Tal vez debí haberlo sabido, debí seguir las señales.
Entender que no éramos el uno para el otro fue doloroso pero real, lo intente y aunque miles de veces en serio lo intente me pregunte ¿Por qué?, esa pregunta rondaba mi mente me trasladaba a un mundo diferente y así mismo se repetía cada vez más, ¿Por qué no pudimos ser lo que ambos necesitábamos?
Tal vez fue así, tal vez no te conocí realmente, estando ciega y adicta a ti no entendía mi realidad, nuestra realidad. Sentí que podíamos hacerlo fui tonta y en retrospectiva era obvio.
Me amabas, me querías, pero aun así me engañabas, ¿Qué sacabas con eso? Me preguntaba yo.
Mi madre me miraba y la melancolía fusionada con temor que cruzaba sus bellos ojos, me llenaba de un sentimiento total ente doloroso dándome a saber que realmente fui tonta.
sus preguntas me devolvían a la realidad el querer saber de donde lo había conocido era lo que me preguntaba cada vez que tenia oportunidad y aun intentase esconderme de sus preguntas siempre me encontraban.
un sollozo se escapó de mis labios captando su atención.
“a veces los jóvenes se enamoran de las personas equivocadas” dije dolida.
El decir aquello me hizo saber la realidad de mi existencia y a ella la razón de mi estado, dolía de una forma extravagante entender que cometí uno de mis peores errores, me entregue a alguien que pintaba mi mundo de rosas cuando en realidad esas rosas estaban marchitas.
La mirada que mi madre me dio fue una llena de comprensión que hizo que mi vello se erizara, mis ojos se cristalizaran y que mi cuerpo temblara, ¿Cómo podía alguien ser tan perfecto?
“ A veces se cometen algunos errores, eso esta bien”, hablaba con tanta seguridad que mi corazón se encogía al escucharla“ puedes pensar que estas enamorada, cuando realmente sientes dolor “ fueron sus palabras.
Estar junto a el y entregarle mis días fue un error. contarle mi realidad y mis sentimientos también lo fue, pero tal y como le dije la ultima vez que lo vi yo iba a seguir, con o sin el.
“te ame hasta mi ultimo aliento” le dije al hombre que estaba parado mirándome con dolor y sin poder aguantar las lágrimas seguí “¿Por qué no fue suficiente?” dejando la pregunta al aire, seguí para terminar lo que una vez empezó “ahora… déjame en paz” solté con dolor pero al igual con tanta seguridad que yo misma me sorprendí.
El me miro, se acerco y tomo mi mano con delicadeza poniéndola en su corazón
“te dije que construiría un mundo en el que podríamos estar juntos, ¿recuerdas? “susurro, pero esa promesa ya no era mas que palabras sin sentimiento para mi.
“lo recuerdo” le dije y con la sonrisa mas forzada que le pude dar, le miré “Vi la vida en tus ojos, pero esta noche, tu la veras en mi para nunca jamás volver a presenciarla”
Entendió mi respuesta a su pregunta, entendía mi referencia a ello, el sabia lo que quería decir y su silencio me lo demostró.
No seguiría con el, ni aunque lo amara.
El era el viento que llevaba mi mundo, la rosa que admiraba por su belleza e interior, pero…
¿Quién quiere alrededor a alguien que este cubierto de espinas?, esa definitivamente no era yo.
Estas fueron mis palabras al hombre que tanto ame, mis últimos momentos con el a mi lado y mi ultimo pensamiento de dolor ante el antes de alejarme de su lado para siempre.
A pesar de todo entendí que esto esta bien, caerme y volverme a levantar era lo que tenia que hacer, no tenia que sufrir, mucho menos sentirme mal cuando en realidad hice aquello para lo que estaba destinada, solo tenia que seguir.
Al final es mejor para mi, esa es la moraleja de la historia.
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