MIL NOCHES

MIL NOCHES

naya2510

09/05/2020

Es el camino más largo que debo recorrer, debo volver a verla, solo porque mi padre está muriendo y desea verme, como odio ser tan vulnerable, tan débil, tan estúpido; ella, SARA, era mi luz, mi cielo, mi mundo, era mi todo.

Manejando en esta carretera vacía hacia Florencia, bajo la poca luz que da la luna, se vienen los recuerdos de el hombre que era, del pobre infeliz que creía en ella; siempre creí que el amor era el sentimiento mas poderoso del mundo, que podía mover cielo y tierra por otra persona, pero ahora creo que no, el ODIO es lo que mueve a la gente, y es lo único que siento por todas las mujeres de esta tierra y especialmente por ella, y sin pensarlo una lágrima traicionera se escapa de mi ojo derecho, mientras mi único compañero, mi perro Tomas, se intenta acomodar en el asiento del copiloto y suelta un sonido de tristeza, por este viaje tan largo y pesado para los dos.

La conoci de la forma mas cliché del mundo, en el colegio, era la niña mas hermosa del mundo (maldita perra), su piel blanca y delicada y sus grandes ojos azules, y su cabello crespo hasta los hombros la hacían producto de un espejismo, siempre la observaba en el colegio, la seguía hasta su casa, la espiaba desde el árbol frente a su ventana, solo tenía 14 años y ella despertaba los sentimientos más impuros en mi, no podía dejar de verla, seguirla, espiarla. Hasta que esa noche, el maldito árbol me traiciono y se partió una de las ramas, lo que ocasionó que yo callera de la forma más estrepitosa al suelo; NO PUDE CORRER por que Sara se asomó muy rápido a su ventana y me miro en el suelo sucio y adolorido, pensé que iba a gritar o tratarme mal, pero en realidad solo se preocupo por mi y bajó con sus padres ayudarme. Esta de mas decir que me castigaron, ¡¡si me castigaron¡¡ a mis 14 años, era un tonto; desde esa noche todo cambio nos acercamos más, éramos los mejores amigos, no me separaba de ella y ella de mi, era una fuerza que nos unía, que siempre nos permitía estar juntos.

Pasaron los años y ya teníamos 16 años, ya mis sentimientos hacia Sara no eran solo de amor, cariño, respeto, eran de deseo, y aunque no lo crean ella sentía lo mismo, y lo descubrí esa tarde después de clase, quedamos de encontrarnos en la biblioteca para estudiar, en realidad para que Sara me ayudara con Sociales, jamás imaginé que ese dia mis sueños se hicieran realidad. Al llegar a la biblioteca ella está esperándome en unos de las mesas cerca a la ventana, tenía un vestido azul como el color de sus ojos, se podía ver el inicio de sus hermosos senos, su pelo solo sujetado con una pinza de flores. Comenzamos a estudiar y yo no podía dejar de ver el pequeño escote de su vestido y me imagine tocar sus senos besarlos, el problema es que mi cuerpo tambien lo queria y me delato, provocando que mi entrepierna tuviera problemas, ella lo noto por que sonrio y se acercó a mi oído derecho para decirme de la forma más lenta y tortuosa que fuéramos a la parte más alejada de la biblioteca, juro por Dios que intente decirle que NO NO, pero mi cuerpo y el poder que ella tenía en mi, me llevaron a ese lugar. Como olvidar que en medio de los libros de mitología griega y enciclopedias, Sara me beso por primera vez, su dijo al mi odio que le gustaba y soñaba todas las noches desde los 14 años conmigo y que sus sueños cada vez eran más reales y sensuales, al igual que yo con ella; así que la bese como podía, la toque con miedo y ella solo reia y me decía que la tocara, que necesitaba sentirme cerca.

Volví a mi realidad cuando casi salgo de la carretera y Tomas me ladro, por que se asustó al notar que casi nos matamos, pero recordar ese momento me duelen no solo a mi corazón también mi entrepierna, para despejar mi mente decido parar en una estación de gasolina, para tanquear mi carro y comer o tomar algo, necesito respirar porque voy a explotar, no puedo sacar todo esto, no puedo olvidarla, quiero gritar, quiero destruir todo en mi camino, y no puedo volver hacer lo mismo o van a descubrirme, pero es lo único que calma este dolor, esta rabia, maldita mujer, PERRA DESGRACIADA, TE ODIO, PERRA, escupo todo mientras me acerco a la estación de gasolina, respiro fuerte, golpe con mi puño mi pierna izquierda y salgo de mi auto, a realizar todo lo que necesito para continuar con mi camino, lleno el tanque con gasolina y me dirijo a compra algo de comer y de beber, pero al entrar a la tienda veo a dos mujer o niñas hermosas, una es blanca y la otra trigueña, las escucho hablar y reír con el vendedor, se nota que no tienen dinero para pagar lo que ya consumieron, e intentan seducir al idiota de la tienda, yo decido ir a comprar mis cosas sin prestar mayor atención, pero al llegar donde el imbécil de la caja estan todavia el par de mujeres intentando salirse con la suya, y una sonrisa ladina escapa de mis labios y como buen samaritano decido ayudarlas pagando todo lo que las hambrientas estúpidas consumieron. Salgo de la tienda y ellas vienen detrás de mí para agradecer mi ayuda, pobres estupidas, sus gracias no me sirven, así que decidí seguirles el juego y todo sale como quiero, no tienen transporte y decido llevarlas lo «más cerca a su destino».

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