Estoy sentada en el borde de mi cama, es una fría mañana limeña me acompaña y Eneas, mi gato negro y fiel compañero de aventuras (cuando él quiere claro está), observa muy atento por la ventana. Quiero elegir una canción adecuada, así las ideas fluyen mejor, pero se lo dejaré al destino; si tuviese una taza de café caliente, el ambiente sería magia pura. Obtener una buena intro para empezar con la historia es una tarea difícil, pero no imposible, así que lo dejo ir, lo suelto con madurez y disfruto del proceso, lo que importa es poder encontrar en este camino a personas que se sientan identificadas con esta ‘Mi historia de vida’. Me diagnosticaron TLP hace aproximadamente 11 años, o si lo queremos llamar de una forma más coloquial, ‘borderline’.

La primera impresión fue bastante positiva, por fin había un significado para todo aquello que me causó daño durante muchos años. Todo ese tiempo estuvo lleno de batallas que tuve que enfrentar con miedo y muchas veces desconocimiento. Mi familia y amigos cercanos no sabían de qué se trataba todo esto, ¿es acaso una enfermedad?, ¿acaso está exagerando?, ¿es una pataleta?.

El escenario de preguntas era amplio y creo yo, que con el tiempo fueron sacando sus conclusiones y despejando dudas, e independientemente de cuáles sean, valoro el apoyo constante que me brindaron desde el primer día, porque siempre digo, he ganado mil batallas, pero ellos han sido mis soldados.

El camino es largo y nunca sé cuándo se avecina una gran tormenta; durante estos largos y difíciles 11 años tuve momentos de crisis en los que pensé que lo mejor era dejar de intentarlo, pero vencí el tabú de los medicamentos y comencé a usarlos, al margen de todo, siento que ha sido una decisión muy inteligente, yo estaba estable y era la único que importaba.

Pasé por muchos momentos durante ese tiempo, estaba siempre en montañas rusas emocionales que afectaban mis relaciones interpersonales, me encerraba, lloraba, sufría, me apagaba. Después de muchos años llegué al lugar correcto, un rayito de luz en medio de las tinieblas

Ese nuevo episodio en mi vida lo llamo ‘Volver a la vida’. Mis preguntas tenían respuestas y lo más importante, no estaba sola, nunca lo estuve. Al igual que yo, millones de personas luchan por tener una salud mental de calidad. Todos batallamos, caemos, nos golpeamos, sufrimos; pero aquí estamos, firmes ante lo que nos toco vivir.

Hace mucho que dejé de avergonzarme y salí al mundo a gritarle que aquí estoy, luchando, cada vez más fuerte, más valiente y llena de energía. Hay días negros, grises y otros llenos de color, pero sin esa gama, qué aburrido sería todo.

Agradezco a mi ejército, a los que lucharon conmigo, a los que desertaron en el camino y a los que siguen fieles hasta el final. Esto no se termina aquí; mi artillería es más pesada y estoy lista para todo lo que viene.

Bienvenida vida, quédate conmigo, con coraje y mucha magia.

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