MICRORRELATOS, FOTOS QUE INSPIRAN. AUTORA: Maria Luisa Villalobos Delgado FOTOGRAFÍA: Inma HR Make Up TÍTULO: MARÍA. REINVINDICANDO ROLES

MICRORRELATOS, FOTOS QUE INSPIRAN. AUTORA: Maria Luisa Villalobos Delgado FOTOGRAFÍA: Inma HR Make Up TÍTULO: MARÍA. REINVINDICANDO ROLES

Bajó como siempre las escaleras que llegaban hasta la entrada del salón de baile del palacete, sorprendió a los invitados como habitualmente, nadie quedaba impasible y los rostros mostraban el asombro acostumbrado María de Quesada Sánchis llegaba.

María de Quesada Sánchis, hija única de los Marqueses de Quesada, título noble concedido a su padre por la realeza debido a las numerosas glorias conseguidas en las batallas por mar. Su belleza natural rozaba la perfección de una escultura clásica.

Fue educada de forma estricta, en el seno de una familia donde la religión católica y la cultura eran inseparables tal y como correspondía a la hija de una de las familias más importantes, logrando desarrollar una exquisita manera de comunicación corporal , suave en sus movimientos, elegantes pasos y esbeltez en su figura e igualmente un vocabulario y expresividad que denotaban su gran nivel cultura.

Tenía pues, todos los requisitos que sus padres necesitaban para conseguir un matrimonio acorde con su cuna y linaje. Para María todo ello suponía la violación de su libertad de elegir y sus derechos personales.

Recibía diariamente clases de cultura clásica, idiomas y música, manteniendo una relación especial con su mentor, más esa relación íntima nunca transcendió. Entre ambos la complicidad era absoluta a la vez que secreta.

Nadie imaginaba que sus clases no eran exactamente las que se dedicaban a las jóvenes aristócratas, ni las infinitas conversaciones que mantenían, no eran propias de su clase y aún menos del tiempo que le había tocado vivir.

Todos los días, sin excepción, levantada al alba y acompañada por Luis Sahagún , su mentor, traspasaban los límites del palacete hacia las caballerizas, montados en sus caballos, al galope, sin perder un solo segundo se alejaban del lugar.

María respiraba aire puro y la humedad propia de la zona, muy cercana al mar, humedecía su rostro.

Bajaban hasta la playa y realizaban sus prácticas de tiro.

Luis Sahagún, viajero y estudioso incansable, hombre romántico y de mundo, sabía muy bien del peligro de aquellas escapadas durante al amanecer y las consecuencias que tendría para los dos la conducta desafiante de María, y traicionar la confianza que los Marqueses habían depositado en él , sin embargo , nunca dejó de apoyarla.

Detrás de la aparente dulzura y delicadeza de María estaba la rabia de la rebeldía contenida por saltarse las obligaciones que habían establecido para ella, conseguir la libertad y elegir su camino, se convirtieron en su constante desafío personal.

Nunca se disfrazó de hombre, ni se calzó las rudas botas de montar. María no quiso ser “otro”, sino reivindicar su libertad, vivir en su esencia femenina los roles masculinos.

Ella, María de Quesada, no renunció a ser como ellos, sin dejar de ser la elegante señorita admirada por todos, no dudó salir, apuntar alto y con fuerza hacia ese mundo prohibido.

No consistía en ser valiente, era algo más profundo, ser únicamente ella en toda su plenitud.

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