarse a través de sonidos soplando silabas preparadas para disiparse en el aire minutos después de una maravillosa idea o pensamiento, queríamos dejar nuestra huella, empezamos por tallarla en piedra, pasando por dejarla impresa en papel por medio de la tinta, hasta llegar a verla digital en pantallas creadas por nosotros, es la manera que hemos encontrado para sobrevivir al tiempo, la muerte y la vida misma, esta huella es el idioma convertido en escritura, ideas o pensamientos que pasa por filtros complejos, la mente humana, sus análisis y sentimientos basados en experiencias personales e irrepetibles, hay quienes han logrado hacer tan bien este trabajo, que hoy por hoy y sin importar hace cuanto sus cuerpos hayan dejado de funcionar o cuanto haya pasado desde que sus manos dejaron de sangrar tinta sobre el papel, continúan en nuestras mentes, podemos conversar con aquellas personas maravillosas, podemos viajar a través del tiempo y lograr entender que sucedía por sus inquietas cabezas, entendemos lo que sentían y amelaban y nos paramos sobre los hombros de estos gigantes para continuar desarrollándonos y evolucionando, esto hace el idioma, no permite que esta raza desvergonzada y olvidadiza deje su pasado atrás, ni sus errores ni sus logros, permite que avancemos, que sintamos y aquí es donde entra lo que llamamos «humano» los sentimientos, la pasión por las cosas, desarrollamos ramas de este idioma convertido en letras como la poesía, para liberar aquellos sentimientos que cambian horas de sueño por insomnio, desesperaciones por cartas y terrores nocturnos por historias fantásticas inolvidables y de esto si tenemos en abundancia… el humano es un ser desbordante de sentimientos, el romance, el miedo, la rabia, el amor, son estas cosas con las que llenamos paginas enteras y hablar con las mentes del pasado sobre esto nos maravilla, nos acercamos a Walt Whitman que nos ruega por no vivir en un silencio aterrador y nos pide que aprovechemos el momento al máximo y hagamos de nuestras vidas algo extraordinario, nos topamos de golpe con cervantes que nos dice «cambia el mundo amigo sancho, que no es locura ni utopía, sino justicia», luego en campos y praderas llenas de calman nos encontramos caminando con Austen que nos dice que espera «que pronto surjan razones para aprobar lo que nos gusta» luego Alighieri nos toma de la mano y junto a Virgilio nos lleva a un viaje intenso por los círculos del infierno, y ese calor se convierte en playa y mar y de repente estamos sentados tomando café con garcía marqués que nos anima a decir que si, aunque nos estemos muriendo de miedo, aunque después nos arrepintamos, porque si contestamos que no, nos vamos a arrepentir toda la vida, luego nos sentamos y tomamos te con Wilde y la alta alcurnia mientras nos recuerda que aunque los verdaderos amigos te apuñalan de frente, cada uno es su propio demonio y hacemos de este mundo nuestro propio infierno, luego, casi por arte de magia estamos en la casa Husher hablando con un cuervo mientras Poe escribe y empieza el movimiento dejándonos con cinco poetas malditos, y mientras Baudelaire nos grita ¡embriagaos! ¡embriagaos sin cesar!para no ser los esclavos materializados del tiempo embriagaos con vino, poesía o virtud, Rimbaud lo apoya recordándonos que la moral es simplemente la debilidad del cerebro, y junto a el Verlaine nos pide que tomemos la elocuencia y le torzamos el cuello… y de escritor en escritora, de libro en libro, vamos saltando en paginas y letras, llenas de pasión y desenfreno, inyectándonos de fantasía para no morir de realidad, ya que el idioma es ese algo que podemos estirar, retorcer y con él, jugar de la mejor manera que podamos, pues aunque es peligroso jugar con el, el peor daño que puede hacernos es que de nuestro desgarrador libertinaje surja una obra digna de ser recordada y hacernos vivir por la eternidad junto a aquellos nombres que tanto nos hacen vibrar.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS