Si vas a verte,
que sea desde los ojos de la muerte.
Ésa que llora a deshoras
porque no quiere llevarte.

Si sientes frío,
será del placer de hacer del vientre
que te cubre las serpientes
ese recipiente al limbo.

Si hacerlo por ti
no es motivo suficiente,
hazlo por los que,
por verte,
realmente se sienten vivos.

De este mundo, su heroína.
La cortina del humo
que incita a lo desconocido
y que el rumbo inclina.

Tú no puedes sufrir,
porque el dolor es no tenerte.
O tenerte sabiendo
que el tiempo no se detiene.

En cualquier caso,
es imposible
que la angustia de
perderte experimentes,

y qué suerte
ese gusto de no dolerte.

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