Los latidos de tu sol se fueron contigo, envueltos en velos de olvidos, porque ya no era bienvenido.

Caí en agonías después de besar tu ilusión; solo hallé silencio en tus labios luego de hacerte el amor.

No entiendo cómo jamás viste los rayos del cielo cuando me besabas y yo habitaba dentro de tus sueños,

allí donde tu respiración era mi oxígeno, donde éramos uno.

Yo vi el para siempre, mientras tú ignorabas que te amaba hasta la muerte.

Y me mataste mucho antes de que dejara de existir en este mundo:

me mataste en el tuyo, mientras yo creía que contigo tenía mi refugio.

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